Lascivia
Te explicamos qué es la lascivia y por qué es considerado un pecado para la religión. Además, la lascivia como concepto materialista.
¿Qué es lascivia?
El término lascivia hace referencia al deseo sexual que siente una persona y la lujuria sin control. Se entiende por lascivia a aquella persona que no tiene la capacidad de mirar al prójimo de otra forma que no sea morbosa, sintiendo deseo sexual por este.
Una persona lasciva no tiene la capacidad de controlar esos deseos sexuales, se trata de una ausencia de los propios límites que cada persona posee para convivir no solo con uno mismo sino en sociedad.
Ver además: Intersexual
La lascivia en la religión
La lascivia es condenada por muchas religiones, en especial para el catolicismo. Generalmente, en estas religiones, se trata de que principalmente, los adolescentes, no caigan en la lascivia, ya que esta es un pecado mortal y no le permite a ninguna persona estar en gracia, es decir, sin pecados.
Los creyentes consideran lascivia a todo comportamiento sexual inadecuado, como por ejemplo, el baile. Al nombrar el baile, no parece que esto tenga algo malo, sin embargo, no se refiere a todo tipo de danzas, sino a las que se suelen practicar en las discotecas o antros a los que concurren los adolescentes y hasta los adultos.
Estos bailes incluyen un cierto nivel de contacto corporal en un contexto de diversión y descontrol sin límites, potenciados principalmente por el consumo desmedido de bebidas alcohólicas que actualmente está causando muchos daños en los jóvenes.
La suma de estas acciones da como resultado un comportamiento completamente inadecuado, ya que el adolescente o adulto se encuentra en un estado donde no posee toda la consciencia necesaria para poder decidir qué debe o no hacer.
Esta religión también considera que el hombre se puede volver esclavo de la lascivia al estar completamente expuesto a sus propios pensamientos enfermizos, convirtiéndolo en un ser completamente débil ante la tentación.
También sostienen que Dios fue el propio creador de la sexualidad, pero no con un fin lujurioso y de placer por el cual el hombre suele practicarlo, sino con el fin de que dos personas, al unirse en matrimonio, puedan sentir el deseo de procrear. Es decir, el único fin de la sexualidad es la reproducción humana, no el disfrute y el placer.
Las personas que tomen la decisión de practicar una religión como el cristianismo tienen y deben estar dispuestas a aceptar una serie de mandatos que deben cumplirse de manera obligatoria, uno de ellos es la represión de cualquier tipo de deseo sexual que se tenga fuera del matrimonio, de forma contraria, esto sería considerado como un comportamiento lascivo.
La homosexualidad tanto como la pedofilia también son considerados comportamientos lascivos, debido a que estas acciones no están permitidas en la religión.
Cualquier actitud sexual que no siga los mandatos es considerada como pecado mortal, dependiendo de la religión. En algunas las mujeres suelen ser castigadas de una forma muy dura por tener ese tipo de comportamiento, mientras que en otras no hay tantas limitaciones, por lo que los hombres o mujeres pueden llegar a tener relaciones sexuales sin necesidad de un matrimonio previo.
La lascivia como concepto materialista
La lascivia no solo puede entenderse como los deseos y comportamientos sexuales descontrolados, sino que también puede referirse a cualquier concepto materialista, es decir, el apetito inmoderado de algo.
Existe un trastorno que deriva plenamente de la lascivia denominado hipersexualidad. Este trastorno se caracteriza por el deseo de practicar sexo con gran frecuencia, esto también es conocido como adicción al sexo.
Sin embargo, varios especialistas afirman que la hipersexualidad no debe ser considerada como un «problema» o trastorno, sino que esta se produce a través de impulsos.
También es importante destacar que las personas que sufren este trastorno, generalmente vivieron traumas sexuales en su infancia o adolescencia, de tal modo que en el futuro se termina convirtiendo en un gran problema para estas personas el no poder establecer sus propios límites en algo que pertenece a su intimidad, como lo es la propia sexualidad de cada uno.
Algunos trastornos de personalidad, como la bipolaridad, pueden desencadenar algunas conductas inapropiadas en las personas, como no tener el control sexual de uno mismo.
Este mismo efecto lo puede llegar a producir el consumo de distintos fármacos, drogas o alcohol, puesto que alteran de forma temporal a la consciencia.