Lengua y literatura

Baltasar Gracián: quién fue, biografía y obras


¿Quién fue Baltasar Gracián?

Baltasar Gracián (1601-1658) fue un escritor jesuita español que vivió durante el siglo XVII. Fue célebre sobre todo por ser el autor de El Criticón, novela de gran relevancia en la literatura barroca española, y otros textos de temas filosóficos.

Su producción literaria pertenece al conceptismo, corriente del barroco español que se caracteriza por los juegos ingeniosos de palabras y la asociación entre el concepto y la agudeza de estas. 

Este ingenio fue usado por los escritores barrocos para entretener y cautivar al instruido público de la nobleza, con el fin de lograr el apoyo económico de los mecenas.

En el Arte de ingenio, tratado de la agudeza, Gracián teoriza sobre este estilo y explica que el fin máximo del conceptismo es elaborar frases con significados lo más ricos y variados posibles, y la mayor economía de palabras.

Fue frecuente entonces el uso de palabras con dos o más significados, es decir, polisémicas.

La escritura de Baltasar Gracián se caracterizó por el empleo de enunciados cortos, densos y profundos, que invitan a la reflexión del lector sobre la hostilidad de la sociedad.

Biografía de Baltasar Gracián

Nacimiento, educación y juventud

Nació en Belmonte, comarca de Calatayud, España, el 8 de enero de 1601. Hoy en día su ciudad natal se conoce como Belmonte de Gracián.

Fue hijo de Francisco Gracián Garcés y Ángela Morales. Durante su infancia la familia vivió entre diferentes localidades de Zaragoza, pues su padre era médico y le contrataban en distintas ciudades.

Sin embargo, entre 1604 y 1620 la familia se estableció en Ateca, y Baltasar estudió en el colegio jesuita de esta localidad.

Por sus escritos se sabe que durante su infancia y adolescencia pasó temporadas en Toledo, en la residencia de su tío Antonio Gracián, capellán de San Juan de los Reyes, quien también fue su mentor. Estudió en la Universidad de Huesca.

Entrada a la Compañía de Jesús

El 30 de mayo de 1619 ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en Tarragona. Tuvo que demostrar la limpieza de sangre de su familia, según los estatutos vigentes en la época. Logró probar que no era procedente de judíos o musulmanes conversos, y entró a la institución.

En la Compañía pudo saltarse varios de los cursos de humanidades gracias a su rica formación anterior.

Estuvo dos años en Tarragona, y una vez aprobado su noviciado, regresó a Calatayud en 1621. Allí continuó sus estudios de filosofía y posteriormente estudió teología en la Universidad de Zaragoza.

Carrera como religioso, escritor y docente

En 1627 recibió la orden sacerdotal y ejerció como profesor de letras humanas en el colegio de Calatayud hasta 1630. Posteriormente se le trasladó a Valencia durante algunos meses y luego al Colegio de Lérida, donde dictó cursos de teología moral y gramática entre 1631 y 1633.

Tras eso fue enviado a Gandía, donde se desempeñó como profesor de filosofía y gramática.

En 1635 profesó solemnemente sus votos como sacerdote jesuita en la iglesia de San Sebastián. A partir de ese entonces se trasladó a Huesca, donde fue confesor y predicador, labores que desempeñó con maestría debido a su elocuencia natural.

Juan de Lastonasa, el mecenas

En esta ciudad redactó su primera obra célebre: El héroe. Este manuscrito fue publicado en 1637 en la imprenta de Juan Nogués, gracias al apoyo monetario de don Vincencio Juan de Lastanosa, su mecenas, quien era además un importante coleccionista de arte y erudito literario.

Lastanosa tuvo una hermosa residencia donde albergó sus colecciones de arte y su nutrida biblioteca, y donde también celebró frecuentes reuniones de intelectuales de la época.

Entre los acostumbrados visitantes a las reuniones de Lastonasa destacaron Manuel de Salinas, el poeta Juan de Moncayo, la religiosa Ana Francisca Abarca de Bolea, los historiadores Juan Francisco Andrés de Uztarroz, Bartolomé Morlanes y Francisco Ximénez de Urrea, entre otros personajes relevantes.

