Botánica

Tallo: concepto, características, formología, funciones, tipos


¿Qué es el tallo?

Un tallo es el órgano de las plantas vasculares que sostiene a las hojas y a las estructuras reproductivas. Junto con las raíces y las hojas, los tallos son parte fundamental del cuerpo de una planta vascular y tienen funciones también en la conducción de agua y nutrientes desde el suelo hacia la porción aérea de las plantas.

Filogenéticamente hablando, el tallo corresponde a la porción más “primitiva” de las estructuras vegetales, lo que se ha evidenciado en las plantas vasculares más primitivas, puesto que de este derivan tanto las hojas como las raíces.

A pesar de que los principales órganos fotosintéticos de las plantas son las hojas, la epidermis de los tallos también posee células capaces de fotosintetizar, aunque en mucha menor proporción respecto a las hojas.

El tallo de una planta posee una zona apical, que es la que corresponde al tejido más joven. De esta zona se van formando las hojas y, eventualmente, las estructuras reproductivas. En el caso de las plantas con flor, los meristemas apicales de los tallos se diferencian en flores.

Características y morfología del tallo

Al conjunto de hojas, ramas y tallos se le conoce como vástago y es lo que representa la porción aérea de todas las plantas vasculares. Las ramas y las hojas son, en realidad, modificaciones o especializaciones del tallo en las plantas más evolucionadas.

Usualmente, un tallo es una estructura cilíndrica compuesta por varias capas concéntricas de células que cumplen funciones específicas. Los tallos se diferencian de las raíces por la presencia de nudos, entrenudos y yemas axilares.

Los nudos son los sitios de inserción de las hojas, los entrenudos corresponden al espacio entre nudos sucesivos y las yemas axilares son cúmulos de células “dormantes” que se ubican en la superficie de los ángulos formados por los peciolos de las hojas y los tallos; estas yemas tienen la capacidad de formar una rama nueva.

Así como la raíz, los tallos poseen en su ápice (porción más distal respecto al suelo) un conjunto de células “madre” totipotenciales o pluripotentes encargadas del control de muchos aspectos fisiológicos de las plantas y de la producción de células nuevas durante el crecimiento.

Estructura primaria de un tallo

El crecimiento del tallo se da gracias a la diferenciación de las células originadas a partir del meristema apical del vástago. El crecimiento primario del tallo es el que da lugar a la estructura primaria de tejido vascular, que discurre por el interior del tallo en toda su longitud.

Existen muchas variaciones respecto a la estructura vascular del tallo entre los organismos vegetales. En las plantas superiores como las angiospermas y las gimnospermas, el tejido vascular está organizado en forma de “haces independientes”, que corresponden a “bandas” de xilema y floema.

El xilema es el conjunto de “canales” por donde pasa el agua, mientras que el floema constituye la tubería para el transporte de fotoasimilados y otras sustancias nutritivas.

La estructura primaria de un tallo consiste en capas concéntricas de células. De afuera hacia adentro estas capas son:

  • La epidermis: que recubre al tallo y lo protege.
  • El córtex: formado por tejido parenquimático y que es el que se encuentra en la parte externa del anillo vascular.
  • Los conductos vasculares (que pueden ser haces independientes o no): usualmente se organizan de modo que el floema se dispone hacia la cara más “externa”, más cercana al córtex, y el xilema hacia la cara más “interna”, más cercana a la médula.
  • La médula: compuesta también por tejido parenquimático y se trata de un tejido fundamental.

Estructura secundaria del tallo

Muchas plantas experimentan lo que se conoce como “crecimiento secundario”, por medio del cual engrosas sus tallos y raíces. Este crecimiento se produce gracias a la actividad de los meristemas representados en el cambium vascular, que produce tejido vascular secundario (xilema y floema).

Funciones del tallo

Los tallos son estructuras vitales para todas las plantas vasculares. De ellos depende el crecimiento aéreo de las plantas, la fotosíntesis, la formación de flores y frutos (en las Angiospermas), el transporte de agua y nutrientes, entre otras cosas.

Para muchos tipos de plantas, los tallos son estructuras de propagación y/o de reserva de sustancias nutricionales.

Los tallos producen hojas, que son los órganos vegetales más importantes desde el punto de vista fotosintético.

A través del xilema y del floema del tallo (tejido vascular) se transportan enormes cantidades de agua y savia desde las raíces hacia la porción aérea. El agua hidrata y cumple diversas funciones celulares en los tejidos vegetales, y a través de la savia se transportan las sustancias que son producto de la asimilación fotosintética.

Tipos de tallos

Existen diferentes tipos de tallos, pero la clasificación más común es respecto a su función o a sus modificaciones anatómicas.

Antes de describir las distintas modificaciones que puede sufrir esta parte del cuerpo de un vegetal, es importante señalar que los tallos pueden diferenciarse no solo por la disposición de sus hojas (filotaxis) sino también por sus adaptaciones medioambientales.

Las modificaciones más comunes en los tallos son: los estolones, los rizomas, los tubérculos, bulbos y los zarcillos.

Estolones

Los estolones son tallos modificados producidos por muchas plantas con reproducción vegetativa. Se trata de tallos que crecen de forma horizontal, podría decirse que paralelos a la superficie del suelo (son rastreros).

En los puntos de estos tallos donde ocurre contacto con el suelo, se dispara la producción y/o diferenciación de raíces adventicias que permiten la fijación del tallo al sustrato y la “independización” de esta porción de la planta de aquella que le dio origen, pues a partir de esta estructura se forman otras plantas idénticas a la planta madre.

Estos tallos son producidos a partir de una yema axilar en el tallo principal de una planta, que se activa y produce una estructura alargada de forma horizontal. Cuando las raíces adventicias asientan parte del estolón al suelo, entonces el ápice de este adquiere posición vertical, engrosa su estructura y comienza a producir hojas y flores (cuando corresponde).

Un ejemplo típico de plantas productoras de estolones es el de las fresas, que aumentan el tamaño de sus poblaciones gracias a la reproducción asexual por medio de estas estructuras.

Rizomas

Los rizomas son estructuras similares a los estolones, pero son tallos de crecimiento horizontal y son subterráneos. Algunos autores destacan como ejemplos típicos de estos tallos modificados los rizomas de los lirios, de los cuales pueden desarrollarse nuevas hojas y tallos periódicamente.

Tubérculos y bulbos

Los tubérculos son estolones modificados, en los cuales la porción más distal del estolón se “hincha” y forma unas estructuras especializadas en el almacenamiento de almidones. Una papa o patata es un tubérculo y sus “ojos” representan las yemas axilares del estolón que se modificó.

Los bulbos, por otro lado, son tallos modificados en los que el almidón se acumula en las hojas gruesas y carnosas que están adheridas al tallo principal.

Existen bulbos “sólidos”, como los de los gladiolos (que son tallos subterráneos de reserva modificados y que corresponden a crecimiento de tallo y no de hojas), y los hay blandos, como los bulbos de las cebollas, en los cuales el crecimiento secundario es de las hojas que lo recubren y no del tallo.

Zarcillos

Los zarcillos son modificaciones encontradas en algunas plantas leguminosas. Se trata de una modificación de la porción terminal del tallo que funciona en la sujeción de las plantas a superficies verticales (para escalar o ascender) y su apoyo correspondiente.