Cultura persa: origen, religión, ubicación, economía, arte
La cultura persa se desarrolló en Asia central a partir de un grupo de tribus nómadas que habitaban al norte de la meseta de Irán. Sobre el 1400 a. C., algunos de esos pueblos se trasladaron hasta el sur y comenzaron a trabajar el metal para fabricar armas y herramientas.
A partir del siglo VI a. C., los persas iniciaron una campaña de conquista que les llevó a crear uno de los imperios más grandes de la antigüedad. La formación del imperio persa y de su cultura se produjo bajo el reinado de Ciro el Grande, quien venció a los medos y comenzó a expandir sus dominios.
Los persas fueron muy tolerantes con las costumbres y creencias de los pueblos que conquistaron. Para fortalecer su imperio crearon una gran red de comunicaciones que les permitió practicar el comercio, ámbito en el que implantaron novedades como la moneda o una especie de bancos.
Para mejorar la administración de su vasto imperio, los persas dividieron el territorio en provincias denominadas satrapías. Finalmente, su cultura inició su declive cuando intentaron conquistar Grecia, a partir del 490 a C. Después de varios años de conflicto, el poderoso ejército persa quedó muy debilitado y fue derrotado por Alejandro Magno.
Índice del artículo
- 1 Origen de la cultura persa
- 2 Religión persa
- 3 Ubicación geográfica del Imperio persa
- 4 Organización política y social
- 5 Aportes culturales
- 6 Economía de la cultura persa
- 7 Arte persa
- 8 Referencias
Origen de la cultura persa
Los persas fueron un pueblo indoeuropeo de la rama indo-irania que terminó uniéndose con las civilizaciones que fue conquistando.
En su origen se trataba de un grupo de tribus nómadas localizadas en el norte de la meseta de Irán. De acuerdo a la identidad cultural basada en el idioma, este pueblo se remonta a los indoeuropeos arios que llegaron entre el 2020 y el 1500 a. C.
Sobre el año 1500 a. C., estas tribus descendieron desde el Cáucaso hasta la meseta iraní, donde recibieron el nombre de medos y persas. Los primeros se quedaron en la zona norte, mientras los segundos se establecieron en el sur.
Imperio persa
En esos momentos, la zona estaba controlada por los asirios, que consiguieron contener a los pueblos indoeuropeos recién llegados. Esto cambió cuando Ciaxares, un caudillo medo, logró unificar a su pueblo y empezó a ampliar sus dominios. Junto con los babilonios destruyó Nínive y estableció un reino con capital en Ecbatana.
Los persas, por su parte, estuvieron bajo dominio de los medos hasta que Ciro II llegó al poder. Este general y político derrotó a los medos en 550 a. C. y se lanzó a la conquista de los reinos cercanos: Babilonia y Lidia. En pocos años, se anexionó ambos territorios y fundó el primer gran imperio indoeuropeo.
Religión persa
La religión más importante entre los persas fue el zoroastrismo, basada en las revelaciones de Zoroastro. Sin embargo, este pueblo fue muy tolerante con las creencias de las civilizaciones que conquistaba.
Zoroastrismo
El zoroastrismo era una religión dualista, lo que significa que creían en dos dioses de carácter opuesto. Uno de ellos, Ormuz (Ahura Mazda), representaba el bien, mientras que el otro, Ahriman, encarnaba el mal.
Para esta religión, Ormuz estaba destinado a vencer a Ahriman en el día del juicio final y lo lanzaría al abismo eterno. Después, los muertos resucitarían y los seres humanos serían juzgados. Los considerados justos ganarían el cielo y los injustos irían al infierno.
Las enseñanzas de Zoroastro quedaron recogidas en un libro llamado Zend-Avesta, el libro sagrado de la cultura persa.
Ritos funerarios
Los ritos funerarios de los persas estaban marcados por el terror que tenían por los cadáveres. Por ese motivo, abandonaban los cuerpos de los difuntos, ya que pensaban que contaminarían la tierra si los enterraban.
Ubicación geográfica del Imperio persa
Como se ha señalado, el origen de los pueblos persas se encontraba en el norte de la meseta de Irán. Cuando se trasladaron a esta meseta se establecieron en un territorio que limitaba al norte con el mar Caspio, al sur con el golfo Pérsico y con el golfo de Omán, al oeste con los montes Zagros y al este con el valle del Indo.
Extensión del imperio
Los persas iniciaron una serie de guerras que les llevaron hasta la frontera con la India. Por el oeste, se dirigieron a Asia Menor, donde conquistaron Lidia, una zona de influencia griega.
Después de una época de paz, los persas continuaron su expansión atacando Babilonia y apoderándose de toda Mesopotamia, Palestina y Siria.
