Derecho

Costumbre jurídica: concepto, elementos, clasificación, ejemplos


¿Qué es la costumbre jurídica?

La costumbre jurídica es el conjunto de reglas y principios de comportamiento que se vienen repitiendo en nuestra sociedad, ya que se contemplan como los preceptos a acatar gracias a una conciencia común en cuanto a su obligatoriedad. Se trata de un derecho no escrito, a diferencia de las leyes regulares que componen el ordenamiento jurídico.

Estas reglas y principios de comportamiento se traspasan de generación en generación a través del boca a boca. Los romanos las llamaban mores maiorum, que significa “las costumbres de los ancestros”. En la antigua Roma estas reglas transmitidas de viva voz eran salvaguardadas por los sacerdotes, y por ello se restringía su uso a la clase alta.

En ese entonces, la aplicación de estas costumbres como una normativa era privilegio de unos pocos. El resto de personas desconocían y no se les aplicaba estas reglas pasadas de una generación a otra.

La costumbre solo tiene lugar cuando existen dos factores: uno objetivo, que consiste en la repetición de conductas por parte de los miembros de la sociedad durante largo tiempo; y otro subjetivo, que comprende la necesaria relevancia jurídica de cumplir aquello que proclama la costumbre.

A diferencia de los usos sociales, la costumbre es de obligado cumplimiento y puede ser requerido ante un tribunal. En los sistemas jurídicos anglosajones, la costumbre tiene gran importancia y es un elemento central del Common Law.

Elementos de la costumbre jurídica

Del concepto de costumbre jurídica ya se deduce que cuenta con dos elementos determinantes:

Elemento objetivo

Se trata de un elemento objetivo, ya que se puede verificar fácilmente mediante los sentidos. Se refiere a conductas generalizadas que se llevan a cabo de forma constante una y otra vez durante un periodo de tiempo largo. Es importante que la mayoría de la sociedad contemple dichos comportamientos.

Elemento subjetivo

Se trata de la asunción por parte de la mayoría de los miembros de una sociedad de que es preciso actuar de una forma determinada según una obligación jurídica, y que si no se realiza ese comportamiento pueden ser sancionados jurídicamente.

Esto supone que se da un convencimiento general de que es un deber jurídico, y por ese motivo cada persona actúa de esa forma, o tiene ese comportamiento concreto al creer que, de lo contrario, incumple las reglas establecidas y es sancionable.

Un tercer elemento planteado por algunos estudiosos se llama el elemento formal, que significa que la costumbre tiene reconocimiento gubernamental.

Realmente no es así, porque la costumbre actúa independientemente de reconocimiento alguno; es una especie de conciencia social.

Tipos de costumbres jurídicas

Existen tres las clases de costumbres:

Secundum legem

Se la conoce también como costumbre interpretativa, ya que aplica o desarrolla lo establecido por una norma jurídica. Es la ley que le otorga su vigencia la que le faculta para regular un asunto específico.

Praeter legem

La costumbre establece cuál es la regla aplicable a situaciones que bien no tiene legislación por parte del jurista o en el caso de las lagunas legales.

El artículo 1 del Código Civil español dispone lo siguiente: “La costumbre solo regirá en defecto de ley aplicable, siempre que no sea contraria a la moral o al orden público y que resulte probada”.

También en el artículo 1287 del Código Civil se dispone que: “El uso y la costumbre del país se tendrán en cuenta para interpretar las ambigüedades de los contratos, supliendo en estos la omisión de cláusulas que de ordinario suelen establecerse”.

Si observamos la costumbre como una parte esencial del derecho —es decir, del ordenamiento jurídico—, esto facilita una propuesta y una manera distinta de explicar el rellenar lagunas con la costumbre o el llamado derecho consuetudinario.

Así, la costumbre como herramienta para rellenar las lagunas de la ley no sería más que un ejemplo claro de autointegración.

Contra legem

La costumbre dice lo contrario de lo que establece la norma legal. Lógicamente, este tipo de costumbre es muy conflictiva y discutida. No está nada clara que sea de aplicación y existen teorías muy dispares en este tema.

En los códigos no se acepta esta opción, ya que se parte de la base de que la ley está por encima de la costumbre, jerárquicamente hablando.

Para muchos estudiosos la ley se coloca en un estrato superior a la costumbre y, por tanto, no tiene sentido que se dé validez a costumbres que son contrarias a lo que estipula la ley.

Ejemplos de costumbres

Ejemplos de costumbres secum legem

-Respetar la vida de otras personas y no atentar contra la misma.

-La obligación de los padres de velar por la salud física y mental de sus hijos.

-No conducir vehículos en estado de embriaguez.

-Percibir un salario correcto y adecuado a la costumbre social por realizar un trabajo.

Ejemplos de costumbre contra legem

-Aparcar en zonas prohibidas de la red vial. Esta costumbre bastante extendida está penada por la regulación vial.

-No pagar los impuestos que corresponden a cada individuo. Es una costumbre completamente ilegal aunque lamentablemente frecuente.

-Participar u organizar peleas de perros. Son normalmente clandestinas e ilegales debido a que implican una maltrato a los animales.

-Las conocidas como mordidas o sobornos a los componentes de las fuerzas del orden o funcionarios públicos. Parece que en algunos sectores, como por ejemplo la construcción, esta práctica se ha convertido en una costumbre a pesar de su ilegalidad.

Ejemplos de costumbre praeter legem

– Suministro por parte de sus progenitores, a menores de edad, de bebidas alcohólicas o tabaco. No tiene regulación legal.

– Abonar las deudas de cualquier tipo no formales aunque no estén reguladas por la ley. Claramente es una costumbre favorable y que beneficia a la sociedad, ya que no existe regulación que obligue a devolver lo adeudado, pero la costumbre si lo contempla.