Apis mellifera: características, hábitat, reproducción, alimentación
Apis mellifera o abeja de la miel europea es una especie de insecto perteneciente al orden Hymenoptera y a la familia Apidae. Esta abeja se caracteriza por construir nidos con panales paralelos en áreas naturales, tales como hoyos de árboles o en espacios huecos.
Es la especie de abeja con mayor distribución global, siendo originaria de Europa y África, el noroeste de Asia, y expandiéndose a América y Australia por acciones antrópicas. Hay muchas subespecies de esta abeja, sobre todo en Europa.
Además, existen híbridos de esta especie como la abeja africana, la cual es un híbrido de Apis mellifera y Apis mellifera scutellata (abeja africana). Este híbrido se distribuye por toda Sudamérica y parte de Norteamérica.
Desde el punto de vista biológico, A. mellifera es un insecto con forma de vida social, con alto porcentaje de especialización y organización. Esto incluye la búsqueda coordinada de alimento y el cuidado comunal de las crías, lo que ha traído como consecuencia evolutiva un mayor éxito reproductivo.
La estructura comunal de las abejas se compone de grupos de abejas con distintas funciones, denominados castas. En los grupos sociales de Apis mellifera existen tres castas de abejas: la abeja reina, la abeja obrera, y los zánganos.
La abeja reina y las obreras son las hembras de cada grupo social, son producto de huevos fecundados y son individuos diploides (2n). Mientras que los zánganos son los machos y son productos de huevos sin fecundar (partenocarpia), por lo que son haploides (n).
Durante el estadío larval, las larvas destinadas a ser reinas y la abeja reina se alimentan de jalea real, mientras que las obreras se alimentan de polen.
En la actualidad, existen muchos remedios que involucran a Apis mellifera en el tratamiento de varias dolencias. La picadura de este insecto, por ejemplo, se usa en terapias para el tratamiento de la esclerosis múltiple.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Hábitat y distribución
- 3 Reproducción
- 4 Alimentación
- 5 Comportamiento
- 6 Homeopatía
- 7 Referencias
Generalmente, las abejas europeas son rojas o marrones con bandas negras y anillos amarillos en el abdomen. Además, tienen pelos en el tórax y carecen de los mismos en el abdomen.
Apis mellifera tiene una canasta para el polen en sus patas traseras, las cuales son marrón oscura o negras, al igual que el resto de las patas.
Como se mencionó anteriormente, hay dos tipos de casta femeninas: las obreras estériles y pequeñas (adultos de 1 a 1.5 cm de largo), y las reinas fértiles y grandes (de 1.8 a 2 cm de largo).
Los machos o zánganos son de 1.5 a 1.7 cm de largo en el estado adulto. A pesar de ser más pequeñas, las obreras tienen alas más largas que los zánganos. Mientras que las abejas machos tienen ojos más grandes que las otras dos castas, probablemente para localizar las abejas reinas voladoras durante los vuelos de apareamiento.
En promedio:
- La longitud de la cabeza es de 4.5 mm, de la antena de 5.4 mm, de la probóscide de 6.4 mm, del abdomen de 4.7 mm, del tórax de 5.8 mm.
- La ala delantera es de 9.5 mm de largo, la trasera de 7.9 mm de largo, las patas delanteras de 8 mm, las patas del medio de 8.3 mm, y las patas traseras de 12 mm.
No obstante, estas características morfométricas dependen de la región y la estacionalidad.
Apis mellifera prefiere los ambientes que le pueden proveer suficiente flores, tales como los prados, áreas boscosas abiertas, y jardines. Además, puede habitar en pastizales, desiertos, y en humedales si hay suficiente agua, alimento y abrigo. Mientras tanto, las abejas europeas necesitan cavidades, por ejemplo hoyos en los árboles, para formar la colmena.
Se pueden distribuir en ambientes con climas templados, tropicales y subtropicales. Es frecuente encontrarla en los biomas desérticos o dunas, en sabanas, pastizales, chaparrales y bosques. No obstante, A. mellifera frecuenta los espacios urbanos, suburbanos y agrícolas.
En el ámbito geográfico, Apis mellifera es nativa de Europa, oeste de Asia, y África. Sin embargo, por acciones antrópicas la abeja europea ha llegado a otros continentes desde el siglo XVII y ahora se encuentra en todo el mundo, incluyendo el este de Asia, Australia, Norteamérica y Sudamérica.
Desde el punto de vista ecológico, Apis mellifera es muy importante como polinizador, siendo así el principal polinizador de plantas en la tierra. Es tanto la importancia de este grupo de abejas, que sin ellas las plantas disminuirían considerablemente su fertilidad.
