Tejido adiposo: características, funciones, estructura, tipos
¿Qué es el tejido adiposo?
El tejido adiposo, también conocido como tejido graso o simplemente grasa, es uno de los diversos tipos de tejidos que se encuentran en el cuerpo humano; pertenece al grupo de los tejidos conjuntivos o conectivos y tiene importantes funciones desde el punto de vista del balance o la homeóstasis energética corporal.
Los tejidos conectivos del cuerpo humano cumplen diversas funciones y están formados por diferentes tipos de células encerradas o agrupadas juntas en una matriz extracelular que es rica en fibras proteicas y en otros elementos importantes, entre ellos una sustancia heterogénea conocida como sustancia fundamental.
Dependiendo del tipo de células y del tipo de sustancia fundamental que contenga su matriz extracelular, los tejidos conectivos tienen determinadas características y ejercen funciones especiales. Además, estos se clasifican como densos o laxos dependiendo de la organización de dichos componentes.
El tejido adiposo es un tejido conjuntivo laxo que está compuesto por un tipo de células especiales llamadas adipocitos o células adiposas.
Es un tejido ampliamente distribuido por el cuerpo y tiene la función esencial de servir como sitio de almacenamiento de energía en forma de triacilgliceroles -que son sintetizados a partir de las moléculas derivadas de los alimentos consumidos en exceso- desde donde puede obtenerse dicha energía rápidamente, siempre que sea necesaria.
Las células del tejido adiposo también pueden producir hormonas que regulan el metabolismo, por lo que este tejido también se considera una parte importante del sistema endocrino (que es el que tiene que ver con las hormonas y sus efectos).
Características del tejido adiposo
El tejido adiposo del cuerpo humano tiene las siguientes características:
- El tejido adiposo es un tejido conectivo laxo formado por células adiposas o adipocitos.
- Como se trata de un tejido conjuntivo laxo, las fibras de su matriz extracelular se distribuyen desordenadamente y en él pueden encontrarse otros tipos de células como fibroblastos, células endoteliales vasculares, macrófagos y otras células del sistema inmune.
- Este tejido recibe mucha sangre (está muy irrigado) y sus células son capaces de recibir las señales y de responder a numerosas hormonas.
- La acumulación excesiva de tejido adiposo conduce a la condición que conocemos como obesidad, lo que puede conllevar a la aparición de enfermedades cardíacas o metabólicas como la hipertensión y la diabetes, por mencionar algunas.
- La obesidad puede deberse a un exceso de células adiposas o a la acumulación excesiva de grasas en el interior de las células ya existentes, las cuales pueden incrementar su tamaño hasta 4 veces.
¿Dónde se encuentra el tejido adiposo?
El tejido adiposo está en muchas zonas diferentes del cuerpo humano y existen algunas diferencias en su distribución dependiendo del sexo, es decir, los hombres y las mujeres tienen distintos sitios donde se acumula el tejido adiposo.
Este tejido generalmente se encuentra debajo de la piel, donde ejerce funciones importantes de aislamiento térmico. También se puede hallar entre algunos músculos y alrededor de ciertos órganos internos, como los riñones, por ejemplo.
Generalmente es más abundante en las regiones de:
- El abdomen
- Los glúteos
- Los muslos
- Las axilas
- El pecho (en la región mamaria)
- La médula ósea (de allí su color amarillento)
- Las palmas de las manos
- Las plantas de los pies
- Debajo del pericardio (en la superficie del corazón)
- Alrededor de los globos oculares
- En los hombres suele acumularse más alrededor de la cintura, mientras que en las mujeres es más prominente alrededor de las caderas (esto está determinado genéticamente).
Funciones del tejido adiposo
Las principales funciones del tejido adiposo son:
- Funcionar como sitio de reserva de energía en forma de triacilgliceroles (lípidos) y también de moléculas de agua.
- Ser una fuente de hormonas para el control metabólico celular, específicamente de una hormona conocida como leptina, que inhibe la ingesta de alimentos y estimula el metabolismo; otras hormonas también incluyen al angiotensinógeno, la adiponectina, la resistina, la testosterona, el estrógeno y los glucocorticoides.
- Funcionar en la producción de factores de crecimiento como el factor de necrosis tumoral (TNF-α), el factor de crecimiento transformante y el factor de crecimiento similar a la insulina.
- Participar en la producción de citoquinas como la interleucina 6 (que tiene efectos antiinflamatorios y proinflamatorios) y algunas prostaglandinas (las citoquinas son proteínas reguladoras de las funciones celulares de ciertas células del cuerpo).