El heredero de Ciro II, Cambises, conquistó Egipto, aunque tuvo que hacer frente a constantes sublevaciones. Sin embargo, la expansión del imperio fue frenada por los griegos, que derrotaron a los persas en las tres guerras médicas.
Esas conquistas hicieron que el territorio persa en su momento de mayor esplendor abarcara desde el norte de Grecia hasta el río Indo y el Amu Daria. Su imperio incluyó Egipto, Tracia, Oriente Medio, Asia Menor y el Cáucaso.
Organización política y social
Cuando los persas conquistaban nuevos territorios establecían políticas muy tolerantes. Así, incorporaban a los gobiernos de los lugares invadidos a miembros de las élites locales, los impuestos eran bajos, respetaban las creencias de sus habitantes y, además, liberaron a algunos pueblos sometidos, como los hebreos de Babilonia.
Este comportamiento provocó que los persas fueran bien recibidos en muchas zonas, como en Palestina o en las ciudades fenicias de Siria.
Monarquía absoluta y satrapías
El rey Darío I transformó la estructura feudal impuesta por Ciro y dividió el imperio en satrapías (provincias), al frente de las cuales se encontraban unos funcionarios denominados sátrapas. Otros altos funcionarios eran los secretarios, los generales y los llamados “ojos y oídos del rey”, los visitadores reales.
El sistema de gobierno de los persas era la monarquía absoluta hereditaria. El rey era considerado como una divinidad y debía ser el mejor cazador y el mejor guerrero. Su ejército personal era llamado “los inmortales”.
Los sátrapas, por su parte, representaban al monarca en las provincias. Entre sus funciones se encontraban el cobro de tributos y el reclutar soldados para el ejército. Sus colaboradores principales eran el secretario y un general que dirigía a las tropas.
Los llamados “ojos y oídos del rey” eran inspectores que recorrían el territorio del imperio para controlar a los funcionarios del gobierno.
Pirámide social persa
La sociedad persa contaba con varias clases sociales. En la cúspide de la pirámide se encontraba el rey su familia. Después aparecía la aristocracia, formada por sacerdotes, grandes comerciantes y nobles. El tercer escalón estaba formado por la clase media y la popular, como los pequeños comerciantes, los soldados o los artesanos.
La base de la pirámide social estaba formada por los campesinos libres. Su trabajo era fundamental para mantener a la población, pero ellos solían vivir con muy pocos recursos y eran obligados a entregar casi toda la producción. Además, también tenían que trabajar en las obras públicas y en la construcción de los palacios.
Por debajo de estos campesinos solo se encontraban los esclavos, normalmente prisioneros de guerra. Su función era realizar los trabajos más pesados en la construcción.
Aportes culturales
Como se ha señalado, los persas fueron muy tolerantes con los pueblos que conquistaron. Era frecuente que incorporaran costumbres de esos pueblos, lo que enriqueció la cultura persa.
Entre los aportes más importantes de los persas destacaron sus métodos de arquitectura, el uso de nuevas técnicas agrícolas, la construcción de canales para transportar el agua o la creación de pinturas y manuscritos.
Organización territorial
La división del imperio en provincias, las satrapías, fue una novedad administrativa que se convirtió en un modelo para futuras civilizaciones. Los sátrapas tenían entre sus funciones el cobro de impuestos, cuya cuantía era destinada a sufragar los gastos del imperio.
La moneda
Se considera a los persas como uno de los primeros pueblos en acuñar moneda. Se trataba de piezas de oro llamadas dáricos y en las que aparecía la imagen de un arquero.
Estas monedas eran atesoradas como símbolo de riqueza y prestigio y también cumplieron una importante función en las actividades comerciales realizadas por este pueblo.
Por otra parte, los persas utilizaron un sistema bancario rudimentario y usaron la oferta y la demanda para regular sus actividades mercantiles.
Artes y ciencias
Una de las virtudes de la cultura persa fue saber aprovechar los aportes de los pueblos conquistados, como la escritura cuneiforme mesopotámica, algunos estilos de construcción de la misma zona o los conocimientos científicos de sus antecesores.
En el arte, también influido por otras civilizaciones, destacaron como constructores de palacios, edificios que dotaban de grandes salas de audiencia.
Comunicaciones
La ubicación geográfica del pueblo persa fue muy importante para que desarrollaran una importante actividad comercial. Para mejorar aún más las comunicaciones, este pueblo construyó el gran camino real, que unía la Anatolia e Irán. En el trazado se colocaron relevos y postas para facilitar su recorrido.
Economía de la cultura persa
Las actividades económicas más importantes de los persas fueron la agricultura, la minería, la ganadería y el comercio.
Estas actividades estaban bajo control estatal y eran impulsadas por una política denominada “Paz del Rey”. Un ejemplo de las iniciativas desarrolladas por esta política era la construcción de canales de regadío para aumentar la producción agrícola y, por lo tanto, la tributación relacionada por esta.
