Definición de abogado
La palabra abogado proviene del latín advocātus. Un abogado es un doctor o licenciado en derecho que se encarga de la defensa y la dirección de las partes involucradas en procesos judiciales o administrativos. También puede brindar asesoramiento y consejo jurídico.
El ejercicio profesional de esta profesión exige, en la mayoría de los países, que el abogado tenga una autorización estatal o que esté inscrito en un Colegio de Abogados o institución similar.
Es importante subrayar que existe un documento que se da en llamar “decálogo del abogado” y que se trata de un conjunto de “mandamientos” que se considera que debe cumplir a rajatabla todo profesional del Derecho. Entre aquellas máximas se encuentran, por ejemplo, la de amar su profesión, ser leal tanto al cliente como al adversario y también a la propia ley, luchar por la justicia, trabajar duramente, tolerar y tener paciencia.
El abogado no sólo se encarga de defender los intereses de un tercero durante un juicio. Una de sus funciones más importantes es la preventiva, donde se ocupa de asesorar a sus clientes y de redactar los documentos y contratos de forma tal que no se susciten conflictos legales.
El abogado también puede ser un mediador extrajudicial, para evitar que un problema o enfrentamiento se transforme en un procedimiento judicial.
Por lo general, quienes deben comparecer ante un tribunal tienen que contar obligatoriamente con un abogado. El letrado supone una garantía de legítima defensa para el involucrado en el proceso. Por eso, los escritos y presentaciones judiciales se entregan con la firma de ambos, tanto del cliente como de su abogado.
Aquellos ciudadanos que no cuentan con los recursos económicos para abonar los servicios de un abogado reciben asistencia jurídica gratuita: se trata de los abogados oficiales o abogados de oficio, que dependen del Estado.
De la misma forma, y de manera coloquial, es importante que subrayemos el hecho de que se hace uso de la expresión abogado del diablo. Con ella lo que se intenta es expresar que un trabajador del Derecho en cuestión es capaz de defender cualquier causa incluso en la que no cree.
Precisamente en el ámbito cinematográfico existe una película que lleva por título “El abogado del Diablo”. En el año 1997 fue cuando se estrenó este film, dirigido por Taylor Hackford y protagonizado por Robert de Niro y Keanu Reeves, en el que se cuenta como un joven abogado ambicioso y de gran éxito es capaz de dejar a un lado a su esposa, gravemente enferma, con tal de conseguir que su cliente, al que sabe culpable de un grave delito, sea declarado inocente.
Asimismo también existe la expresión abogado de secano que se emplea de manera habitual para referirse a aquel jurista que no sólo no ejerce como tal sino que además carece de las habilidades y las destrezas necesarias para hacerlo.
Cabe destacar que el abogado está sujeto al secreto profesional (no puede divulgar la información que le aporta su cliente). Su obligación es litigar conforme a la responsabilidad social que su rol le confiere.