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Historia del microscopio

Te explicamos cuál es la historia del microscopio, los primeros intentos de crearlo y los diversos avances en los últimos siglos.

El microscopio

Un microscopio es un instrumento óptico que sirve para magnificar las imágenes de los objetos de muy pequeño tamaño. Así, nos permite observar aquello que, por sus minúsculas dimensiones, escapa ordinariamente a nuestra mirada.

Para ello emplea dos o más lentes, acompañados de diferentes tipos de tecnología, para obtener resultados tan importantes, que revolucionaron para siempre el mundo científico desde su aparición en en siglo XVII.

Los antecedentes de la óptica y de la microscopía pueden rastrearse hasta la antigüedad, a pesar de que los filósofos y naturalistas antiguos no tuvieron jamás idea de que la variedad del mundo microscópico, ni siquiera por el simple hecho de que les causara enfermedades. Por ejemplo, para muchos pensadores y fabuladores como Esopo, el animal más pequeño concebible era la pulga.

Sin embargo, los primeros intentos por usar lentes para ver aquello inaccesible a los ojos fueron de parte de Euclides y Ptolomeo, aunque se enfocaron más bien en observar lo lejano: los astros, o en todo caso corregir los defectos de la vista, como la miopía.

Mucho después, Leonardo Davinci insistió en el siglo XVI en las virtudes de observar con lentes especiales los objetos diminutos, por ejemplo, para estudiar los insectos más pequeños.

Aunque existe mucho debate respecto a quién llevó a cabo la construcción del primer microscopio, se sabe que tuvo lugar entre los siglos XVI y XVII. Algunas versiones apuntan al fabricante de lentes holandés Zacharias Jansen (1583-1638), a quien también se le atribuye la invención del primer telescopio.

De ser ello cierto, el primer microscopio apareció en 1590. Se hizo tan popular en las siguientes décadas entre los pensadores y filósofos, que no tardaron en aparecer las primeras y revolucionarias experiencias de observación de lo antiguamente invisible:

  • En 1665 el médico inglés William Harvey (1578-1657) publicó sus estudios sobre la circulación sanguínea a partir de la observación de capilares sanguíneos bajo microscopio.
  • Robert Hooke publicó Micrographia, libro en que por primera vez se reprodujeron imágenes tomadas bajo microscopio, como observaciones del corcho y de lo que a partir de entonces se llamó célula.
  • Años más tarde, el anatomista italiano Marcello Malpighi (1628-1694) observó células vivas por primera vez, observando tejidos vivos bajo el microscopio.

El neerlandés Anton van Leeuwenhoek (1632-1723) perfeccionó la construcción de los microscopios disponibles y pudo observar por primera vez bacterias, protozoos, espermatozoides y glóbulos rojos, dando inicio a la microbiología y revolucionando la biología y la medicina. Sin embargo, sus descubrimientos no fueron publicados en vida, y hubo que esperar hasta 1723 para que sus secretos y su material microscópico salieran a la luz.

Gracias a la invención del microscopio, el siglo XVIII fue pródigo en descubrimientos y en mejorías al sistema óptico que permitió ver el mundo de lo diminuto. Se avanzó mucho en su estabilidad y sus facilidades de uso.

Sin embargo, las mejoras en su poder de aumento llegaron en el siglo XIX gracias a los esfuerzos de H. M. Hall y John Dollond. Por otro lado, los estudios de Isaac Newton (1643-1727) y Leonhard Euler (1707-1783), le abrieron las puertas al descubrimiento de la refracción y la reflexión.

Así, en 1877, cuando el alemán Ernst Abbe (1840-1905) publicó su teoría del microscopio, la técnica de la microscopía dio un inmenso salto adelante. Simplemente con cambiar el agua por aceite de cedro, por ejemplo, se lograba un aumento muy superior.

En el primer tercio del siglo XX se estimaba que el máximo aumento posible de los microscopios ópticos había sido alcanzado: 500X o 1000X. Sin embargo, eso seguía siendo insuficiente para observar estructuras intracelulares como el núcleo o las mitocondrias, cuya comprensión era vital para la medicina y la biología.

Fue así que los estudios de la física de partículas vinieron permitieron entre 1925 y 1932 la invención del primer microscopio electrónico, que en lugar de proyectar luz, emplea un flujo de electrones para conseguir aumentos de hasta 100.000X. Una nueva era para la observación científica estaba apenas comenzando, cuyos impactos en el saber humano fueron tan revolucionarios como lo fueron las observaciones de van Leeuwenhoek.

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Referencias