Cultura general

Emulsión de Scott: para qué sirve, composición, indicaciones


La Emulsión de Scott es un complemento nutricional que se utiliza para tratar afecciones de la salud ocasionadas por deficiencias alimenticias y de vitaminas. Este producto tiene una consistencia líquida, pero espesa, dado que está hecho a base del aceite de hígado de bacalao.

Se trata de una sustancia que aporta importantes nutrientes al cuerpo humano. Aunque su sabor y olor original son un tanto amargos, las presentaciones más recientes tienen otros aromas que, comúnmente, son los de cereza y naranja.

Índice del artículo

¿Para qué sirve?

La Emulsión de Scott tiene fines terapéuticos que van desde el mero uso como complemento nutricional en los niños hasta la mejoría de la psoriasis y la prevención de los ataques al corazón.

Esto se debe a que el Omega 3 tiene efectos positivos en el mantenimiento del sistema circulatorio, haciendo que los vasos sanguíneos se mantengan en buen estado y libres de obstrucciones.

No obstante, como sucede con cualquier producto medicinal, todo beneficio conlleva sus riesgos. El aceite de hígado de bacalao puede llevar a la hipervitaminosis si se consume demasiado, ya que la vitamina A no se procesa bien y se acaba acumulando en el hígado humano en cantidades peligrosas. En mujeres embarazadas puede causar hipertensión en la gestación.

También es peligroso consumirlo sin purificar, pues se puede producir una contaminación por las toxinas del bacalao. 

Si bien la Emulsión de Scott tiene mucha publicidad reciente, este producto tiene una antigüedad que se remonta a finales del siglo XIX. De hecho, este complejo vitamínico está enmarcado en la línea de los aceites comerciales de hígado de bacalao.

Suele elaborarse con Gadus morhua, además de otras especies. Estas grasas han tenido múltiples fabricantes a lo largo y ancho de la historia y tienen sus orígenes en Europa, lugar del mundo cuyos mares son propicios para la cría de este pez.

El bacalao, por consiguiente, constituye la materia prima de la Emulsión de Scott. Esta sustancia oleosa ha experimentado un proceso continuo de renovación en su fórmula y composición.

Dada la necesidad de preservar el medio ambiente, se han buscado formas de hacer que el hígado de bacalao se pueda sintetizar por medios artificiales en el laboratorio, cuidando que se conserven sus propiedades nutricionales y por ende, sus cualidades terapéuticas por la que es tan conocido entre los consumidores.

¿Para quién sirve?

La Emulsión de Scott suele estar orientada a los niños, razón por la cual se ha calificado a este producto como uno de carácter pediátrico. La mayor demanda en este grupo de población se debe a que una alimentación completa es la base para su adecuado crecimiento y el desarrollo de su organismo.

Sin embargo, este complemento también puede ser consumido por los adultos, que también pueden ser víctimas de diversas deficiencias vitamínicas.

Una nutrición apropiada de la población infantil también está relacionada con la presencia adecuada de defensas que protejan el cuerpo de las enfermedades. Así, la Emulsión de Scott ha sido muy conocida por hacer esta labor.

El aceite de hígado de bacalao contribuye a mejorar los niveles de nutrientes y vitaminas de quien lo consuma. Esto se traduce en una mejor salud que previene complicados trastornos cuyo tratamiento suele ser costoso y difícil.

El aceite de hígado de bacalao

No es posible abordar la Emulsión de Scott sin antes explicar en qué consiste su materia prima, el aceite de hígado de bacalao.

Este óleo no es más que uno de los muchos tipos de aceites de pescado que contienen altos niveles de ácidos grasos. Por ejemplo, el famoso Omega 3, presente en cualquier farmacia y que se puede consumir en cápsulas blandas. El aceite de hígado de bacalao también contiene ácido eicosapentaenoico y ácido docosahexaenoico.

Asimismo, esta grasa tiene mucha vitamina A y vitamina D. De esta última es bien sabido que ayuda a prevenir el raquitismo y demás padecimientos causados por la deficiencia de esta sustancia.

De esta manera, queda demostrado que esta emulsión funciona como un suplemento nutricional que complementa la dieta de los niños al mantener una alimentación tan sana como balanceada.

Es importante recalcar que el aceite de hígado de bacalao es popular por la Emulsión de Scott, pero que ese producto no fue el primero ni el único en aparecer en el mundo.

Históricamente, se conoce que este aceite es más bien antiguo y que se ha estado fabricando desde la época de los vikingos, en las más remotas regiones de Escandinavia. No fue hasta los siglos XVIII y XIX cuando la Revolución Industrial se encargó de refinar y purificar su producción a una mayor escala.

De esta manera, el aceite de hígado de bacalao pasó por una etapa continua de perfeccionamiento que poco a poco le fue incorporando cambios, aunque se mantuvieron algunos rasgos que pueden calificarse de tradicionales.

Por ejemplo, este óleo preserva su característico color ámbar, su suave textura al saborearlo en la lengua y su gusto algo agrio, que, hace muchos años, solía estar vinculado con sus dotes medicinales.

La apariencia del aceite de hígado de bacalao en la Emulsión de Scott tiene diferencias con la descripción anterior.  Comparte su sabor y su textura en el paladar, pero no lo hace su color, que es más bien blanquecino.

No obstante, esta mezcla sí preserva sus propiedades químicas, en las que se combinan las vitaminas A y D con los ácidos grasos que están en este aceite de pescado, el Omega 3 por excelencia.

