Nivel tisular de organización: características y ejemplos
El nivel tisular de organización se refiere a uno de los niveles de organización jerárquica observados en los seres vivos que tiene que ver con el ordenamiento de células con distintas funciones para la formación de los tejidos en los organismos pluricelulares.
Así como el nivel de organización químico está compuesto por átomos y moléculas, y en el nivel celular se configuran diferentes moléculas para formar las células, el nivel tisular consiste en la disposición ordenada de múltiples células con propiedades similares y en estrecha conexión entre sí.
Como cualquier nivel de organización, el nivel tisular posee propiedades emergentes que lo caracterizan, que son inherentes a este y que no se encuentran en ninguna de las partes individuales que lo conforman.
Plantas y animales se componen de tejidos, estos tejidos funcionan en la formación de los órganos y estos, a su vez, constituyen los sistemas funcionales en los organismos, cuyas asociaciones pueden identificarse ulteriormente en los diferentes sistemas ecológicos que han sido descritos (poblaciones, comunidades, entre otros).
Índice del artículo
Características
Todos los tejidos que se conocen están armados por una compleja combinación de células con funciones específicas comunes que conservan su identidad a pesar de compartir un ambiente común con otras células.
Cada tejido está compuesto por gran número de células con un tamaño, una disposición y una forma determinadas. El tipo de célula de que se compone le da al tejido su función que puede ser la de transportar materiales y sustancias, regular procesos, proporcionar rigidez, estabilidad e incluso movimiento y protección.
En todos los tejidos una de las características fundamentales es la estrecha asociación y comunicación que tienen sus células, que por lo general se encuentran en contacto físico unas con otras, enviando y recibiendo señales unas de otras y de células pertenecientes a otros tejidos.
Características de los tejidos animales
Los tipos de tejidos más comúnmente hallados en los animales son el tejido epitelial, el tejido conectivo o conjuntivo, el tejido muscular y el tejido nervioso.
Los tejidos epiteliales cubren el cuerpo y las cavidades internas, los tejidos conectivos se encargan de generar un continuo entre otros tejidos y soportarlos, el tejido muscular se encarga de la contracción y el tejido nervioso participa en múltiples tareas, entre ellas la conducción de impulsos eléctricos en respuesta a señales o estímulos externos e internos.
En los tejidos adultos de animales y plantas, pero especialmente en animales, las células mueren y se renuevan permanentemente y durante este proceso debe mantenerse la integridad tisular, hecho que es posible gracias a tres elementos: la comunicación celular, la adhesión intercelular y la memoria.
– Comunicación celular
Cada célula presente en un tejido controla su entorno y está en una búsqueda continua de señales extracelulares enviadas por las células que se encuentran a su alrededor, ello asegura tanto la supervivencia como la formación de células nuevas cuando estas son necesarias.
– Adhesión intercelular específica
Ya que las células animales no poseen sino una membrana plasmática que las rodea, en su exterior poseen proteínas específicas que median los procesos de adhesión con sus células vecinas. Este proceso parece ser altamente específico entre las células de un tejido dado.
– Memoria celular
Cuando un tipo de célula perteneciente a un tejido se divide da origen a una célula de la misma clase y esto está determinado genéticamente gracias a patrones particulares de expresión génica en cada célula especializada.
Existen tejidos animales que poseen células que están tan especializadas y diferenciadas que no son capaces de dividirse para formar una nueva célula idéntica, en esos casos, unas células especiales conocidas como “células madre” se encargan de reponerlas continuamente.
Características de los tejidos vegetales
También las plantas pluricelulares se organizan en tejidos y estos son los responsables de la formación de los órganos como las hojas, los tallos y raíces, flores, frutos, entre otros.
En los tejidos vegetales las paredes de las células forman un continuo que se conoce como apoplasto a través del cual ocurre parte importante del transporte rápido de moléculas alrededor de los citoplasmas, sin entrar en contacto transitoriamente con las membranas plasmáticas filtradoras.
Una diferencia con los animales es que en las plantas se reconocen dos tipos de tejidos: los tejidos simples (formados por un solo tipo de célula) y los tejidos complejos (constituidos por dos o más tipos de células).
Las plantas vasculares organizan ambos tipos de tejidos en lo que se ha denominado sistemas de tejido, que se extienden en todo el cuerpo vegetal y que son el sistema de tejido dérmico, el sistema de tejido vascular y el sistema de tejido fundamental.
– Sistema de tejido dérmico
Este sistema, análogo al sistema dérmico de algunos animales, se encarga de la formación de la cubierta externa de toda la planta y por lo tanto es uno de los primeros sistemas de contacto entre el ambiente y la estructura corporal de esta.
– Sistema de tejido vascular
Está compuesto por dos tejidos complejos: el xilema y el floema. Este sistema es primordial para el transporte de agua y nutrientes a lo largo y ancho de toda la planta.
Las células en el xilema no se dividen, puesto que están muertas, y se encargan del transporte de agua. Las células del floema, al contrario, se encargan del transporte de azúcar y nutrientes orgánicos producto de la fotosíntesis.
– Sistema de tejido fundamental
Representa todo tejido que no es ni dérmico ni vascular. Se compone de parénquima, colénquima y esclerénquima, tres tejidos simples caracterizados cada uno por la composición de las paredes de sus células. Estos tejidos se especializan en el soporte estructural, donde cada uno aporta propiedades específicas.
Ejemplos
Existen diversos y numerosos ejemplos que pueden citarse acerca del nivel de organización tisular, tanto en plantas como en animales.
En los animales la sangre es un tejido conectivo especializado en la distribución e intercambio de sustancias con el ambiente. Los tejidos nervioso y endocrino contribuyen a la coordinación y regulación de las distintas funciones orgánicas.
En las plantas el tejido parenquimático (incluido en el sistema de tejido fundamental) contiene principalmente las células que se encargan de los procesos fotosintéticos y de la asimilación de nutrientes, lo que lo hace esencial para el crecimiento y desarrollo de las demás células circundantes.
Referencias
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