Salud física

Hiposmia: características, causas y tratamientos


La hiposmia es un trastorno específico del sentido del olfato. Concretamente, esta alteración se caracteriza por originar una reducción parcial de la capacidad para percibir los olores. Las personas que padecen esta alteración ven reducida su capacidad para oler y percibir fragancias.

La hiposmia se diferencia de la anosmia por la conservación de ciertas capacidades para oler. Mientras que la reducción del olfato de la hiposmia resulta únicamente parcial, en la anosmia esta se vuelve completa y el sujeto pierde de forma total su capacidad para oler.

Las causas que pueden originar esta alteración son bastante variadas, pero la mayoría de ellas se relacionan con lesiones o alteraciones en las regiones nasales o en las estructuras cerebrales que transmiten el sentido del olfato.

Índice del artículo

Características generales de la hiposmia

La hiposmia es un tipo de trastorno olfatorio que provoca una reducción de capacidad olfativa de la persona. A diferencia de lo que puede parecer, los trastornos olfatorios son bastante frecuentes y afectan significativamente a la calidad de vida de los individuos.

De este modo, aunque la hiposmia no resulte una patología de elevada peligrosidad o deterioro, constituye una alteración importante que puede afectar notablemente a la vida de la persona que la padece.

De forma general, los trastornos olfatorios pueden deberse a trastornos congénitos raros, enfermedades neurodegenerativas o autoinmunes, traumatismos craneales, exposición a toxinas, enfermedades virales e inflamaciones rinosinusales.

Durante los últimos años, el interés científico sobre este tipo de trastornos ha incrementado notablemente, hecho que ha permitido un mayor alcance de información acerca de sus causas, sus prevalencias y sus intervenciones terapéuticas.

Evaluación

El principal elemento que se debe evaluar para el diagnóstico de hiposmia es la capacidad olfativa de la persona. Es decir, qué estímulos olorosos es capaz de percibir y cuál es la calidad e intensidad de dicha percepción.

En la actualidad no existen pruebas estandarizadas específicas para la evaluación de los trastornos olfativos. Sin embargo, sí que existen una serie de pruebas validadas que permiten evaluar la identificación de olores y el umbral de detección olfativa.

En este sentido, la herramienta que se utiliza con mayor frecuencia es la prueba de identificación de olores de la Universidad de Pensilvania. Este instrumento consta de 40 muestra para raspar y oler. El paciente debe identificar el olor entre cuatro opciones disponibles para cada una de las muestras.

Así mismo, otra técnica evaluativa que se suele emplear consiste en identificar el umbral olfativo mediante el empleo de viales diluidos. Este método resulta más prolongado y requiere un cierto entrenamiento.

Consecuencias

La pérdida de la capacidad olfativa que origina la hiposmia puede originar una serie de consecuencias negativas para la salud del individuo.

Concretamente, esta alteración se ha relacionado con los trastornos alimenticios, ya que el olor de los alimentos se encuentra perturbado, hecho que puede originar una notable pérdida de interés en la ingesta.

Así mismo, la pérdida de olfato puede resultar un factor de riesgo para la salud, ya que limita la capacidad para detectar alimentos en mal estado.

Finalmente, más allá de las consecuencias directas sobre la salud, la pérdida de olfato origina una importante reducción de la calidad de vida, ya que el individuo ve limitado uno de sus principales sentidos de percepción.

Causas

La investigación acerca de la hiposmia ha incrementado notablemente durante los últimos años, hecho que ha permitido identificar varios factores relacionados con su desarrollo.

En la actualidad, se ha demostrado que la hiposmia no responde a un causa única, sino que varias patologías pueden originar esta alteración. Las que se parecen ser más importantes son:

Alergias

Las alergias son una de las causas más comunes de pérdida completa o parcial del olor. De hecho, el padecimiento de esta patología altera de forma directa las regiones nasales, y suelen producir hiposmia en la mayoría de casos.

En ocasiones, si se trata adecuadamente la alergia, el individuo puede ir recuperando poco a poco su capacidad para reconocer y percibir olores. No obstante, en algunos casos el sentido del olfato va disminuyendo de forma progresiva y permanente. 

Traumatismo craneoencefálico

Las alteraciones que motivan una pérdida de la percepción olfativa no tiene por qué afectar siempre las regiones nasales. También pueden afectar las estructuras cerebrales que se encargan de transmitir el sentido del olfato.

En este sentido, se han descrito algunos casos de traumatismo craneoencefálico que han originado pérdida total o parcial del sentido del olfato. La recuperación de la capacidad olfativa, en estos casos, depende de la magnitud y la gravedad del traumatismo.

Pólipos nasales

Los pólipos nasales dañan las regiones de la nariz y suelen producir una notable reducción de la capacidad olfativa. Estos daños pueden volverse permanentes aunque el sentido del olfato suele recuperarse tras la extirpación quirúrgica de los pólipos.

Infecciones virales

Las infecciones también pueden originar hiposmia temporal o permanente. De forma habitual, el sentido del olfato se ve reducido únicamente mientras dura la infección, y se suele recuperar cuando esta se trata adecuadamente.

No obstante, en algunos casos minoritarios, las infecciones virales pueden originar un pérdida total del sentido del olfato.

Tratamiento

En muchos casos la hiposmia no requiere un tratamiento específico, ya que la reducción de la capacidad olfativa puede resultar temporal y desaparecer por completo cuando se revierte la alteración que la origina.

Aun así, para poder tratar la hiposmia resulta de vital importancia realizar un adecuado diagnóstico y detectar los factores relacionados con su aparición. Una vez detectado, se pueden emplear los siguientes tratamientos:

Tratamiento farmacológico

Si la hiposmia se debe a un problema de alergia o algún déficit vitamínico se pueden administrar antihistamínicos para conseguir la recuperación. En estos casos, también resulta importante que el sujeto evite el uso de descongestivos nasales, los cuales pueden resultar contraproducentes.

Tratamiento quirúrgico

Cuando la hiposmia es originada por una obstrucción o lesión de las fosas nasales, suele ser necesario realizar una intervención quirúrgica que permita corregir el problema.

Referencias

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