Definición de abominación
Para poder entender el significado del termino abominación, lo primero que vamos a hacer es conocer el origen etimológico de esta palabra. En concreto, podemos exponer que procede del latín, exactamente, de “abominatio” que puede traducirse como “acción y efecto de rechazar de manera contundente”.
Más aún, podemos especificar que es fruto de la suma de tres componentes latinos muy claros:
-El prefijo “ab-”, que indica alejamiento.
-El sustantivo “omen”, que significa “presagio”.
-El sufijo “-cion”, que se emplea para establecer acción y efecto.
El vocablo latino abominatĭo llegó al castellano como abominación: el acto y la consecuencia de abominar. Este verbo, por su parte, alude a aborrecer o detestar algo. Abominación, por otro lado, es aquello que, por sus características, resulta abominable.
Por ejemplo: “El fallo del tribunal es una abominación: vamos a apelar para que se revierta la situación”, “Pretender la eliminación de un pueblo por su religión resulta una abominación que nadie puede avalar”, “A veces siento que esta ciudad, llena de crímenes y violaciones, se ha convertido en una abominación”.
Puede decirse que la abominación es una reacción ante algo que genera aversión. Supongamos que un grupo terrorista hace detonar una bomba en una escuela, matando a veinte niños. Semejante acto de barbarie es considerado como una abominación por todas las personas pacíficas que respetan la vida.
En el terreno de la religión, la idea de abominación se emplea con referencia a lo que resulta contrario a las normas religiosas. Los pecados y todos los actos que no respetan los preceptos religiosos, por lo tanto, constituyen una abominación.
Más allá de la religión, un tabú también puede considerarse como una abominación. En el mundo moderno, el canibalismo es un tabú: algo condenado por la sociedad debido a cuestiones morales. De este modo, si se conoce que una persona se alimentaba de carne humana, el hecho será definido como una abominación.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que la palabra que nos ocupa juega un papel muy importante dentro de lo que es el mundo de la literatura gráfica. Y es que, precisamente, Abominación es el nombre de un personaje muy relevante, es un supervillano de Marvel.
Apareció por primera vez a finales de la década de los años 60. Podemos destacar que su origen es la figura de Emil Blonsky, que formó parte el Ejército Ruso y que fruto de una misión se inyectó un suero, mezclado con muestras de sangre del superhéroe Hulk, que fue el que le dio la forma de Abominación.
Se identifica porque posee una fuerza extraordinaria, porque es muy veloz y porque es inmortal. A todo eso hay que añadir que cuenta con branquias y que posee la capacidad de poder proyectar fuego. Eso sí, al contrario que le sucede al citado Hulk, su fuerza no va incrementándose conforme también crece su ira.
La abominación, por último, puede derivar de algo grotesco u horripilante. Por eso, a la criatura conocida como Pie Grande o Yeti se la suele nombrar como “El abominable hombre de las nieves”.