Trastornos mentales/Psicopatología

Terapia electroconvulsiva: características, efectos y aplicaciones


La terapia electroconvulsiva, electroconvulsoterpia o terapia por electrochoque es un tratamiento psiquiátrico en el que se inducen convulsiones cerebrales mediante electricidad. Esta herramienta terapéutica se utiliza para tratar distintas alteraciones psicológicas. Las más comunes son depresión mayor, trastorno bipolar y esquizofrenia.

El uso de la terapia electroconvulsiva está instaurado desde los años 30 del pasado siglo y, hoy en día, sigue siendo una terapia altamente utilizada en el tratamiento de trastornos mentales severos. Se calcula que aproximadamente un millón de personas reciben terapia electroconvulsiva cada año, tal y como apunta la Organización Mundial de la Salud.

Tanto sus características como sus efectos originan cierta controversia sobre la sociedad. Muchas personas la perciben y catalogan como una técnica altamente dañina. No obstante, al analizar detalladamente sus cualidades, en seguida se pone de manifiesto que la terapia electroconvulsiva es una terapia necesaria en varios casos. Como cualquier otro tratamiento, su aplicación presenta ventajas e inconvenientes.

De hecho, la comunidad científica coincide en afirmar que la terapia electroconvulsiva es uno de los principales tratamientos disponibles y utilizados en psiquiatría para las enfermedades mentales graves.

Índice del artículo

Características de la terapia electroconvulsiva

La terapia electroconvulsiva es un tratamiento diseñado para aliviar la depresión aguda, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y otras enfermedades mentales severas. Para muchos pacientes, este tratamiento proporciona un alivio significativo de su patología. Y lo que es más importante, en algunos casos resulta la única terapia que proporciona efectos terapéuticos.

Para su aplicación se requiere un dispositivo de energía eléctrica, el cual envía impulsos eléctricos de forma directa al cerebro. Para hacerlo es necesario colocar una serie de electrodos en regiones específicas del cráneo.

La descarga eléctrica producida sobre el cerebro es muy breve (unos pocos segundos). La aplicación de la descarga produce una convulsión cerebral breve y controlada, la cual dura entre 30 segundos y 2 minutos, dependiendo de cada caso.

Para poder aplicar esta terapia se debe utilizar anestesia general. Es decir, el paciente debe estar totalmente dormido antes de su aplicación. Así mismo, es necesario aplicar un relajante muscular y un protector dental para evitar posibles daños durante la convulsión.

Cabe destacar que la intervención de la terapia electroconvulsiva es notablemente breve. La descarga en sí dura unos segundos y el efecto total de la anestesia se prolonga durante unos pocos minutos.

De este modo, a pesar de que este tratamiento requiere todos los cuidados previos a la administración de anestesia, no precisa de internamiento hospitalario. De hecho, la terapia electroconvulsiva se puede aplicar tanto a pacientes hospitalizados como a pacientes ambulatorios.

Aplicaciones

La terapia electroconvulsiva es un tratamiento altamente utilizado en salud mental y que resulta indispensable en algunos casos de trastornos psiquiátricos graves. Principalmente, se utiliza para el tratamiento de la depresión, la esquizofrenia, las manías y la catatonia, ya que estas son las psicopatologías en las que se ha mostrado eficaz.

No obstante, esta terapia se considera hoy en día como tratamiento de segunda línea. La terapia electroconvulsiva se utiliza para tratar sujetos con dichas patologías que no responden a medicamentos u otras terapias.

Específicamente, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) recomienda el uso de terapia electroconvulsiva como una opción terapéutica en pacientes que presentan las siguientes características:

  1. La farmacoterapia no ha resultado efectiva en el tratamiento del primer episodio o en la prevención de recidivas del trastorno.
  2. La farmacoterapia no puede administrarse de forma segura o el paciente presenta alguna característica que dificulta su aplicación.
  3. El paciente prefiere la terapia electroconvulsiva al tratamiento farmacológico.

Así pues, la terapia electroconvulsiva no constituye el tratamiento de primera elección para ninguna patología, ya que en la actualidad existe una clara preferencia para el uso de psicofármacos.

No obstante, la baja eficacia y las problemáticas de aplicación que presentan los medicamentos en algunos casos de trastorno mental severo, convierten a la terapia electroconvulsiva en una técnica altamente utilizada.

Así mismo, la terapia electroconvulsiva ha demostrado que no presenta una eficacia terapéutica inferior a muchos de los psicofármacos utilizados para el tratamiento de la depresión mayor, la esquizofrenia o el trastorno bipolar.

¿Para qué sirve la terapia electroconvulsiva?

La Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) postula seis patologías diferentes para las que está indicado el uso de terapia electroconvulsiva: depresión unipolar y bipolar, esquizofrenia, trastorno bipolar maníaco y mixto, trastorno esquizoafectivo, trastorno esquizofreniforme y manía.

Depresión

La depresión mayor es la patología por excelencia que se trata con la terapia electroconvulsiva. De hecho, la tasa de curación de esta terapia por cada episodio depresivo es del 70%. De este modo, especialmente en los sujetos con depresión que no responden ni a la farmacoterapia ni a la psicoterapia, se debe considerar el uso de terapia electroconvulsiva.

Así mismo, la terapia electroconvulsiva resulta un tratamiento especialmente relevante para intervenir depresiones psicóticas, sujetos con elevado riesgo suicida y pacientes que rehúsan comer o presentan un estado de elevada inactividad.

De hecho, la terapia electroconvulsiva se muestra mucho más eficaz en el tratamiento de la depresión psicótica (92-95% de efectividad) que en la intervención de la depresión melancólica (55-84% de eficacia).

Finalmente, se ha mostrado cómo la combinación de terapia electroconvulsiva y fármacos promueve un mejor pronóstico. Un estudio reciente puso de manifiesto que la combinación de ambas técnicas reducía las recaídas un 45% más que el uso único de medicamentos.

Esquizofrenia

El uso de terapia electroconvulsiva en la esquizofrenia está sujeto a la combinación de fármacos. De hecho, no existe evidencia que muestre que la terapia electroconulsiva por sí sola resulte eficaz para tratar esta patología.

Por lo que respecta la combinación de fármacos y terapia electroconvulsiva, se constata que la integración de ambas técnicas presenta entre un 50 y un 70% de eficacia.

Estos datos muestran que la terapia electroconvulsiva puede ser una buena opción terapéutica en el tratamiento de la esquizofrenia. Especialmente en esos casos en los que el tratamiento con antipsicóticos resulta insuficiente para garantizar un buen pronóstico.

Trastorno esquizoafectivo y trastorno esquizofreniforme

Tanto el trastorno esquizoafectivo como el trastorno esquizofreniforme son patologías muy parecidas a la esquizofrenia. De este modo, la eficacia de la terapia electroconvulsiva para estas alteraciones es muy parecida a la que se ha comentado anteriormente.

De forma específica, se sustenta que la terapia electroconvulsiva puede ser una opción especialmente indicada para el trastorno esquizoafectivo, ya que este constituye un trastorno psicótico con alteración del estado de ánimo, por lo que se beneficia de los efectos que produce la terapia electroconvulsiva sobre ambas alteraciones.

Manía

La terapia electroconvulsiva constituye una excelente opción de tratamiento en los casos en los que el tratamiento farmacológico no resulta lo suficientemente rápido. En pacientes que presentan niveles elevados de agitación o agotamiento físico extremo, resulta una intervención rápida y efectiva.

Así mismo, la terapia electroconvulsiva también está indicada en los casos en los que el tratamiento farmacológico no consigue remitir por completo el episodio maníaco; presenta una tasa de respuesta cercana al 80% en el tratamiento de la manía.

Mecanismos de acción

El mecanismo de acción de la terapia electroconvulsiva sigue estando, hoy en día, en fase de investigación. De forma general, existen cuatro teorías o posibles mecanismos a través de los cuales este tipo de terapia realiza sus efectos terapéuticos.

Estos cuatro mecanismos son: los efectos sobre el sistema monoaminérgico, los efectos neuroendocrinos, los efectos neurotrópicos y los efectos anticonvulsivantes.

-Efectos sobre el sistema monoaminérgico

Las descargas eléctricas que produce la terapia electroconvulsiva originan un alteración y una modificación del funcionamiento de diversos neurotransmisores.

Específicamente, se piensa que el funcionamiento de la serotonina y la noradrenalina serían las que se ven más influenciadas por las descargas eléctricas.

Aumento de la transmisión serotoninérgica

Se ha mostrado cómo la terapia electroconvulsiva modifica el funcionamiento postsináptico del sistema serotoninérgico. Específicamente, los receptores de serotonina tipo 1A y 2A aumentan en las regiones corticales y en el hipocampo tras su aplicación.

La relación entre la serotonina y la depresión está bien establecida, por lo que este mecanismo de acción explicaría su potencial terapéutico para esta patología. Así mismo, los antidepresivos acostumbran a disminuir los receptores postsinápticos, motivo por el cual la terapia electroconvulsiva se muestra más eficaz que los fármacos en algunos casos.

Inhibición de la transmisión noradrenérgica

Los efectos de las descargas de la terapia electroconvulsiva guardan similitudes con los efectos de los antidepresivos. Esta terapia aumenta el nivel de noradrenalina y la sensibilidad de los receptores adrenérgicos alfa 1. Así mismo, disminuye los receptores alfa 2 y la sensibilidad a los receptores beta adrenérgicos.

