Quimioterapia: qué es, cómo funciona, efectos secundarios, administración
¿Qué es la quimioterapia?
La quimioterapia es un tratamiento médico que consiste en el uso de fármacos muy fuertes que se usan para destruir las células cancerosas. Los objetivos de la quimioterapia dependen del tipo de cáncer que se está tratando.
Hay ocasiones en que se busca que el tratamiento destruya todo el cáncer y también evitar que vuelva a aparecer. En otros casos, la quimioterapia ralentiza el crecimiento del cáncer, cuando no existe la posibilidad de eliminarlo por completo.
Por lo general, la quimioterapia se administra por ciclos y el paciente la recibe por uno o más días, y luego hay un periodo de recuperación antes de la siguiente sesión.
En la mayoría de los casos no es necesario internarse en el hospital, pues solo se acude a la cita para recibir el tratamiento y al terminar se puede regresar a casa.
¿Cómo funciona la quimioterapia?
La duración del tratamiento depende del tipo de cáncer y de la medicación que se utilice. Si el cáncer está localmente avanzado, lo más común es aplicar el tratamiento durante dos meses, después operar, y luego administrar tres o cuatro meses más la quimioterapia.
Si el cáncer está diseminado, la quimioterapia se mantiene mientras siga la enfermedad y la persona la tolere. Usualmente, los tratamientos de quimioterapia se administran por vía intravenosa.
Los diferentes agentes del tratamiento actúan parando el ciclo de vida de las células en sus diferentes fases, generando un efecto citotóxico que frena la replicación celular y provoca la muerte de la célula. Como resultado, conforme pasa el tiempo, el tumor va disminuyendo de tamaño.
¿Cuáles son los efectos secundarios del tratamiento?
Debido a que los medicamentos de la quimioterapia circulan por todo el cuerpo, pueden afectar a las células sanas, por ello se generan efectos secundarios derivados del daño a estas células.
No todas las personas experimentan los mismos efectos secundarios, y puede haber ocasiones en que no se presenta ninguno.
Algunos efectos comunes del tratamiento son: cansancio, caída del cabello, infecciones, anemia, náuseas y vómitos, cambios en el apetito, estreñimiento o diarrea, problemas en boca, lengua y garganta, como las úlceras, problemas en nervios y músculos, como entumecimiento, cambios en la piel y en las uñas, cambios de peso, poca capacidad para concentrarse, cambios en el estado de ánimo y problemas de fertilidad.
Aunque los efectos secundarios pueden ser muy molestos para la persona que recibe la quimioterapia, la mayoría de estos síntomas desaparecen una vez finalizado el tratamiento.
¿Cómo prevenir y combatir los efectos secundarios?
Gran parte de los efectos secundarios de la quimioterapia se pueden prevenir o reducir con medicación y también con algunas medidas que puedes incorporar a tu estilo de vida.
Es aconsejable que, durante la duración del tratamiento, se repartan las comidas en pequeñas cantidades y que estas se tomen varias veces al día. Debes evitar los olores desagradables y las comidas altas en grasas, como los alimentos fritos, las salsas, los quesos grasosos y la leche entera, pues dificultan la digestión.
También es importante beber líquidos fríos en pequeños sorbos a lo largo del día y tomar un descanso después de cada comida, preferiblemente sentado, durante al menos una hora.
Para prevenir la mucositis, o inflamación en el interior de la boca y la garganta, es necesario cepillarse los dientes regularmente con un cepillo de cerdas suaves y usar un enjuague antiséptico, así como evitar utilizar de manera continua una dentadura postiza.
Si la mucositis ya está presente, hay que evitar los alimentos ácidos, salados o condimentados y preferir la comida suave, fácil de masticar e ingerirla a temperatura ambiente o tibia.
Por último, para prevenir infecciones, es importante mantener una higiene personal adecuada y evitar el contacto con personas que puedan tener alguna enfermedad contagiosa, como gripe, varicela o sarampión.
Mantener una alimentación sana y balanceada, tener una moderada actividad física (siempre orientada por un médico) y mantener los niveles de estrés a raya también puede ayudar a controlar los efectos psicológicos derivados de la quimioterapia.
Modos de administración de la quimioterapia
Según el tipo de quimioterapia, el tratamiento puede ser administrado por diferentes vías. A continuación explicamos las distintas opciones.
– La quimioterapia oral se toma en forma de pastillas, cápsulas o en una solución.
– La tópica se administra en forma de cremas o ungüentos.
– La intratecal se utiliza para alcanzar las células presentes en el sistema nervioso central, y el fármaco se aplica directamente en el líquido cefalorraquídeo mediante una punción lumbar en la parte inferior de la columna vertebral.
– La quimioterapia subcutánea es inyectable.
– La intravenosa sirve para los pacientes que requieren recibir los medicamentos de manera muy frecuente.
¿Cómo saber si la quimioterapia está funcionando?
Para averiguar si el tratamiento de quimioterapia está funcionando, se pueden realizar estudios de radiología o imagen, como tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o tomografías por emisión de positrones.
También se pueden hacer extracciones de laboratorio, que analizan la sangre para determinar los niveles de marcadores tumorales producidos por el tumor cancerígeno. Cuando el nivel de estos marcadores es más bajo, lo más probable es que la quimioterapia esté funcionando.
Otra manera es comprobar los síntomas, ya que, si los síntomas causados por el cáncer van mejorando, es probable que el tratamiento esté funcionando.
Mientras se lleve el tratamiento de quimioterapia, hay que tener un seguimiento médico detallado, por lo que el contacto regular con los especialistas es fundamental para informar de cualquier cambio o efecto secundario que se presente.