Definición de acantilado
Un acantilado es un accidente geográfico que adquiere la forma de una pendiente abrupta. En este sentido, puede aparecer junto a las costas, en montañas o a orillas de los ríos, por ejemplo. Una costa acantilada es aquella que se corta verticalmente, mientras que el fondo del mar acantilado es el que forma escalones o cantiles.
Por lo general, los acantilados están formados por rocas que son resistentes a la erosión y a la acción atmosférica, como la limonita, la arenisca, la dolomita y la caliza.
Un escarpe o escarpa es una vertiente de roca que corta el terreno de manera abrupta. Se trata de un tipo particular de acantilado, que se forma por un derrumbe o por el movimiento de una falla tectónica.
Existen acantilados que presentan cascadas y grutas en la base. Otros, en cambio, finalizan al final de una cresta. Por otra parte, los acantilados costeros de forma tabular con grandes dimensiones reciben el nombre de farallón.
Cabe destacar que los acantilados se utilizan para la práctica de deportes de riesgo. En el caso de los costeros, los nadadores saltan desde allí para realizar clavados. Los acantilados en montañas permiten realizar saltos en paracaídas o parapente.
Pero no son los únicos deportes que se pueden practicar en ellos. También es frecuente que muchos apasionados de las actividades al aire libre y de aventura recurran a aquellos para practicar, por ejemplo, la escalada. En concreto, diversos son los tipos de esta disciplina existentes y entre todos destaca el conocido como psicobloc.
Dicha modalidad es propia de los acantilados y consiste en que la persona en cuestión, que debe ser muy experta en la materia, realice la misma sin hacer uso ni de cuerdas ni de seguros. Eso sí, se desarrolla en lugares de este tipo donde el escalador, en caso de caída, no corra el peligro de desplomarse ni de golpearse en salientes de roca sino que lo hará directamente sobre el mar.
En la isla de Tenerife se encuentra un lugar donde los vecinos y visitantes practican todo este tipo de actividades deportivas. Nos estamos refiriendo a los famosos Acantilados de Los Gigantes, que se sitúan entre las localidades de Santiago del Teide y Buenavista del Norte.
Los guanches, antiguos habitantes bereber de dicha isla, llamaron a aquellos Muralla del Infierno y es que se caracterizan por el hecho de que son un accidente geológico de tipo volcánico que cuenta con unas paredes verticales de grandes dimensiones, en concreto se hallan entre los 300 y 600 metros sobre el nivel del mar.
Los turistas que llegan a este rincón natural no sólo disfrutan observando estos acantilados sino practicando en su entorno todo tipo de actividades tales como el submarinismo pues la zona cuenta con un fondo marino espectacular.
El acantilado más grande del mundo se encuentra en la cordillera del Karakorum, en Pakistán. Se trata de la pared oriental de las Torres del Trango y tiene una altura de 1.340 metros.
Por otra parte, el mayor acantilado costero está localizado en Kaulapapa, en Hawai. Su altura es de 1.010 metros.