Medicina

Fleboclisis: equipo, materiales, preparación y procedimiento


La fleboclisis o venoclisis consiste en la canulación de una vena de manera tal que, a través de ella, se puedan introducir al torrente circulatorio líquidos, sangre, fármacos o sustancias para el soporte nutricional del paciente. La fleboclisis también se utiliza para inyectar medios de contraste con fines diagnósticos como por ejemplo para las flebografías, entre otros.

Si bien esta técnica de inyección endovenosa tiene antecedentes experimentales desde el siglo XVII, no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX y parte del siglo XX que se desarrolló plenamente utilizando las nociones de la microbiología y la asepsia.

En el proceso de desarrollo de esta técnica primero se implementó el uso de la aguja hipodérmica (Wood A., 1853), luego se inventó la jeringa (Pravaz C. G.) y posteriormente se inició el uso de la técnica con el descubrimiento del hidrato de cloral intravenoso como anestésico para la cirugía (1870 Cyprien P.). Por primera vez, a finales del siglo XIX, se le inyectó a un hombre glucosa intravenosa.

Aunque inicialmente se usaron venas periféricas superficiales y de pequeño calibre, durante la Segunda Guerra Mundial se usó por primera vez la punción de venas de gran calibre ante la necesidad de inyectar grandes dosis de glucosa y aminoácidos.

La fleboclisis puede utilizarse para la inyección intravenosa directa, para la administración por goteo de algún medicamento que no pueda suministrarse por otra vía o se requiera de su acción rápida y para la infusión continua de soluciones. Las vías de acceso venosas pueden ser centrales o periféricas. 

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Equipo y materiales

Las vías de acceso venosas pueden ser centrales o periféricas. Las vías centrales utilizan la vena subclavia, la yugular interna o con menos frecuencia la vena femoral, con el fin de canular la vena hasta llegar a la aurícula derecha.

Los accesos centrales se utilizan en pacientes que deben recibir alimentación parenteral por largo tiempo o deben recibir soluciones concentradas que pueden generar daños de las venas de bajo calibre.

Los accesos periféricos permiten la canulación de venas periféricas y generalmente se usan para colocar soluciones isoosmolares con la sangre. Las venas más utilizadas son las del miembro superior a nivel de la parte anterior del codo, el antebrazo o el dorso de la mano. Algunas veces se utilizan venas del miembro inferior o del pie, pero estas tienen mayor riesgo de trombosis.

Dependiendo del tipo de acceso se seleccionará el equipo y materiales necesarios. El calibre y la longitud del catéter, así como el calibre de la aguja de punción se seleccionan en función del volumen que se debe inyectar, del grosor de la vena del paciente, tipo de líquido que se va a inyectar y la edad del paciente.

Los calibres de las agujas de punción van de 14 a 24 Gauge. Los más gruesos como el número 14 o 18 se utilizan para cirugías, transfusiones o para suministrar grandes volúmenes líquidos. Los calibres más pequeños como el número 24 se utilizan en niños, recién nacidos y pacientes oncológicos. Estas agujas de punción venosa pueden ser de acero o catéteres flexibles llamadas yelcos.

El equipo que se utiliza incluye una riñonera con material estéril como guantes, jeringa desechable cargada con solución fisiológica, agujas para la punción venosa (mariposas o yelcos), sistema de perfusión para goteo (estéril), obturador, adhesivo, torniquete, algodón y solución antiséptica.

Preparación y procedimiento

– Primero se debe hablar con el paciente e informarle acerca del procedimiento que se va a efectuar. Se deben aclarar las dudas que pueda tener, respondiendo de manera sencilla a las preguntas que este tenga bien hacer.

– El personal sanitario que realice el procedimiento debe lavarse previamente las manos con agua y jabón o con algún gel antiséptico. Luego se colocará los guantes estériles.

– Se procede a preparar el material, se retira el sistema de perfusión de su envoltorio estéril, se cuelga y se purga. Se cierra el obturador.

– Se coloca el torniquete unos 5cm por encima del sitio donde se realizará la punción venosa. Se selecciona la vena y se hace la selección del catéter o de la mariposa según los parámetros anteriormente descritos. El calibre escogido siempre deberá ser menor que el calibre de la vena.

– Se desinfecta la superficie de piel inmediatamente adjunta a la vena que se va a utilizar. Esto se hace de manera circular de adentro hacia afuera con un algodón impregnado de alcohol o de alguna otra solución antiséptica.