- Proveer aislamiento térmico y amortiguación de los órganos viscerales (los que se encuentran en la cavidad interna del abdomen).
- Producir calor metabólico a través de su descomposición.
Respecto a la función energética
El almacenamiento de energía en forma de triacilgliceroles (y también de agua) es una de las funciones más importantes del tejido adiposo.
Cuando los músculos u otros tejidos del cuerpo necesitan energía, algunas señales hormonales se disparan y promueven la descomposición de los triglicéridos en el interior de las células adiposas. Esto resulta en la liberación de los ácidos grasos que los contienen (lipólisis), que son utilizados para extraer enormes cantidades de energía y así abastecer al tejido que la requiere.
Estructura del tejido adiposo
El tejido adiposo, como ya comentamos, es un tejido formado predominantemente por un tipo especial de células conocidas como adipocitos o células adiposas. Estas células tienen un diámetro igual o mayor a 100 micras y tienen un aspecto esférico u ovalado.
En el interior de los adipocitos se acumulan numerosas “gotitas de grasa” o “gotitas de lípidos” formadas por triacilgliceroles (mejor conocidos como triglicéridos), que se forman a partir de la energía en exceso que deriva de los alimentos, cuando su ingesta supera el gasto de energía que tienen todas las células del cuerpo.
Estos lípidos concentran grandes cantidades de agua y energía, que pueden ser utilizadas cuando, por ejemplo, se consumen pocos o nulos alimentos y las células del cuerpo requieren de estos compuestos para seguir funcionando.
Como consecuencia de la acumulación de lípidos en su interior, las células adiposas presentan un núcleo desplazado hacia uno de los lados del citosol, que se reduce a un borde estrecho alrededor de la gota central de grasas.
La gotalipídica en el centro de los adipocitos no está rodeada por una membrana, es decir, no se forma en el interior de ningún orgánulo o compartimento membranoso interno, sino que está suspendida en el citosol, separada del medio acuoso citosólico por las fuertes interacciones hidrofóbicas entre las regiones apolares de los lípidos que la conforman.
Otras células en el tejido adiposo
Puesto que el tejido adiposo se encuentra inmediatamente por debajo de la piel, este es uno de los primeros sitios de contacto de patógenos como bacterias y otros microorganismos potencialmente infecciosos y sustancias extrañas.
Por esta razón, el tejido adiposo también alberga distintas células del sistema inmune que ayudan a combatir a los invasores extraños, induciendo respuestas inflamatorias, reacciones alérgicas, etc.
Tipos de tejido adiposo
El cuerpo humano tiene dos tipos de tejido adiposo: el tejido adiposo blanco y el tejido adiposo pardo. Estos tejidos se diferencian principalmente por el aspecto que tienen bajo el microscopio las células que los componen.
Tejido adiposo blanco
Este tejido también es conocido por los histólogos (los que estudian la histología, es decir, los que estudian los tejidos del cuerpo) como tejido unilocular y el nombre de “tejido adiposo blanco” se debe al color que este tiene.
El tejido adiposo blanco es propio de los seres humanos en su adultez y su función principal es la de almacenar energía, producir hormonas, proteger y amortiguar a los órganos vitales y permitir que nuestro cuerpo esté aislado térmicamente, especialmente cuando hace frío.
Tejido adiposo pardo
También llamado tejido adiposo multilocular, el tejido adiposo pardo (por su color marrón, debido a las células pigmentadas y a la abundante cantidad de sangre que recibe) es propio de los bebés cuando todavía están en período de gestación dentro del vientre de su madre, es decir, cuando todavía son fetos; va desapareciendo durante los primeros 10 años de vida.
Este tejido también es propio de distintos animales, siendo especialmente abundante en aquellos animales que hibernan, como los osos polares, por ejemplo, pues la actividad metabólica de las células que lo componen genera calor.
Referencias
- Bloom, W., & Maximow, A. (1952). A textbook of histology. WB Saunders.
- Cox, M. M., & Nelson, D. L. (2008). Lehninger principles of biochemistry. Wh Freeman.
- Gartner, L. P., & Hiatt, J. L. (2006). Color textbook of histology ebook. Elsevier Health Sciences.
- Murray, R. K., Granner, D. K., Mayes, P. A., & Rodwell, V. W. (2014). Harper’s illustrated biochemistry. Mcgraw-hill.
- Ross, M. H., & Pawlina, W. (2006). Histology. Lippincott Williams & Wilkins