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Default

Te explicamos qué es un default y cómo actúan los gobiernos ante este tipo de situaciones. Además, qué son las crisis económicas.

¿Qué es Default?

El default, que en inglés tiene múltiples acepciones, hace referencia a una rebeldía, a un incumplimiento y a su vez, a encontrarse en una situación de mora, etc. Es un anglicismo que se extendió a todos los países de habla hispana.

El default es la situación que se enfrenta ante una cesación de pagos por falta de liquidez. Tiene muy graves consecuencias para el deudor, ya que puede implicar desde el congelamiento de activos hasta caídas brutales en el mercado internacional si el actor es el Estado.

Es importante diferenciar el default de la bancarrota o la insolvencia, ya que la característica principal del default es la falta de liquidez para realizar el pago, lo que no implica que no disponga de otros medios para hacerlo (como inmuebles, por ejemplo).

Se puede entrar en default con cualquier tipo de deuda tomada, ya sea con bonos, préstamos o incluso hipotecas.

Ver además: Estados financieros

El default y los gobiernos

Es muy común en los distintos gobiernos el tomar préstamos al mercado internacional para tomar distintas medidas en un país o región o, en el peor de los casos, para pagar una deuda previa.

Estos suelen tener una tasa de interés que en muchos casos puede ser desproporcionada, pero deben tomarlos para no entrar en una fuerte recesión. Esto genera que el endeudamiento de un país crezca, formándose lo que se conoce como «deuda externa» o «deuda soberana».

Esto tiene fuerte impacto sobre las economías regionales, condicionando a todos los gobiernos que asuman y reduciendo notoramiente el margen de acción de los mismos. El desendeudamiento es visto como uno de los mejores pasos que puede dar una economía.

Las crisis

El default ha existido a lo largo de la historia capitalista en distintas formas y con mayores o menores niveles de aparición en escena. Estos últimos años ha sido más notorio, debido a la crisis que atraviesa Estados Unidos, Europa y la constantemente golpeada América Latina.

Históricamente, los distintos organismos como el Fondo Monetario Internacional, más conocido como FMI, el Banco Mundial o grandes entidades financieras se encargan de «rescatar» a países en situaciones de crisis económicas mediante créditos a largo plazo.

Esto es un tema de fuerte debate, ya que usualmente las condiciones y términos junto con los intereses son poco favorables y condenan a generaciones enteras.

Tal es el caso de Rusia y Ucrania en 1998, la crisis de algunos países latinoamericanos como Argentina y Uruguay en el 2001, o la reciente crisis del 2008 que golpeó duramente en Europa y Estados Unidos, siendo Grecia y España los países más afectados por estas situaciones.

Usualmente, los casos de default se resuelven a través de negociaciones entre las partes, en las cuales se establece cómo se liquidarán los activos para que la deuda sea saldada. Esto tiene particularidades en las deudas soberanas, ya que rara vez son el resultado de la negociación con una sola entidad financiera, haciendo imposible la finalización de la deuda en una pago.

A esto se le suman los elevados costos y la situación de crisis que atraviesan los países en esos momentos, teniendo que aceptar nuevas condiciones para el cumplimiento de las obligaciones.

En muchas ocasiones los Estados optan por un «default selectivo». Esto tiene una doble connotación:

  • La cesación de pagos es una medida que los Estados optan por tomar, aunque nunca deseen hacerlo, ya que como dijimos en primer medida es un «desacato» o «incumplimiento».
  • El Estado puede elegir a qué parte de los deudores pagar, generalmente optando por los sectores externos que ejercen mayor presión en el mercado internacional.

Como vemos, el default es un problema muy grave por el cual pueden atravesar entidades o gobiernos, y que sólo puede ser resuelto por un nuevo acuerdo entre los partes.