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40 frases de Walt Whitman sobre la vida, Dios, superación, futuo, y más


Walt Whitman (1819-1892) fue un poeta, ensayista y periodista norteamericano, que cambió para siempre el concepto de poesía en el canon de ese país. En su época, su libro más famoso, Hojas de hierba, fue muy controvertido porque contenía referencias explícitas a la homosexualidad.

Es considerado el padre del verso libre y de la poesía moderna norteamericana, e influyó en autores tan importantes como Rubén Darío, Allen Ginsberg, Federico García Lorca, Jorge Luis Borges, Luis Felipe, T.S. Eliot, D.H. Lawrence, John Ashbery, Henry Miller, Pablo Neruda, Pablo de Rokha, Fernando Pessoa, Ernesto Cardenal y muchos más.

Hemos hecho una selección de las mejores frases de Walt Whitman, para que conozcas a un poeta extraordinario, autor del poema “¡Oh, capitán! ¡Mi capitán!” (“Oh, Captain! My Captain!”) que escribió después del asesinato de Abraham Lincoln, en 1865.

Las mejores frases de Walt Whitman

-Mantén tu cara siempre hacia el Sol – y las sombras caerán detrás de ti.

-Resiste mucho, obedece poco.

-Soy tan malo como el peor, pero, gracias a Dios, soy tan bueno como el mejor.

-Cada momento de luz y oscuridad es un milagro.

-Convencemos por nuestra presencia.

-Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes más grandes de la historia.

-Existo como soy, eso es suficiente.

-La simplicidad es la gloria de la expresión.

-El futuro no es más incierto que el presente.

-Para tener grandes poetas, debe haber grandes audiencias.

-Reexamina todo lo que se te ha dicho… descarta lo que insulta a tu alma.

-He aprendido que estar con aquellos que me gustan es suficiente.

-Nada perdura, excepto las cualidades personales.

-Acepto la realidad y no me atrevo a cuestionarla.

-Lo que satisface el alma es verdad.

-Sin duda merecía a mis enemigos, pero no creo que mereciera a mis amigos.

-Para mí, cada hora del día y la noche es un indecible perfecto milagro.

-Sé curioso, no prejuicioso.

-Nada más bello puede ocurrir que la muerte.

-Una gran ciudad es la que tiene los hombres más grandes y mujeres.

-El arte del arte, la gloria de la expresión y la luz del sol de las letras, es la simplicidad.

-Me gusta sentirme fuerte y sano bajo la luna llena y levantarme cantando alegremente a saludar al sol.

-Aprenderás a escuchar en todas direcciones y dejarás que la esencia del Universo se filtre por tu ser.

-Nunca ha habido otro comienzo que este de ahora, ni más juventud que esta, ni más vejez que esta; y nunca habrá más perfección que la que tenemos ni más cielo ni más infierno que este de ahora.

-Y lo invisible se prueba por lo visible, hasta que lo visible se haga invisible y sea probado a su vez.

-Yo estoy fuera de estos empujones que me traen y me llevan. Yo me quedo arriba, alegre, ocioso, compasivo, viéndolo todo en panorama, mirando, erguido, el mundo desde lo alto o apoyado el brazo sobre un sostén seguro, aunque invisible, esperando curioso, con la cabeza medio vuelta hacia un lado, lo que va a acontecer.

-En la confusión nos quedamos con los demás, felices de estar juntos, hablando sin pronunciar una sola palabra.

-Una mañana gloriosa en mi ventana me satisface más que la metafísica de los libros.

-Los grandes poetas no tienen biografía, tienen destino.

-Produce grandes hombres, el resto los sigue.

-La hojita más pequeña de hierba nos enseña que la muerte no existe; que si alguna vez existió, fue solo para producir la vida.

-El libro más sucio de todos es el libro expurgado.

-Si algo es sagrado, el cuerpo humano es sagrado.

-Aquel que camina una sola legua sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral.

-No tengo nada que ver con este sistema, ni siquiera lo necesario para oponerme a él.

-Me celebro y me canto a mí mismo. Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti, porque lo que yo tengo lo tienes tú y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

-Mis marchas no suenan solo para los victoriosos sino para los derrotados y los muertos también.

-Las batallas se pierden con el mismo espíritu con que se ganan.

-No está lejos. Está al alcance.

-Si lo hiciste, no alardees.

-Quienquiera que seas, ahora pongo mi mano sobre ti para que puedas ser mi poema.