-Efectos neuroendocrinos

Las descargas de la terapia electroconvulsiva generan un incremento de la liberación de varias hormonas y neuropéptidos. Específicamente, tras la terapia electroconvulsiva se incrementa la prolactina, el cortisol, la oxitocina y la vasopresina.

Este aumento de hormonas se produce debido a una disminución aguda de la inhibición dopaminérgica en el hipotálamo. Este factor contribuiría a explicar los efectos terapéuticos de la terapia electroconvulsiva en la mejora de las manifestaciones motoras de la enfermedad de Parkinson.

-Efectos neurotrópicos

Las teorías apuntan que la terapia electroconvulsiva aumenta la expresión del factor neurotrófico derivado del encéfalo (BDNF). De este modo, la terapia podría prevenir y revertir los déficits de BDNF.

La BDNF es un neurotrofina cuyo déficit se encuentra implicado en la fisiopatología del estrés y la depresión. Así pues, incrementando la expresión de este factor, se podría conseguir efectos terapéuticos para distintas alteraciones mentales.

-Efectos anticonvulsivantes

La terapia electroconvulsiva de por sí actúa como anticonvulsivante, ya que su aplicación produce convulsiones e incrementa el umbral convulsivo a medida que se aplican más sesiones de terapia.

Los estudios con tomografía de emisión de positrones (PET) muestran cómo durante la terapia electroconvulsiva, el flujo sanguíneo cerebral, el uso de glucosa y oxígeno, y la permeabilidad de la barrera hematoencefálica aumentan.

Así mismo, algunos estudios muestran que la terapia electroconvulsiva también origina un incremento de los niveles de GABA en el cerebro.

De este modo, la terapia electroconvulsiva no solo sería eficaz para atenuar de forma directa los síntomas de las psicopatologías, sino que también permite incrementar la efectividad del tratamiento farmacológico, motivo por el cual en muchos casos se combinan ambos tratamientos.

Efectos secundarios

La terapia electroconvulsiva es una terapia que resulta aparatosa. De hecho, socialmente se interpreta como un tratamiento extravagante que origina múltiples efectos secundarios. Sin embargo, sus efectos secundarios no se muestran excesivamente superiores a los que pueden originar los fármacos antipsicóticos u otros medicamentos.

Los efectos secundarios que puede causar la terapia electroconvulsiva son:

Cardiovasculares

Al inicio de la descarga el cuerpo responde con bradicardia (enlentecimiento de la respiración). Posteriormente, se producen taquicardias, hipertensión y otras taquirritmias.

A largo plazo se han descrito algunos casos de isquemia leve, especialmente en pacientes que ya padecían patologías caridovasculares de forma previa.

Daño cognoscitivo

Este es probablemente el efecto secundario principal de la terapia electroconvulsiva. No obstante, existen variaciones individuales en las alteraciones cognitivas. En la mayoría de casos los sujetos experimentan un período de confusión ictal que dura unos 30 minutos.

La pérdida de memoria puede aparecer a largo plazo, pero con la utilización de electrodos unilaterales se disminuye el compromiso de la memoria.

Convulsiones espontáneas

Solo entre el 0,1 y el 0,5% de los sujetos que hacen terapia electroconvulsiva desarrollan convulsiones espontáneas, una incidencia ligeramente superior a la de la población general.

Contraindicaciones 

Se desaconseja por completo la realización de terapia electroconvulsiva en sujetos que padezcan hipertensión intracraneal. Así mismo, pacientes con lesiones cerebrales ocupantes, infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular reciente y feocromacitoma tampoco pueden recibir esta terapia.

Por otro lado, existen otras patologías que pueden incrementar el riesgo de padecer efectos secundarios con la terapia electroconvulsiva. Estas se consideran contraindicaciones relativas y son:

  • Realizar un tratamiento anticoagulante.
  • Insuficiente cardiaca congestiva.
  • Lesión pulmonar grave.
  • Osteoporosis grave.
  • Fractura de huesos largos.
  • Desprendimiento de retina.

Referencias

  1. Arrufat F, Bernardo M, Navarro V, Salva J. Relación entre las propiedades anticonvulsivantes de la TEC y su acción terapéutica. Archivos de Neurobiologia 1997; 600(1): 37-54.
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  4. Calev A, Fink M, Petrides G, Francis A. Phenomenologic augmentation of ECS : Neurochemistry. Convulsive Ther 1993; 9: 77.
  5. Comité elaborador de la American Psychiatric Association. La práctica de la terapia electroconvulsiva, recomendaciones para el tratamiento, formación y capacitación. Psiquiatría Editores, SL. 2002.
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