Actividades económicas
La principal actividad económica realizada por los persas fue la agricultura. Para poder sacar el máximo partido a los cultivos tuvieron que crear un sistema de irrigación que transportaba el agua de las montañas hasta los terrenos de las planicies.
Además, también desarrollaron la agricultura de oasis, lugares ricos en agua en los que cultivaban frutas como peras, avellanas, duraznos o cerezas. Otros productos cultivados eran los cereales, sobre todo trigo y mijo.
Por otra parte, los persas domesticaron especies animales y practicaron el pastoreo de ganado vacuno y de ovejas.
A estas dos actividades hay que sumar la minería, ya que el territorio que ocupaban era muy rico en varios tipos de minerales y metales.
Por último, el comercio fue poco a poco convirtiéndose en una de las actividades más importantes dentro del imperio. La mencionada creación de monedas fue uno de los factores que estimuló las actividades mercantiles internas e internacionales.
El auge del comercio provocó que apareciera una clase social formada por los grandes comerciantes. Estos utilizaban las rutas de caravanas que llegaban de China y la India hasta el Mediterráneo.
Tributos
Los persas, una vez que empezaron a extender sus territorios, comenzaron a cobrar tributos a sus provincias. Todas ellas debían pagar impuestos, ya fuera en especie o en lingotes de metales preciosos y lo obtenido era utilizado para sufragar los gastos generales del imperio.
Arte persa
El arte persa recogió la influencia del realizado por pueblos como el egipcio o, sobre todo, el elaborado en Mesopotamia.
Su arte era, por lo tanto, muy ecléctico, con una base mesopotámica y con elementos egipcios y griegos. En general, sus obras estaban destinadas a la exaltación de la monarquía, por lo que los palacios se convirtieron en el culmen de la creación artística.
En cambio, no existía arquitectura religiosa, ya que para los persas los dioses no tenían lugares de adoración, por lo que solo era necesario un altar para celebrar los rituales.
Siguiendo la tradición de Mesopotamia, los persas utilizaban el ladrillo como material principal. La excepción eran las columnas, para las que utilizaban la piedra.
Arquitectura
Durante la época aqueménida, entre el reinado de Ciro el Grande y el de Darío III, el arte persa estuvo muy centrado en la arquitectura y en la escultura. Fue entonces cuando se construyeron sus ciudades principales, como Pasargadas, Susa o Persépolis.
Como se ha mencionado, en esas ciudades no había arquitectura religiosa. Este ámbito estaba limitado a los altares con fuego y a unas torres cuadradas y altas de las que no se conserva ningún ejemplo.
Otra temática era la arquitectura funeraria. En esta destacó la tumba de Ciro, además de los hipogeos excavados en grandes acantilados y que contaban con fachadas esculpidas y dos o tres cámaras muy simples.
Los edificios más importantes construidos por los persas fueron los palacios. Además de servir de residencia a los monarcas, estas construcciones eran auténticas fortalezas. El tamaño de estos palacios los convertían en ciudades dentro de otra ciudad.
Estos palacios se construían en terrenos elevados y, en caso de que el terreno fuera llano, los propios constructores lo elevaban de manera artificial. Otras características fundamentales eran las murallas y las puertas de columnas que servían como entrada principal.
Una de las zonas principales en el interior del palacio era la apadana, la sala de audiencias en la que el monarca recibía a sus invitados o a embajadores de otros pueblos.
Otro aspecto al que los persas prestaban una gran atención era a la decoración. Así, destacaban sus mosaicos que representaban batallas o monarcas, además de las grandes esculturas que decoraban palacios y ciudades.
Escultura
La mayoría de las obras escultóricas eran de temática mitológica. Una de sus representaciones más características era la de Lammasu, una deidad con cuerpo de toro o león, alas de águila y cabeza humana con barba rizada. Esta imagen era colocada en casi todos los rincones del imperio, ya que tenía una función protectora.
Aparte de esas esculturas, los persas fueron grandes maestros en el bajo relieve. Con esta técnica dejaron reflejados guerreros armados y toros alados antropomorfos.
Referencias
- Sobre Historia. La cultura persa: origen, expansión y caída. Obtenido de sobrehistoria.com
- EcuRed. Civilización persa. Obtenido de ecured.cu
- ArteEspaña. Arte Persa. Obtenido de arteespana.com
- History.com Editors. Persian Empire. Obtenido de history.com
- Mark, Joshua J. Ancient Persian Culture. Obtenido de ancient.eu
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. Persian. Obtenido de britannica.com
- Livius. Persian Influence on Greek Culture. Obtenido de livius.org
- TimeMaps. The Persian Empire: Culture and Society. Obtenido de timemaps.com