Como insectos sociales, las abejas europeas son hospedadoras de una amplia variedad de parásitos, organismos comensales y microorganismos patógenos. Al menos dieciocho tipos de virus pueden afectar a A. mellifera, siendo esto un problema grave para los apicultores.
La mayoría de las abejas obreras de una colmena de A. mellifera son estériles. Solo las compañeras de la reina pueden poner huevos; en una colmena hay solo una reina reproductiva.
Durante los períodos de tiempos favorables, primavera y verano, los zánganos dejan la colmena y se reúnen como un ejército cerca de la colmena. Por su lado, las reinas vírgenes vuelan a través de estas áreas atrayendo los machos con las feromonas secretadas.
En este punto, los machos persiguen e intentan aparearse con la reina en vuelo. En algunos casos se forman círculos de zánganos alrededor de la reina para tratar de atraparla.
Cada macho que se aparea con la reina cae y muere en cuestión de horas o días. Mientras, los machos que no se aparearon continúan merodeando el área de vuelo hasta que se apareen. La reina puede aparearse con hasta diez machos en un solo vuelo.
Del mismo modo, las reinas pueden aparearse con machos de otras colmenas y es la reina de las colmenas de Apis mellifera el único miembro que se puede reproducir. Los demás miembros del nido centran sus actividades en el cuidado reproductivo de la reina.
La abeja reina puede controlar si un huevo se fertiliza o no. Los huevos no fertilizados darán lugar a los machos, mientras que los huevos fertilizados producen abejas obreras y nuevas reinas.
La relación de huevos femeninos y masculinos puede modificarse por acción de la abeja reina y esto depende de si esta está enferma o si hay algún problema en la colmena.
Apis mellifera se alimenta de polen y néctar recolectado de flores abiertas. También se puede alimentar de miel (néctar concentrado) y de secreciones de otros miembros de la colonia.
Así pues, las obreras salen del panal en busca de alimento (polen y néctar) para toda la colonia; esto lo logran usando las lenguas para succionar el néctar y almacenarlo en un saco ubicado en una sección anterior de tracto digestivo. Mientras tanto, el polen es recolectado en las canastas de las patas posteriores.
Una vez las buscadoras de néctar regresan a la colmena, estas transfieren el néctar recolectado a las abejas obreras jóvenes. Mientras que las obreras jóvenes se alimentan de néctar y polen, secretan materiales comestibles de las glándulas de sus cabezas, que pueden ser jalea real o jalea del obrero.
Este material secretado alimenta a las larvas jóvenes y la cantidad o el tipo de jalea ingerido condicionará si las larvas serán obreras o reinas.
Las abejas europeas son insectos sociales, viviendo en colonias que contienen una hembra reproductiva (la reina). Las hembras estériles, progenie de la reina, realizan todo el trabajo de la colonia, por lo tanto es la casta más numerosa de una colmena. Los machos y las reinas invierten todos sus esfuerzos en la reproducción.
Las obreras de Apis mellifera cambian de comportamiento a medida que envejecen, pues las nuevas obreras limpian las celdas, preparándolas para nuevos huevos o para almacenar alimento.
Después de varios días, asumen otros trabajos de mantenimiento de la colmena, eliminado los desperdicios y escombros, procesando el néctar traído por las buscadoras, y alimentando a la reina y larvas desde las glándulas de sus cabezas.
Después de la segunda semana de vida de adulto, las obreras comienzan a reparar la colmena y tras 12 a 25 días comienzan a ser guardianas de la colmena. Tras el atrofiamiento de sus glándulas, las obreras comienzan a trabajar como buscadoras de néctar y polen.
Algunos estudios han demostrado la capacidad antiinflamatoria de la toxina de Apis mellifera. Además, el veneno de la abeja europea es efectivo para tratar la artrosis, artritis celulitis, varices, asma, y tendinitis.
La aplicación de A. mellifera en la homeopatía se emplea para resolver problemas inflamatorios en estados agudos. Así pues, la picadura de este insecto es usada como terapia alternativa en el tratamiento de la esclerosis múltiples, produciendo resultados positivos para algunos pacientes.
Según la apicultura, la picadura de una abeja produciría una inflamación local que estimularía al sistema inmunológico del cuerpo para proceder con la desinflamación total. Sin embargo, todos estos datos no han sido corroborados por científicos y médicos, por lo que la comunidad médica es escéptica ante “los milagrosos efectos de la apicultura”.
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