Morfología (lingüística): concepto, clasificación y ejemplos
¿Qué es la morfología?
La morfología es una disciplina de la lingüística encargada del estudio de la estructura interna de las palabras, las reglas para su formación y las distintas formas en que estas están relacionadas con otras palabras del mismo idioma. En este sentido, el término morfología está compuesto por dos partículas o morfemas.
La primera es -morf (forma) y la segunda es -ología (rama del conocimiento). Así pues, significa “rama del conocimiento concerniente a las formas”. Esta palabra generalmente se atribuye al poeta, novelista, dramaturgo y filósofo alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), quien la acuñó a principios del siglo XIX en el ámbito de la biología.
En ese área la morfología estudia la forma y estructura de organismos. En geología se refiere al estudio de la configuración y evolución de las formas de la Tierra.
En lingüística, la morfología estudia el sistema mental involucrado en la formación de palabras; es la rama que estudia las palabras, su estructura interna y sus procesos de formación.
¿Para qué sirve la morfología?
La morfología, como las demás ramas de la disciplina lingüística, sirve para descubrir los mecanismos subyacentes en los distintos sistemas de lengua. En su caso particular, se explica la estructura interna y las reglas de formación del léxico de cada idioma.
Así, se ha podido notar que en algunos idiomas el uso de la morfología para incluir significados complejos en una sola palabra es mucho más elaborado que en otros.
Por ejemplo, en el idioma groenlandés tusaanngitsuusaartuaannarsiinnaanngivipputit es una sola palabra que significa “simplemente no puedes pretender no estar escuchando todo el tiempo”.
También, las palabras compuestas en inglés que combinan verbo y su objeto (como espantapájaros) son bastante raras. En cambio, son un patrón básico y bastante general en francés y otras lenguas romances.
Inglés y alemán tienden a tener el núcleo a la derecha, como en la palabra “dollhouse” (casa de muñecas). Sin embargo, el italiano y otras lenguas romances a menudo tienen el núcleo a la izquierda, como en la palabra “caffelatte” (café con leche).
A pesar de esta variación, la morfología es un aspecto de la gramática de todos los idiomas, y en algunos rivaliza con la sintaxis en el poder expresivo que permite.
Clasificación de la morfología
Morfología flexiva
La morfología flexiva es el estudio de los procesos (como la afijación) que distinguen las formas de las palabras en ciertas categorías gramaticales.
Las categorías de inflexión prototípicas incluyen número, tiempo, persona, caso, género y otros. En general, estas producen diferentes formas de la misma palabra en lugar de palabras diferentes.
Además, las categorías flexivas no alteran el significado básico expresado por una palabra o lexema, simplemente le agregan especificaciones o enfatizan ciertos aspectos de su significado.
Por lo tanto, hoja y hojas, escribir y escrito, o profesor y profesora no tienen entradas separadas en los diccionarios. “Hojas”, por ejemplo, tiene el mismo significado básico que hoja, pero el morfema “s” agrega la noción de plural.
Las distintas formas gramaticales que tiene una palabra puede representar varios tipos de fenómenos:
- Pueden manifestar propiedades particulares de determinadas clases de palabras. Por ejemplo, en español, en el sustantivo se manifiesta el género y el número (actor/actores, actriz/actrices).
- Representan relaciones sintácticas. Un ejemplo de esto es la concordancia en género y número del adjetivo con el sustantivo (la casa blanca/ las casas blancas).
- Manifiestan propiedades oracionales. Un caso específico de esto es el tiempo y el aspecto en la flexión verbal (por ejemplo: #en ese tiempo, nos bañábamos en el río”).
Morfología derivativa
La morfología derivativa se ocupa de los procesos de formación de nuevos lexemas o palabras. Estos procesos muchas veces implican la modificación sistemática de una base o raíz.
En general, la técnica más extendida para la derivación es la afijación. Por ejemplo, en español se utilizan prefijos o sufijos: honesto, deshonestidad, honestamente. Sin embargo, en otros idiomas existen infijos, interfijos y circuncisos.
Además de la afijación, existen otros mecanismos como reduplicación, modificación interna o reordenación de consonantes y vocales, u omisión de segmentos.
Ejemplos
Los idiomas tienen una amplia variedad de procesos morfológicos disponibles para la creación de palabras y sus distintas formas.
Sin embargo, existe variación con respecto a qué procesos morfológicos están disponibles, con qué frecuencia se usan y qué tipo de información se puede codificar en estos procesos.
En términos generales, las lenguas se pueden clasificar en función de sus propiedades de construcción de palabras y el uso de diferentes procesos de afijación. Así, se distinguen dos grandes tipos de idiomas: analíticos y sintéticos.
Los primeros tienen oraciones compuestas enteramente de morfemas libres, donde cada palabra consta de un solo morfema. Por su parte, los sintéticos permiten la inclusión de dos o más morfemas trabados.
Un morfema es la unidad mínima de significado semántico. Este puede ser libre como “sol” “casa” o “tiempo” (tienen significado por sí solos); o trabado, como la “s” del plural o el sufijo “dis” (deben estar acompañados: loros – disparejo).
A continuación, se presentan algunos ejemplos.
Español
El español es una lengua sintética, pero de tipo flexivo o fusionante. Se caracteriza porque un mismo morfema contiene varios tipos de información gramatical:
- Hablo (sufijo “o”: primera persona del singular, tiempo presente, modo indicativo).
- Habla (sufijo “a”: tercera persona del singular, tiempo presente, modo indicativo).
- Habló (sufijo “o” con acento: primera persona del singular, tiempo pasado, modo indicativo).
Swahili
Swahili es una lengua aglutinante, un tipo de lenguaje sintético en el que los morfemas permanecen inalterados:
- ninasoma (ni/yo – na/tiempo presente – soma/leer): leo.
- unasoma (u/tú – na/tiempo presente – soma/leer): lees.
- nilisoma: (ni/yo – li/tiempo pasado – soma/leer): leí.
Chino mandarín
El chino mandarín es una lengua analítica. Este tipo de idiomas suele tener reglas sintácticas más estrictas y más elaboradas.
Además, las palabras no tienen marcas morfológicas que muestren su papel en la oración. Por tanto, el orden de las palabras tiende a ser muy importante.
- 一个男孩 yī ge nánhái (literalmente “una [entidad de] niño varón”): un niño.
- 四个 男孩 sì ge nánhái (literalmente, “cuatro [entidad de] niño varón”): cuatro niños.