Esta residencia fue incluso visitada por Felipe IV durante su reinado. Gracián participó en estas reuniones y entabló amistades fructíferas que influyeron en sus obras posteriores.

Viajes a Zaragoza y Madrid

En agosto de 1639 Gracián fue trasladado nuevamente a Zaragoza, donde se le asignó como confesor del virrey de Aragón y Navarra, don Francisco María Carrafa, duque de Nochera.

Junto al virrey, Gracián viajó a Madrid en 1640. Allí ejerció como predicador de la corte. En esa ciudad vivió entre las intrigas de los cortesanos, situación que le molestaba, y mostró su desagrado en una serie de cartas que escribió a su antiguo mecenas, Lastanosa, durante esta estancia.

Varias publicaciones en Madrid

En Madrid publicó en 1640 El político don Fernando el Católico, dedicada al virrey. Era un texto de carácter ético y político en el que forjó la imagen del gobernante ideal.

Durante una segunda visita a la corte de Madrid publicó la primera versión de Arte de ingenio, tratado de la agudeza, en 1642. En esa obra resumió sus propuestas estéticas y teorizó sobre el conceptismo. Fue editada y ampliada en años posteriores.

Vicerrector jesuita en Tarragona

En 1642 fue nombrado vicerrector en el colegio de la Compañía jesuita de Tarragona, en donde asistió como guía religioso de los soldados que participaron en la Guerra de Cataluña en 1640.

Enfermedad y viaje a Valencia

En 1644 enfermó y fue enviado al hospital de la ciudad de Valencia. Esta época fue muy prolífica para Gracián en cuanto a escritura. En Valencia redactó El discreto, publicado por la imprenta de Juan Nogués, en Huesca, en 1646.

Esa obra también fue de carácter ético y utilizó la figura de un “varón discreto” para elaborar un tratado donde se alaba la discreción y las decisiones prudentes como las mejores consejeras para llevar una vida pacífica y con los menores sobresaltos.

Un año después, en 1647, se publicó bajo la misma imprenta Oráculo manual y arte de prudencia. Fue un texto edificante en forma de aforismos que buscó orientar al lector a ejercitar su memoria y su inteligencia para elegir acertadamente en la vida.

Conflictos con la Compañía de Jesús

Casi todas sus obras hasta esa fecha fueron publicadas sin el permiso explícito de la Compañía de Jesús, lo cual le trajo algunos conflictos y tuvo que enfrentar reprimendas y quejas formales de sus superiores.

Sus jefes consideraban que los temas éticos y morales que trataba en sus obras no estaban enfocados desde un punto de vista religioso, sino tratados de manera profana.

También consideraron que el hecho de haber sido publicadas bajo el pseudónimo de Lorenzo Gracián, nombre de su hermano menor, les restaba seriedad.

Retorno a Zaragoza y publicación de El Criticón

En 1650 se le envió a Zaragoza con el cargo de maestro de escritura, y en 1651 salió la primera parte de su obra más celebrada, El Criticón. Ese manuscrito también lo publicó la imprenta de Juan Nogués. Dicha publicación aumentó las críticas de la Compañía de Jesús.

El Comulgatorio y los jesuitas

La única de sus obras publicada con los correspondientes permisos de los jesuitas fue El Comulgatorio, que salió a la luz en 1655. Era una especie de guía para la preparación antes de la eucaristía. Este manuscrito salió con su nombre real.

Problemas con Piquer y encarcelamiento

A pesar de publicar El Comulgatorio para complacer a los jesuitas, en 1658, tras la salida de la tercera parte de El Criticón, Jacinto Piquer le reprendió y castigó duramente en público.

Piquer, padre provincial de Aragón, ordenó que a Gracián se le destituyese de su cargo de profesor en Zaragoza y se le enviara a Graus (población de Huesca), encerrándolo a pan y agua y privándole de tinta, pluma y papel para escribir.

Desmotivación y muerte

Estos acontecimientos provocaron que Gracián le escribiese al General de la Compañía solicitando cambiarse a otra orden religiosa, puntualmente a los franciscanos.

Sin embargo, esta solicitud se ignoró y poco tiempo después se le asignó como consultor del Colegio de Tarazona en Zaragoza, cargo de mucho menos rango de los que venía desempeñando.

