Definición de acabado
Acabado es un término que procede del verbo acabar, que puede referirse a finalizar, concluir, terminar o liquidar algo. De acuerdo a la primera acepción mencionada en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), acabado puede ser un adjetivo que califica a aquello que resulta exhaustivo o que no tiene fallas.
Por ejemplo: “No puedo imaginar un final más acabado: todo cierra a la perfección”, “La compañía tecnológica presentó su producto más acabado”, “El profesor te puede transmitir un conocimiento completo y acabado ya que tiene una experiencia de más de veinte años en el tema”.
Como sustantivo, acabado puede referirse a los retoques o a la optimización de un objeto o de una tarea. También se trata del proceso que se lleva a cabo para lograr que la superficie de un producto tenga las características específicas que se buscan en un sentido estético y funcional.
En este sentido, el acabado de una mesa de madera puede incluir el lijado para eliminar impurezas y la aplicación de barniz. Diversas piezas de un automóvil, por otra parte, pueden cromarse (aplicando cromo a través de la galvanoplastía) para su acabado.
En el ámbito de la tecnología, el mercado da mucha importancia al acabado de los diversos productos, y muchas veces lo usa para jerarquizar la gama a la que pertenece cada uno. Por ejemplo, esto se nota especialmente en la industria de la telefonía móvil, la cual se encuentra en auge: se dice que un teléfono móvil tiene un acabado de lujo si los materiales de su carcasa son resistentes y duraderos, y si sus conectores permiten que los accesorios se aferren con firmeza y estabilidad una vez enchufados.
Al contar con esta diferenciación de acuerdo al acabado, siempre que se respeten ciertos criterios referentes a la mínima calidad aceptable, las grandes compañías pueden embarcarse en la producción de varias líneas de un mismo producto, para apuntar a un gran número de consumidores, sin importar su bolsillo.
En el caso de productos intangibles o aquellos cuya calidad no pueda ser apreciada por su aspecto físico (como ser novelas, videojuegos o películas), el acabado puede percibirse en el grado de revisión que hayan recibido antes de su publicación para evitar la presencia de errores de diversos tipos que impidan al público disfrutarlos con comodidad.
La idea de acabado también puede derivar de la conjugación de acabar para aludir a quien está agotado, derrotado o destruido, o a aquello que llegó a su fin: “Creo que, con esta lesión, el capitán del equipo está acabado”, “El partido aún no ha acabado pero los jugadores ya están festejando”, “Una vez que haya acabado los trámites, regresaré a casa”.
Precisamente, decir que nos sentimos acabados demuestra una ausencia de esperanza, la sensación de que no importa qué hagamos, ya no hay más oportunidades para nosotros. Si bien nadie se encuentra exento de llegar a tomar esta actitud frente a la vida, los más fuertes y optimistas la condenan severamente, ya que la consideran un signo de debilidad o de falta de voluntad.
La vida es impredecible, y esa particularidad la vuelve maravillosa y terrible a la vez, según los hechos que nos toquen vivir a cada momento. No saber si conoceremos por casualidad a nuestra otra mitad dentro de un minuto, o si finalmente conseguiremos el trabajo de nuestros sueños en las próximas semanas puede ser emocionante, ya que las probabilidades y posibilidades de que todo mejore nos dan la fuerza necesaria para levantarnos todos los días; sin embargo, los sucesos negativos que nos pueden golpear sin previo aviso pueden resultar aterradores si pensamos en ellos constantemente.