Ansiedad

Cinofobia: qué es, síntomas, causas, tratamientos


¿Qué es la cinofobia?

La cinofobia, o fobia a los perros, es un trastorno psicológico caracterizado por un miedo a los perros irracional y persistente. Se trata de algo más que sentirse incómodo en presencia de estos animales.

Los individuos con cinofobia sufren un miedo a los perros extremadamente fuerte, que puede interferir con el desarrollo de su vida diaria.

Cuando se encuentran con uno de estos animales, normalmente experimentan síntomas como dificultades para respirar, mareos, ansiedad o ideas irracionales sobre posibles peligros.

La cinofobia está clasificada dentro de las fobias específicas, un tipo de trastorno psicológico que afecta aproximadamente al 8% de la población.

No se sabe exactamente cuántas personas padecen este miedo en concreto, pero es lo suficientemente común para haber sido mencionado en el DSM-V, el manual diagnóstico usado en psicología.

En función de cómo sea la vida de la persona con cinofobia, esta puede ser o bien una ligera molestia o un problema extremadamente grave que le impide llevar a cabo sus actividades cotidianas. 

Síntomas de cinofobia

Los síntomas de la cinofobia son los mismos que aparecen en cualquier otra fobia específica cuando la persona está en presencia de un perro, o incluso simplemente al pensar en uno de estos animales.

Según el DSM-V, los criterios para diagnosticar un trastorno de este tipo son los siguientes:

Miedo persistente a los perros

La persona presenta un miedo irracional a estos animales cada vez que ve a uno de ellos. Sin importar la situación concreta en la que esté, los mismos síntomas aparecerán de manera consistente.

Ansiedad

La presencia de un perro cerca del paciente, o incluso el simple hecho de pensar en uno de ellos, provocará que la persona experimente fuertes sensaciones de ansiedad de forma automática. Algunas de las más comunes son presión en el pecho, dificultades para respirar, mareos o dolores de cabeza.

Irracionalidad

Los pacientes con cinofobia saben perfectamente que su miedo a los perros no puede explicarse de manera lógica. Se dan cuenta de que se trata de un temor irracional, pero no pueden hacer nada para controlarlo.

De hecho, por lo general cualquier intento de racionalizar que la presencia de uno de estos animales no presenta ningún peligro tan solo conseguirá poner más nervioso al individuo.

Evitación

La persona con cinofobia hará todo lo posible por evitar cualquier situación en la que tenga que estar cerca de un perro. 

Para lograrlo, cambiará incluso partes de su rutina cotidiana, evitará eventos sociales en los que crea que pueda haber alguno de estos animales, y en general llevará a cabo todo tipo de conductas poco adaptativas.

En las pocas ocasiones en las que no pueda evitar estar cerca de un perro, el individuo afectado soportará la situación, normalmente pasándolo extremadamente mal.

Interferencia con la vida cotidiana

Para que el miedo a los perros pueda considerarse como una fobia específica, debe provocar problemas serios a la persona.

Es decir, si el individuo tiene miedo, pero nunca tiene por qué interactuar con uno de estos animales, por lo general no se puede considerar que presente este trastorno mental.

En cambio, los pacientes que realmente tienen cinofobia cambiarán partes de su vida cotidiana y sufrirán mucho debido al miedo irracional hacia los perros.

Ausencia de otros trastornos

Para poder diagnosticarse la cinofobia, el miedo a los perros no puede ser explicado con la presencia de algún otro tipo de trastorno psicológico.

Esto quiere decir que la única dificultad experimentada por la persona debe ser la fobia específica, sin que existan otros problemas, como trastornos de ansiedad o depresión mayor.

Causas de la cinofobia

Al igual que ocurre en el caso de la mayoría de los trastornos psicológicos existentes, las causas exactas de la cinofobia no son conocidas.

Por lo general, el modelo biopsicosocial es el más utilizado para tratar de explicar la aparición del miedo irracional a los perros.

Esto quiere decir que, cuando una persona presenta esta fobia específica, las causas normalmente son una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. 

Factores biológicos

Una de las causas que podría jugar un papel fundamental en la aparición de la fobia a los perros es la genética.

Según la psicología evolucionista, nuestros antepasados podrían haber desarrollado un fuerte temor a estos animales para prevenir problemas con ellos. Algunas personas de nuestros días habrían adquirido este miedo como consecuencia.