A partir de entonces su salud desmejoró notoriamente. En invierno, el 6 de diciembre de 1658, falleció Baltasar Gracián en Tarazona. Se especula que su cuerpo se enterró en la fosa común del colegio jesuita donde trabajó hasta ese momento.

Obras

Su obra puede sintetizarse en una serie de manuales para aprender a vivir virtuosamente y sin mayores problemas en una sociedad viciosa, decadente y falsa.

A esta descripción se amoldan El héroe (1637), El político (1640) y El discreto (1646), suerte de guías para perfeccionar al hombre.

El héroe

El héroe se trata de una alabanza a la “virtud”, en el sentido griego, esto es, a la capacidad del hombre de ser extraordinario en cada ámbito de su vida, particularmente en el sentido moral.

El manuscrito aún se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid. El texto se publicó bajo el nombre de Lorenzo Gracián, hermano de Baltasar, al igual que muchas de sus obras posteriores.

El político

El político don Fernando el Católico, conocido simplemente como El político, es un tratado en el que se describe a Fernando el Católico como el monarca ideal, y a la vez se van dictando las características que constituyen a ese gobernante perfecto que debe ser ejemplo para el resto.

Esta obra entra dentro del género literario del “encomio biográfico”, en el que se alaba a un personaje histórico y a la vez se le toma como modelo a seguir. Era un ejercicio de oratoria popular durante el Renacimiento y el Barroco.

El héroe y El político se consideran la antítesis de El príncipe, de Nicolás Maquiavelo, porque promueven los valores opuestos a este como los ideales para un gobernante.

El discreto

El discreto, por su parte, es una obra que describe las virtudes que debe poseer un ciudadano común que desea desenvolverse en la sociedad. La discreción no es otra cosa que la capacidad de discernir. Alaba la prudencia y el buen juicio.

Oráculo manual y arte de prudencia

Oráculo manual y arte de prudencia (1647), puede considerarse un compendio de los anteriores tratados pedagógicos y morales. Se compone de trescientos aforismos con algunos comentarios.

La obra fue traducida al alemán dos siglos después por Athur Schopenhauer, llegando a ser una obra de cabecera para este filósofo. Este texto ejemplificó la economía de las palabras y la riqueza de significados que caracterizan la obra de Gracián.

Agudeza y arte de ingenio

Agudeza y arte de ingenio (1642-1648), fue el tratado de estética literaria de Gracián. En él propuso los principios del conceptismo. Analizó y explicó el resto de sus obras y la forma de su escritura. Ejemplificó su teoría literaria con epigramas y frases de escritores de todos los tiempos.

El Criticón

Su obra cumbre fue, sin duda, El Criticón (1651-1657), una extensa novela de carácter alegórico y moralizante publicada en tres partes.

Por su calidad literaria, el manuscrito se compara a El Quijote de Cervantes, o a La Celestina de Fernando de Rojas.

La novela tiene dos personajes principales: Andrenio y Critilo, que simbolizan respectivamente los impulsos y la prudencia como facetas opuestas en la vida del hombre

Los personajes emprenden juntos un largo viaje persiguiendo a Felisinda, quien simboliza la felicidad. Tras una serie de desengaños, los personajes comprenden que lo que deben alcanzar es la sabiduría y la virtud.

Otras obras

Publicó además otras obras, como un epistolario compuesto de 32 cartas dirigidas a sus amigos Manuel de Salinas, Francisco de la Torre Sevil y Andrés de Ustarroz, y a su antiguo mecenas Vincencio de Lastanosa.

También escribió unos cuantos prólogos y presentaciones para otros autores, y ElComulgatorio (1655), el único de sus escritos de tema netamente religioso, un manual en prosa de preparación para la comunión.

Referencias

  1. Baltasar Gracián (S. f.). Recuperado de wikipedia.org.
  2. Baltasar Gracián (S. f.). Recuperado de biografiasyvidas.com.
  3. Baltasar Gracián (S. f.). Recuperado de cervantesvirtual.com.
  4. Baltasar Gracián (S. f.). Recuperado de ecured.cu
  5. Baltasar Gracián en la mansión de la eternidad (S. f.). Recuperado de elcultural.com.