– Se hace la punción en el sentido del flujo venoso que va de la periferia hacia el corazón y con el bisel de la aguja dirigido hacia arriba. Si se trata de un catéter flexible entonces se procede a la punción. Una vez dentro de la vena se introduce el catéter guiado por la aguja y poco a poco se retira la aguja.

– Se debe comprobar la canalización de la vena por la salida de sangre hacia la cámara posterior del catéter o hacia la parte posterior de la mariposa.

– Se conecta el sistema de perfusión presionando la vena por encima del punto de inserción. Se retira el torniquete y se asegura con adhesivo el catéter o la aguja (mariposa) a la piel.

– Se ajusta el goteo de la solución y se comprueba que el sistema esté perfundiendo correctamente.

– Se recoge el material, se retiran los guantes y se vuelve a lavar las manos.

– Se hace el registro en el reporte de enfermería con el nombre del paciente, el número de la cama, la hora del procedimiento, el tipo de solución y los fármacos colocados según la indicación médica.

Cuidados

Los cuidados de una fleboclisis son necesarios para evitar las complicaciones. Las complicaciones más frecuentes son la infiltración, la obstrucción del flujo, la tromboflebitis, las infecciones, la embolia gaseosa y la sobrecarga hemodinámica.

Complicaciones

– La infiltración ocurre cuando el catéter no está bien colocado en la vena o cuando este se sale de la vena. Por lo tanto, la solución se inyecta fuera de la vena, lo que genera ardor, dolor y edema local. Esta es una indicación para cambiar la venoclisis.

– La obstrucción del flujo puede ocurrir por dos causas. La primera, que exista sangre coagulada en la aguja o en el catéter que impida el paso de solución o enlentezca su paso. En este caso se procede a colocar una solución de heparina para destapar el sistema de lo contrario deberá cambiarse el catéter o la mariposa. La segunda ocurre cuando la punta del catéter queda adosada a la pared de la vena y esta la obstruye; en este caso se moviliza el catéter y debe empezar a fluir la solución.

– La embolia gaseosa puede ocurrir por la inyección de aire dentro del sistema al no purgar las vías o la inyectadora que se carga con medicamentos. Por esta razón debe tenerse un cuidado particular con todo sistema de inyección intravenosa cerciorándose que el sistema no contenga aire.

– Las tromboflebitis suelen ocurrir cuando no se selecciona la vía adecuada para soluciones hipertónicas o para la inyección de medicamentos potencialmente irritantes que pueden dañar la pared interna de la vena.

– Infecciones. Las normas de asepsia son sumamente importantes, ya que cualquier elemento que se introduzca en el torrente circulatorio que no esté estéril podrá generar un problema infeccioso que puede derivar en una sepsis con afectación de múltiples órganos. Por esta razón todo el material debe estar estéril, no puede reutilizarse y el personal de enfermería debe cumplir con normas para el manejo de dicho material y de las superficies que puedan contaminarlo.

– La sobrecarga hemodinámica ocurre cuando no se controla el flujo o goteo y no se siguen las indicaciones médicas. Esto es particularmente importante en pacientes con problemas cardíacos en los que debe mantenerse un estricto control sobre el balance hídrico.

Cuidados generales

Los cuidados más importantes que deben mantenerse diariamente y cada vez que se coloque algún medicamento en el sistema de infusión son:

  • Verificar la permeabilidad de la vía.
  • Mantener las normas de asepsia.
  •  Mantener purgado sin aire el sistema de infusión y cualquier solución añadida al sistema.

Referencias

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  2. Decker, H. B. (1998). U.S. Patent No. 5,800,401. Washington, DC: U.S. Patent and Trademark Office.
  3. Geraldez, R. A. N., & Gonzales, M. L. M. (2005). The effect of topical application of mupirocin in intravenous catheter site in the incidence of superficial phlebitis. PIDSP Journal, 9(2).
  4. Noguera, J. B. (1984). Intravenous treatment, phleboclysis: standardization project. Revista de enfermeria (Barcelona, Spain), 7(74), 27-34.
  5. Nunez, T. C., Voskresensky, I. V., Dossett, L. A., Shinall, R., Dutton, W. D., & Cotton, B. A. (2009). Early prediction of massive transfusion in trauma: simple as ABC (assessment of blood consumption). Journal of Trauma and Acute Care Surgery, 66(2), 346-352.