Reseña histórica

La Emulsión de Scott tiene una larga tradición que data de finales del siglo XIX, cuando en 1873 Alfred B. Scott se fue de Inglaterra a Nueva York con su compañero Samuel W. Bowne a presentar una innovación.

Lo revolucionario de Scott no fue el aceite de hígado de bacalao, que para esos años ya era muy conocido en el Reino Unido por influencias nórdicas, sino su sabor, más tolerable que el de sus competidores. Fue esto lo que le hizo ganarse la aceptación del público.

Para la década de 1890, Scott había impulsado su marca a nivel internacional. La empresa distinguida por la imagen del hombre con el pez en su espalda, supo reinventar para bien una receta que se creía inmejorable.

El problema de esta sustancia era el sabor desagradable para los niños y por tanto, se pensó en modificar la receta a fin que tuviera un gusto tan agradable como el de la leche. Scott, aunque no fue médico ni sabía mucho de química ni farmacéutica, sí tenía ideas visionarias.

El rápido desarrollo de la medicina científica entre 1890 y todo el siglo XX puso a prueba la Emulsión de Scott, pero esta resistió el reto y pasó el escrutinio de los especialistas.

Aunque todavía hay un amplio debate en relación a los riesgos y beneficios que trae el aceite de hígado de bacalao, no queda duda de la eficacia de la Emulsión de Scott. Incluso ha sido auspiciada por la GlaxoSmithKline, una de las grandes empresas dedicadas a la industria farmacéutica.

Composición y farmacología

La composición química de la Emulsión de Scott consta básicamente de vitamina A y vitamina D3 (22,610 Unidades Internacionales), aceite de hígado de bacalao, colecalciferol 2 (261 Unidades Internacionales), fósforo (642 miligramos), calcio (890 miligramos) y vehículos/excipientes (100 miligramos).

Las cantidades especificadas abarcan con exactitud cada 100 mililitros y dan los aportes nutricionales necesarios para el cuerpo, siempre que se sigan las dosis recomendadas por el médico.

En líneas generales, la farmacología de la Emulsión de Scott, aparte de ser muy rica en vitaminas A y D y Omega 3, contienen nutrientes muy fáciles de ser asimilados por el organismo. Por esta razón, no se esperan efectos adversos en la mayoría de los casos donde se consume este producto.

La vitamina A pasa a ser retinol y es absorbido en el tracto intestinal. Después se almacena en el hígado y por último se libera de manera gradual.

Con la vitamina D sucede algo similar, pero en vez de ir directamente al hígado se va a los depósitos de grasa. Allí se acumula y luego es expulsado en la bilis, aunque en pequeñas cantidades puede salir por la orina.

La vitamina D es muy relevante para que el calcio entre al organismo, motivo por el cual está en la fórmula de la Emulsión de Scott. Sin este elemento químico los huesos y los dientes no se forman adecuadamente.

El fósforo de la Emulsión de Scott se utiliza para el metabolismo del cuerpo humano. Por su parte, el Omega 3, tiene dos funciones fundamentales. Primero, participa en el sistema sensorial y neuromotor de los niños, y segundo mantiene en buen estado el sistema cardiovascular en personas de mayor edad. Esto explica por qué la Emulsión de Scott puede ser consumido por la población infantil y por los adultos. 

Indicaciones, administración y dosis

A menudo se utiliza la Emulsión de Scott para los grupos que pueden requerir más cantidades de las vitaminas A y D proveniente de los ácidos grasos del Omega 3.

Estas personas son los ancianos, las mujeres mayores con menopausia, las personas con problemas de desnutrición, las féminas embarazadas o en período de lactancia (con las precauciones pertinentes del médico), los niños que están en etapa de crecimiento y los bebés a los que apenas les está saliendo la dentadura (dentición).

El uso de la Emulsión de Scott también se recomienda en pacientes que tienen trastornos clínicos causados por las deficiencias de fósforo, calcio y vitaminas A y D. Entre estos padecimientos están la osteoporosis o la hipovitaminosis. También la hipocalcemia, provocada por los bajos niveles de calcio en sangre y  el raquitismo, una afección de los huesos.

La administración de la Emulsión de Scott es oral. Aunque las dosis deben ser consultadas con el especialista, normalmente estas son diarias.

La posología común suele basarse en una toma de 3 veces al día para adultos y niños de 6 años en adelante. Los niños de 2 a 6 años, deben tomar la emulsión 2 veces al día y los de un año solo 1 vez al día.

Las cantidades consumidas por los pacientes no deben exceder las indicaciones prescritas por el médico.

Precauciones y contraindicaciones

Se desaconseja que la Emulsión de Scott se tome sin la previa asesoría de un profesional, especialmente durante el embarazo o la lactancia. Un consumo excesivo puede provocar una sobredosis y la aparición de efectos adversos que podrían desencadenar en una hipervitaminosis.

Además, la Emulsión de Scott debe consumirse tras haber agitado bien el envase, a fin que la mezcla de sus ingredientes se mantenga homogénea.

Efectos adversos potenciales

Ninguno, salvo por sobredosis y por alergia a los componentes de la Emulsión de Scott. En el primer caso puede experimentarse dolor de cabeza, irritabilidad, anorexia y náuseas.

Interacciones

Medicamentos anticoagulantes y otros suplementos vitamínicos en los que el metabolismo de la vitamina D se incrementa por encima de los niveles normales.

Por esta razón, no debe consumirse la Emulsión de Scott cuando ya hay en curso un tratamiento contra la desnutrición o la deficiencia de vitaminas.

Referencias

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