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Estereotipo

Te explicamos qué es un estereotipo, cómo se forman, en qué niveles y qué tipos existen. Además, su relación con los prejuicios.

¿Qué es un estereotipo?

En psicología social, los estereotipos son construcciones culturales creadas en torno a un grupo humano, que se basan en generalizaciones, prejuicios, mitologías urbanas o percepciones simplificadas y exageradas del mismo. Generalmente, le atribuyen características, propiedades o intereses a dicha comunidad, de los cuales se hacen eco terceros y a menudo terminan por consolidar un prejuicio social.

Aunque comúnmente el término implica connotaciones negativas, la formación de estereotipos forma parte de un proceso natural de la mente humana, puesto que resulta más sencillo pensar la realidad en base a categorías y lugares comunes, dados de antemano, para saber más o menos qué esperar de las situaciones nuevas.

El problema es cuando los estereotipos sustituyen o impiden conocer la realidad de los individuos: los juicios previos son fáciles, pero la realidad es siempre compleja.

Los estereotipos operan en tres niveles:

  • Cognitivo. Cuando nos permite reconocer rápidamente la realidad social a partir de los conceptos previos que tengamos de ella.
  • Afectivo. Cuando entran en juego los sentimientos que albergamos hacia dicho estereotipo, sean de desprecio (negativos) o de estima (positivos).
  • Actitudinal. Cuando actuamos de una manera determinada o reaccionamos ante una situación social, a partir de los dos niveles anteriores, llevándolos al plano de la práctica.

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¿Cómo se forman los estereotipos?

Los estereotipos se aprenden a lo largo del proceso de socialización de los individuos, heredados de su cultura o muchas veces de sus progenitores o familias. Nadie nace con ellos, todos son 100% aprendidos, pero una vez incorporados a la idea que tenemos del mundo, resultan particularmente difíciles de erradicar.

Incluso si se tiene acceso racional a información que los desmiente, los estereotipos pueden sostenerse. Esa es la razón por la cual continúan transmitiéndose.

Los medios de comunicación y la cultura tienen un rol importante en la construcción o la destrucción de estereotipos. Por ejemplo, cuando las ficciones que consumimos más a menudo insisten en mostrar a un tipo de personas de una misma y única determinada manera, generalmente estamos en presencia de un estereotipo.

Clases de estereotipos

Los estereotipos pueden clasificarse dependiendo del tipo de población sobre la cual tratan, por ejemplo:

  • Estereotipos de clase. Aquellos que tienen que ver con alguna clase social, comprendida como un conjunto homogéneo de individuos. Por ejemplo: “Los ricos no roban”, “A los pobres no les gusta trabajar”.
  • Estereotipos religiosos. Aquellos que se aplican a una feligresía o a los practicantes de una religión, a menudo en combinación con criterios étnicos o culturales. Por ejemplo: “Los musulmanes son retrógrados”, “Los budistas son apacibles y sabios”.
  • Estereotipos raciales. Aquellos que tienen que ver con alguna etnia o raza humana determinada, a la que se le atribuyen rasgos específicos de tipo físico, mental o moral. Por ejemplo: “Los negros saben bailar”, “Los asiáticos son buenos en matemáticas”, “Los latinos son apasionados y violentos”.
  • Estereotipos de género. Aquellos que asignan determinados roles, conductas y características a los dos sexos biológicos, o a las comunidades sexodiversas. Por ejemplo: “Las mujeres no son muy racionales”, “Los hombres son infieles”, “Los homosexuales son promiscuos”.
  • Estereotipos culturales. Aquellos que tienen que ver con una nacionalidad o proveniencia cultural determinada. Por ejemplo: “Los alemanes son racistas”, “Los colombianos son delincuentes”, “Los africanos son pobres”.

Estereotipos y prejuicios

Los estereotipos modelan hasta cierto punto nuestra percepción de la realidad social, de modo que aquellas experiencias o individuos que no se ajusten a ellos, suelen ser considerados “raros”, “anormales” o “excéntricos”, ya que contradicen lo que teníamos asumido. Esto, a la larga, hace que “filtremos” la información proveniente del mundo para ignorar la que contradiga nuestros estereotipos ya aferrarnos a la que los refuerce.

Así nacen los prejuicios que son juicios previos, generalmente negativos, que hacemos sobre personas desconocidas, a juzgar por su pertenencia a un grupo social determinado. Los prejuicios suelen impedirnos que juzguemos a la gente por quienes son individualmente, y a menudo conducen hacia actitudes de desprecio o abierta hostilidad, que pueden traducirse en discriminación y otras formas de intolerancia.

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Referencias