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Las 57 Mejores Frases de Héctor Lavoe


Te dejo las mejores frases de Héctor Lavoe (1946-1993) “El Cantante de los cantantes”, probablemente el cantante de salsa más conocido a nivel internacional de todos los tiempos. Entre sus canciones más conocidas están Mi Gente, Aguanile, El Cantante, La Murga o Periódico de Ayer.

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-Si viéramos bien al mundo y a nuestros pueblos hermanos, no existiera lo rotundo, ni existiera la creencia, cada cabeza es un mundo. -Todopoderoso.

-Deje farras y milongas que jamás le han de pesar, cuide mucho a su viejita, que la madre es un tesoro un tesoro que al perderlo otro igual no encontrará. -Consejo de oro.

-Vengo de la tierra de la dulzura ¿Qué pa’ dónde voy?, voy a repartir ricura, la sabrosura rica y sandunguera que Puerto Rico puede dar. -Paraíso de dulzura.

-La envidia y el rencor en todo se parecen. En mi son bestias muertas porque jamás me muerden. -Soy vagabundo.

-Unidos en una sola pieza, modernos los rumberos nos vamos a tocar, rechazando a aquel que nos combate, y respetando a quien no sepa respetar. -Hacha y machete.

-¿Por qué, tu cruel silencio duele tanto en mí?, ¿Por qué, si yo he vivido sólo para ti? ¿Por qué, se está muriendo nuestro amor causando un gran dolor en mí? -Tanto como ayer.

-Esperando mi suerte quedé yo, pero mi vida otro rumbo cogió. Sobreviviendo en una realidad de la cual yo no podía ni escapar. Para comer hay que buscarse el real. -El día de mi suerte.

-Tu amor apuntó muy alto, por eso fue que de mi nada sacó. Cruzó como flecha errada, que fácilmente evitó mi corazón. -Plato de segunda mesa.

-Somos en la vida, polvo nada que más da, y eso es lo que al fin nos separará. Es inútil que pienses en la felicidad. Tiene mucho de ausencia, su existencia fugaz. -Comedia.

-El día en que tú te fuiste, triste me quedé llorando. ¡Ay regresa te lo pido!, ¡no ves que por tu amor seguro me estoy matando! -Ausencia.

-Tengo un pollo sabrosito con el que quiero casarme, pero acaban de informarme que no, que no me puedo casar, porque es novia de mi amigo y eso sí da que pensar. -Que lío.

-Aléjate de mi no quiero verte, tu amor es una farsa que lastima. Contigo yo he tenido mala suerte, en mi corazón duele como espina. -Aléjate.

-Antes de maldecir prefiero con orgullo ser simplemente eso un vagabundo. -Soy vagabundo.

-Nadie sabe mi dolor, es que me conocen poco. Loco, loco voy por la vida, canto, río y sufro también. Soy humano y todo me pasa, por eso siempre yo loco seré. Y cada día más loco estaré. -Loco.

-Déjate de tanto alarde y vive la realidad, ay pues por más que tu trates, el mundo no cambiará. Que te dicen sabio, sabio, sabio tu serás, pero con tanta sabiduría y tu no tienes felicidad. -El sabio.

-Tú me estas volviendo loco y no me explico ¿por qué?. Songoro cosongo del Mamey. Songoro, la negra baila bien ¿Será como tú te mueves?, ¿o será cómo te ves? -Songoro cosongo.

-Si ayer fue felicidad, hoy es tristeza. Pero que angustia, melancolía, desilusión. -Barrunto.

-Si tú sabes que te adoro, que eres cielo, mi tesoro, dime por qué no puedo yo tener tu gran querer. Decídete a entregarme el corazón, y así sabrás lo que es el amor. -Déjala que siga.

-¿Quién se llama El Malo? No hay ni discusión, el Malo de aquí soy yo, porque tengo corazón. -El Malo.

-Ella seguía llorando por ese amor que nunca llegó. ¡Ay! Juana Peña ahora me lloras. Ahora me lloras y no te quiero yo. Eras bonita pero traidora. -Juana Peña.

-Vamos todos a bailar al estilo africano. Si no lo sabes bailar, yo te enseñaré mi hermano. -Che Che Colé

-Ay, que los tres clavos de la cruz vayan delante de mí, que le hablen y le respondan: ¡Ay, Dios! ¿Tú ve’? Al que me critique a mí yo tengo aguanile, may, may, ¡Soba mami! -Aguanile.

-La muerte con su poder podrá alejarnos, y con ella bajaría yo hasta la tumba. Pero mientras en mi ser viva mi alma y mi corazón, mis ilusiones, bella existencia, serán tuyas. -Felices horas.

-Hay jíbaros que al llegar de los Estados Unidos ellos miran a sus amigos con aire de superioridad. Todos se quieren guillar de grande y sabiduría. -Esta navidad.

-Voy a darle a tu invierno soledad, una brisa glacial en cada anochecer, me iré corriendo de tu frío pasional. Tienes la piel hecha en cristal de hielo, y me parece que tienes al mirar un resplandor sin luz ni fuego. -Escarcha.

-La calle es una selva de cemento, y de fieras salvajes, cómo no. Ya no hay quien salga loco de contento, donde quiera te espera lo peor. -Juanito Alimaña.

-La mujer que amaba, hoy se me fue, esperando noche y día y no se decide a volver. Pero yo, sé que volverá, y si no, de penas moriré. -Ausencia.

-Nadie pregunta si sufro, si lloro, si tengo una pena que hiere muy hondo. -El cantante.

-No tengo amigos, y si un amor fácil lo consigo, así de fácil lo he de perder. Mi madre dijo: No creas ser un gran tenorio, pararás es un sanatorio y allí fama todo has de perder. -La fama.

