Definición de almendra
El vocablo griego amygdálē llegó al latín como amygdăla, a su vez derivado en el latín vulgar amyndŭla. Ese es el antecedente etimológico más cercano de almendra, término que hace referencia al fruto que da el almendro.
Antes de avanzar es importante señalar que el almendro es un árbol que puede alcanzar una altura de unos ocho metros. Pertenece al grupo familiar de las rosáceas y su madera se destaca por su dureza.
La almendra es el fruto de este árbol. Se trata de una drupa: un fruto que tiene una única semilla, un endocarpio de estructura leñosa y un mesocarpio de tipo carnoso.
De forma oblonga, la almendra presenta una cáscara dura que no puede ingerirse. La parte comestible es la semilla, que está recubierta por una película canela.
Las almendras aportan fibras, proteínas, potasio, fósforo, calcio, hierro, magnesio, vitamina B1, vitamina B2 y ácido fólico, entre otros minerales y nutrientes. Su consumo ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y contribuye al fortalecimiento de los huesos, los dientes, la piel y el cabello.
Estados Unidos es el principal productor de almendras a nivel mundial. Detrás aparecen España, Irán, Marruecos y Turquía.
Es habitual que la almendra se emplee para la elaboración de dulces y postres. El mazapán, por ejemplo, es una pasta que se produce con almendras molidas y azúcar. Con almendras también se realizan muchos turrones.
La llamada leche de almendras, en tanto, se elabora con pasta de almendras o almendras molidas mezcladas con agua. Esta leche es un jugo blanquecino que no tiene que ver con la sustancia segregada por los mamíferos.