Medicina

Marcha parkinsoniana: características y tratamiento


La marcha parkinsoniana o festinante es una forma típica de andar que se observa en la enfermedad de parkinson en fases avanzadas. Festinante proviene del latín “festinare” que significa rápido o deprisa.

Se caracteriza por un acortamiento de los pasos y una aceleración de éstos. Esta forma de caminar puede ser perjudicial ya que es posible que interfiera con las actividades diarias, así como el trabajo o el ejercicio físico.

La marcha parkinsoniana puede ser un indicativo importante de la existencia de enfermedad de Parkinson. Este trastorno es neurodegenerativo lo que significa que va lesionando poco a poco diversas regiones cerebrales. Suele asociarse con rigidez y temblores, aunque produce más afectaciones. Por ejemplo, demencia, deterioro cognitivo, depresión, problemas de sueño, etc.

La enfermedad de Parkinson se acompaña de un déficit de dopamina en circuitos motores del cerebro. En concreto, se degeneran las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra. Realmente, estas neuronas participan en otros procesos además del movimiento voluntario. Como la atención, la memoria, la sensación de recompensa, el humor, etc.

El principal tratamiento para marcha parkinsoniana es la terapia física y las estrategias de atención.

Características

Uno de los síntomas más notables del Parkinson es la marcha parkinsoniana, que tiene las siguientes características:

– Dificultades para iniciar la marcha o interrumpirla una vez iniciada.

– Al empezar a andar, el tronco se encuentra flexionado hacia adelante, las rodillas están ligeramente flexionadas al igual que las caderas y los codos semiflexionados.

– Los pasos son muy cortos y rápidos, asemejándose a una especie de trote que va en aumento a medida que se va caminando. Si no se detiene la marcha puede llegar a caerse. También se observa que van arrastrando los pies.

– Por lo general, el movimiento está como enlentecido (hipocinesia), pudiendo llegar a una pérdida completa del movimiento en casos severos (lo que se conoce como acinesia).

– En la marcha parkinsoniana se observa una importante rigidez de los miembros, ya que existe hipertonía muscular, es decir, elevado tono muscular.

– En la marcha normal se apoya primero el talón en el suelo que los dedos de los pies. Sin embargo, en la marcha parkinsoniana se coloca todo el pie en el suelo al mismo tiempo.

Es posible también que en fases más avanzadas de la enfermedad primero se apoye los dedos del pie y luego el talón. No obstante, esto es menos frecuente.

Por otro lado, estos pacientes poseen una elevación del pie disminuida durante la fase de balanceo de la marcha.

A medida que la enfermedad progresa, cada vez se apoya menos el talón. Además, tienden a soportar la carga en la parte del antepié, acompañado de cambios en la carga hacia áreas mediales del pie.

Este cambio de la carga del cuerpo les ayuda a compensar la falta de equilibrio que produce esa marcha.

– Las personas sanas suelen presentar una gran variabilidad en el patrón de pisada. Sin embargo, los pacientes con Parkinson presentan una forma de caminar asombrosamente parecida entre ellos. 

– Bloqueo de la marcha: se trata de un episodio de corta duración (menor de un minuto) en el que la marcha se detiene y el paciente siente que sus pies están pegados al suelo. Una vez pasado ese tiempo, hacen unos movimientos vacilantes antes de retomar la marcha.

El bloqueo de la marcha suele aparecer cuando el paciente debe caminar por espacios estrechos como atravesar una puerta. También aparece en situaciones en las que la persona tiene que reaccionar rápido, como cuando suena el timbre o el teléfono.

Sin embargo, a medida que avanza la enfermedad, este bloqueo puede aparecer en cualquier contexto.

– Caídas: no son muy comunes en las primeras fases del Parkinson, pero se van haciendo más frecuentes según avanza la enfermedad. Surgen, sobretodo, por cambios bruscos de postura como el giro del tronco.

También aparecen cuando se intenta llevar a cabo alguna tarea de forma simultánea mientras se camina. Asimismo, son habituales al levantarse o sentarse. Las caídas suelen ser hacia adelante en un 45% aproximadamente y lateralmente en un 20%.

– En etapas severas de la enfermedad de Parkinson es posible observar una inestabilidad de la postura. Así, el paciente ya no puede mantener el equilibrio durante actividades cotidianas como caminar, permanecer de pie o estar sentado. Esto se debe a una falta de flexibilidad fruto de la rigidez muscular.

– El paciente parece no tener control sobre su marcha y puede sentirse agotado ya que es una forma de caminar poco eficiente.

Tratamiento de la marcha parkinsoniana

La mejor forma de tratar la marcha parkinsoniana es interviniendo en la condición subyacente, es decir, en la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, este trastorno no tiene cura, pero hay formas de reducir el malestar y paliar los síntomas de esta condición.

Suele utilizarse tratamiento con L-DOPA para aumentar los niveles de dopamina cerebrales. Sin embargo, tiene efectos diversos sobre la marcha. Por ejemplo, este fármaco no cambia la longitud de la zancada ni su velocidad, aunque disminuye la frecuencia de bloqueo de la marcha y de las caídas.

Por otro lado, la L-DOPA aumenta el balanceo postural, por lo que este fármaco no es muy recomendable para reducir la marcha parkinsoniana.

El mejor tratamiento es la terapia física (fisioterapia) que, mediante ejercicios específicos, se enseña a mejorar la marcha y reducir la hipertonicidad.

Los profesionales también pueden utilizar señales visuales o auditivas para ayudar a los pacientes a mejorar su marcha. Por ejemplo, se pueden dibujar líneas en el suelo para aumentar la longitud de la zancada.

Por otro lado, las señales auditivas suelen ser sonidos rítmicos producidos por un metrónomo que ayudan a que el paciente mantenga una marcha regular, sin que se den aceleraciones.

También se utiliza ampliamente las estrategias de atención en las que se enseña al paciente a concentrarse en sus propios pasos.

Otro tratamiento que ha demostrado ser efectivo es la estimulación cerebral profunda. Esta consiste en implantar un electrodo en el interior del cerebro del paciente. Concretamente, en el núcleo pedúnculo-pontino, que participa en la planificación motora. Mientras que si se hace en el núcleo subtalámico reduce el bloqueo de la marcha a largo plazo.

Referencias

  1. festinating gait. (s.f.). Recuperado el 10 de abril de 2017, de Drugs: drugs.com.
  2. Festinating Gait. (s.f.). Recuperado el 10 de abril de 2017, de Disease Pictures: diseasespictures.com.
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  4. Marcha parkinsoniana y festinante. (s.f.). Recuperado el 10 de abril de 2017, de Neurowikia: neurowikia.es.
  5. Parkinsonian gait. (s.f.). Recuperado el 10 de abril de 2017, de Wikipedia: en.wikipedia.org.
  6. Parkinson’s Disease. (s.f.). Recuperado el 10 de abril de 2017, de NIH Senior Health: nihseniorhealth.gov.