-Yo quisiera dejarle a los niños un mundo de dicha de paz y de amor, y que miren de frente al futuro por un mundo que viva mejor. -La vida es bonita.

-Aquí están equivocados y se los digo como un hermano, yo no soy quien llega tarde es que ustedes llegan muy temprano. […] Ustedes siempre me critican, dejen esa bobería. Miren bien de arriba abajo que yo soy estuche de monerías. -El rey de la puntualidad.

-Quien dice una mentira dice dos, y dice cien, se inventa mil, dice un millón. El ser que ya nació para engañar, te engaña a ti, me engaña a mí. -Bandolera.

-Lo soy el cantante que hoy han venido a escuchar, lo mejor del repertorio a ustedes voy a brindar. Y canto a la vida de risas y penas de momentos malos y de cosas buenas. -El cantante.

-No me importa que me trates con desprecio, ni me importa de la forma en que me miras. Si amores como tú no tienen precio, se encuentran al doblar de cada esquina. -Aléjate.

-Hoy mire tus ojos, tus ojos tan lindos, tus ojos tan verdes, mas verdes que el mar. Y en tus pupilas vi las heridas de tu penar. -Tus ojos.

-Abuelita, tus refranes me hacían reír. Ay, abuelita de mi vida, cómo te recuerdo a ti. Yo te quiero yo te adoro, es que tú eres mi único tesoro. -Abuelita.

-Va tratando de lograr lo que ha soñado, aprovecha la experiencia de la vida, va olvidando sufrimientos del pasado, la calumnia y la mentira la castigan. -Triste y vacía.

-¿De qué tamaño es tu amor?, si esa es tu condición. Regalarme una sonrisa, como una rosa sin sol, cual primavera sin flor. -¿De qué tamaño es tu amor?

-Quítate tú pa’ ponerme yo, quítate tú hablando aquí en la esquina, cantando le traigo yo este rico son monduno pa’ que goce el sabrosón. -Quítate tú.

-Ampárame señor, por qué me dejas que yo siga insistiendo en su cariño, si sabes a conciencia que es absurdo y que jamás yo lograré tenerla. -De ti depende.

-Tu presencia desorienta y me hace estremecer, porque sepan que repito, no puedo ganar ni perder. -Ah-Ah/O-No.

-Enamórate y baila, y búscate tu sostén, que si te apuras te mueres, y si no te apuras también -Vive tu vida contento.

-Te conozco bacalao salao, tengo que cerrar las puertas y ventanas de mi casa. Cuando te veo caminar y pegadito la pasas, que muchacho tan incordio, que tipo más agarrao. -Te conozco.

Me dicen que yo estoy loco, pero se están cayendo de un coco, porque de mí no pueden reír. Lo que les pasa es que sin mi saoco no pueden vivir, porque yo canto, bailo, toco un poco, y me sé sacudir. -Vamos a reír un poco.

-Tu amor es un periódico de ayer, que nadie más procura ya leer; sensacional cuando salió en la madrugada, a mediodía ya noticia confirmada, y en la tarde materia olvidada. -Periódico de ayer.

-Todas las personas somos distintas. Cada una somos un mundo. -Todopoderoso.

-Que breve fue tu presencia y mi hastío, que tibias fueron tus manos, tu voz. Como luciérnaga llega tu luz, y disipa las sombras de mi rincón. -Sombras nada más.

-Pobre vieja, ella que tanto te quiso, que llegó hasta el sacrificio para mandarte a estudiar. Ni siquiera te sobra delicadeza para poner en la casa el retrato de mamá. -El retrato de mamá.

-Timbalero, que es lo que pasa, pero que mira, mira, mira timbalero. ¿Por qué estás triste, si ahorita me dijiste que me iba a poner a gozar y a vacilar? -Timbalero.

-Tú bien lo sabes que mi alma siente unos celos mortales cuando yo miro que con otro sales y que me quedo esperando por ti. -Tú bien lo sabes.

-¡Ay!, por estar mintiendo siempre, un día a ti te va a pasar, que sola vas a quedar. Eh, te lo digo desde ahora. -Mentira.

-Pronto llegará el día de mi suerte. Sé que antes de mi muerte seguro que mi suerte cambiará. -El día de mi suerte.

-Amores como el tuyo se encuentran dónde quiera, tú eres una de tantas que amores como el tuyo se encuentran en la calle. -Un amor de la calle.

-Mira como te encontré, convertida en malamaña. No hace falta ni saber porque te llaman piraña. -Piraña.

-No haga como aquellos que se gastan en placeres, y se olvidan de la madre […] La matan a disgusto, y recién cuando se muere se arrepienten y le lloran, no comprenden su valor. -Consejo de oro.

-Todo tiene su final, nada dura para siempre. Tenemos que recordar, que no existe eternidad. -Todo tiene su final. -Todo tiene su final.

-Oiga señor si usted quiere su vida, evitar es mejor o la tienes perdida. Mire señora agarre bien su cartera, no conoce este barrio aquí asaltan a cualquiera. -Calle Luna, Calle Sol.

-Eres el bello sueño del mejor poeta, que inspirado en ti se murió soñando. Con tu cielo azul y tus verdes campos, tierra del edén, isla del encanto. -Isla del encanto.

-Vamos a bailar La Murga, La Murga de Panamá. Los muchachos se alborotan, cuando la ven caminar. -La Murga.

-No me preguntes que me pasa, tal vez yo mismo no lo sé. Préstame unas horas de tu vida. Si esta noche esta perdida, encontrémonos los dos. -Emborráchame de amor.