Se sabe que la genética es un factor de peso en el desarrollo de cualquier fobia, ya que la presencia de un familiar cercano con algún trastorno de este tipo aumenta las probabilidades de que una persona acabe desarrollándolo también.

Sin embargo, a menudo la genética no es el único factor que provoca la aparición de la cinofobia. Por lo general, es necesario que la vulnerabilidad biológica se combine con otros elementos de carácter más psicológico o social.

Factores psicológicos

Algunos rasgos de la personalidad, maneras de pensar o formas de ser pueden hacer que una persona sea más propensa a desarrollar cinofobia que otras.

Por ejemplo, el neuroticismo, una característica propia de personas con bajo control emocional, suele estar presente en casi todos los individuos con trastornos de este tipo.

Otro factor decisivo puede ser el haber sufrido algún ataque de un perro durante la infancia. O sencillamente haber pasado un susto con perros. 

Factores sociales

Por último, ciertas condiciones del entorno de la persona pueden influir en el desarrollo de esta fobia.

Si la persona escucha constantemente desde pequeña que los perros son animales muy peligrosos y que es necesario tener cuidado con ellos, por ejemplo, es mucho más probable que acabe desarrollando un miedo irracional hacia ellos.

Otro factor social puede ser el hecho de que algún familiar o ser querido de los afectados haya sufrido una experiencia muy negativa con un perro en el pasado.

En este caso, el paciente habría desarrollado la fobia al aprender de manera indirecta que se trata de animales peligrosos y con los que hay que tener cuidado.

Tratamientos

Como ocurre con todas las fobias animales, el miedo irracional hacia los perros suele responder muy bien a distintos tratamientos.

Ciertas técnicas cognitivo-conductuales, como la desensibilización sistemática o la inundación, han sido diseñadas específicamente para solucionar este tipo de problemas.

En otros casos, también pueden utilizarse ciertos enfoques menos tradicionales, como por ejemplo, la hipnosis, la relajación, la terapia de aceptación y compromiso, o incluso ciertos tipos de medicación.

Las técnicas concretas que se usen dependerán de las características personales del paciente y sus necesidades.

Desensibilización sistemática

Con esta técnica cognitivo-conductual, el paciente se va exponiendo poco a poco a distintas situaciones en las que hay perros involucrados. La idea es ir subiendo la intensidad de estas situaciones según la persona se vaya sintiendo más cómoda en las más sencillas.

Por ejemplo, para el caso de un paciente con un miedo muy agudo, el primer paso podría ser simplemente imaginarse en presencia de un perro.

Al principio esto generaría una respuesta de ansiedad, pero tras unos cuantos intentos, el individuo debería ser capaz de hacerlo sin pasarlo mal.

Una vez que se haya conseguido esto, se pasaría al siguiente nivel (por ejemplo, ver fotografías de perros). La intensidad de las situaciones iría aumentando gradualmente, hasta que el paciente fuese capaz de estar en compañía de estos animales sin pasarlo mal.

Inundación

Una técnica igual de efectiva para tratar las fobias, pero prácticamente contraria a la anterior en su ejecución, es la inundación. Cuando se aplica, el paciente es expuesto directamente a una situación chocante en la que tiene que estar en presencia de perros.

En un principio, esta situación es muy complicada para la persona, en la que se dispara la respuesta de ansiedad.

Sin embargo, tras enfrentarse a ella durante cierto tiempo, por lo general, se acaba dando cuenta de que no ocurre nada malo y es capaz de relajarse. Tras hacer esto varias veces, la cinofobia acaba perdiendo casi toda su intensidad.

Técnicas alternativas

A pesar de que las dos técnicas descritas previamente suelen funcionar muy bien para tratar problemas como la cinofobia, no todas las personas responden de igual manera a ellas.

Debido a esto, a lo largo de los años se han desarrollado todo tipo de enfoques alternativos que pueden ser igual de eficaces para resolver este trastorno.

Así, algunos pacientes muestran una gran mejoría de su fobia a los perros tras trabajar con técnicas como la hipnosis, la terapia de aceptación y compromiso, la terapia de realidad virtual o incluso ciertos tipos de autoayuda.

En cualquier caso, lo importante es que la cinofobia es un problema que puede ser resuelto prácticamente por completo con un poco de esfuerzo y perseverancia. 

Referencias

  1. Cynophobia. Recuperado de healthline.com.
  2. Cynophobia: fear of dogs. Recuperado de psycom.net.