Ardipithecus ramidus: qué es, características, cráneo, alimentación
¿Qué es el Ardipithecus ramidus?
ElArdipithecus ramidus corresponde a una especie de homínido que se cree puede ser familiar del ser humano y que probablemente era bípedo. Para muchos científicos ha sido un enigma de la evolución; el eslabón perdido, ese puesto vacío en la cadena evolutiva, ha inspirado teorías conspirativas y cuentos de ficción.
En 1992 se realizó un descubrimiento que creó más dudas sobre la pregunta “¿cómo era el último pariente en común entre humano y chimpancé?”. En el valle de Awash, en la aldea etíope de Aramis, Gen Suwa —paleoantropólogo de la Universidad de Tokio— encontró el primer indicio: un molar. Su forma inusual despertó interés y siguieron las excavaciones.
Cuarenta hombres, liderados por el paleoantropólogo estadounidense Tim White, realizaron el descubrimiento: los restos de un homínido al que luego bautizaron con el nombre de Ardipithecus ramidus.
El origen del nombre se deriva de ardi, que en idioma afar significa “suelo”; y a pithecus, que en griego latinizado significa “simio”. Por otro lado, ramid es la palabra que los afar han dado a “raíz”.
Las excavaciones siguieron durante dos años más, en los cuales se recolectaron fósiles —mayormente piezas dentales— de más de 110 especímenes. Décadas después, la comunidad científica aún se maravilla con el mosaico anatómico y evolutivo que Ardipithecus ramidus representa.
Edad y distribución del Ardipithecus ramidus
Los fósiles encontrados en Aramis son los restos de homínidos más antiguos, con una edad de 4,4 millones de años. Esto sitúa al Ardipithecus ramidus en la época del Plioceno.
Su ancestro más cercano es el Ardipithecus kadabba, del cual solo se han encontrado pequeños fósiles, como dientes y fragmentos de huesos. Los fósiles de este homínido datan de aproximadamente 5,6 millones de años.
Debido a la ubicación de los fósiles, se presume que el Ardipithecus ramidus solo vivió a lo largo del valle de Awash medio, en Etiopía, ubicado en África del este.
También se han encontrado fósiles en Kenya, que podrían pertenecer a especímenes de Ardipithecus ramidus.
Características físicas del Ardipithecus ramidus
Para entender la anatomía del Ardipithecus ramidus es necesario examinar a Ardi, el espécimen mejor conservado de este género. Sus restos son claves para conocer los detalles de la dentadura, la pelvis, el cráneo y la pierna de un Ardipithecus hembra.
Ardi constituye un enigma anatómico, lleno de ambigüedades en su estructura que han inspirado debates sobre el lugar que ocupa el Ardipithecus ramidus en la cadena evolutiva.
La proporción de sus miembros dista en gran medida de la de un chimpancé o un humano moderno, lo cual indicaría que estas diferencias se originaron después de que sus linajes se separaron.
Tamaño corporal
El espécimen de Ardipithecus ramidus más completo mide un aproximado de 1,20 metros y se especula que pesaba alrededor de 50 kilogramos.
El dimorfismo sexual de esta especie no era pronunciado, pues características como el tamaño corporal y la dentadura no variaban en gran medida entre varones y hembras.
La estructura corporal de estos homínidos se asemejaba más a la de los simios que a la de los humanos modernos. A continuación se presentan algunas características importantes que así lo demuestran:
-El arco del pie no es pronunciado, lo que habría evitado que caminara erguido durante largas distancias.
-La forma de los huesos de la pelvis, fémur y tibia sugieren un bipedismo o semibipedismo.
-Sus brazos largos, así como sus dedos elongados y curvos, le permitían un mejor agarre en las ramas.
-Sus pies rígidos eran capaces de soportar e impulsar con una mayor efectividad una moción bípeda. Sin embargo, su dedo gordo oponible no permitía este movimiento durante periodos prolongados.
-Los huesos de su mano, específicamente los de la articulación radiocarpiana, permitían flexibilidad y su palma pequeña sugieren que el Ardipithecus ramidus no caminaba con los puños cerrados y podía utilizar sus manos para aferrarse a las ramas de los árboles.
Dentadura
Esta especie presenta similitudes con la de los simios modernos, pero las siguientes características son importantes para revelar su relación con los humanos:
-El tamaño de sus molares era relativamente grande en comparación con los demás dientes.
-El grosor de su esmalte era menor al del Australopithecus, pero mayor que el de un chimpancé.
-Los premolares están dispuestos de una manera similar a los del humano.
-Los caninos presentaban una forma de diamante, no tan puntiaguda como la de otros simios africanos.
Estos aspectos podrían indicar que el Ardipithecus r. se alimentaba primordialmente de vegetales, aunque también era capaz de comer vertebrados e insectos pequeños.
Capacidad craneal del Ardipithecus ramidus
El tamaño del cerebro era de aproximadamente 350 cc, similar al de un bonobo o un chimpancé.
Su posición craneal indica cierto grado de bipedismo, pues la base del cráneo —de poco tamaño— descansaba justo sobre la columna vertebral. El tamaño del cráneo del Ardipithecus r. también sugiere que tenía una cara pequeña.
Alimentación del Ardipithecus ramidus
Algunos rasgos de su dentadura, como el poco grosor de su esmalte y el tamaño de sus molares e incisivos, indican que sobrevivía a base de una dieta más omnívora que la de un chimpancé.
Los isótopos de carbón analizados en los molares de los Ardipithecus r. indican que se alimentaba más de hojas de árboles que del pasto.
El estado y tamaño de los colmillos indican que no era un frugívoro especializado como los chimpancés, así como no se alimentaba de vegetación dura que requiriera mucha masticación. Es posible que el Ardipithecus r. se alimentara de pequeños mamíferos, frutos, nueces y huevos.
Hábitat del Ardipithecus ramidus
Una fosa volcánica en la que se hallaron los fósiles de diecisiete especímenes de Ardipithecus ramidus posee información paleontológica y geológica que permite imaginar el hábitat de este homínido.
Hace cuatro millones de años, Aramis era una selva frondosa, atravesada por ríos y cauces de agua. Los restos vegetales y animales hallados en Aramis indican que la geografía de esta región se asemejaba a un bosque muy húmedo sin llegar a ser lluvioso. Plantas como la higuera y el almez eran comunes en la zona.
Los fósiles hallados pertenecen a diversos animales, como reptiles, caracoles, aves, pequeños mamíferos y puercoespines, entre otros. Hace 4,4 millones de años Aramis también era hogar de otros animales, como elefantes, antílopes, jirafas, dientes de sable y monos colobinos, así como de búhos, loros y otras especies de aves.
La forma de los pies del Ardipithecus ramidus sugiere que era capaz de trepar los árboles de la selva en busca de comida y refugio.
A pesar de poseer una estructura ósea idónea para ello, se cree que este espécimen era capaz de caminar sobre dos patas en un grado mayor a muchos primates modernos. La acentuación de este rasgo es una de las diferencias más importantes del Homo sapiens en cuanto a los demás homínidos.
Relación con otras especies
El Ardipithecus ramidus se sitúa en la familia hominidae, específicamente en la subfamilia de los hominino, compartiendo lugar con el Orrorin, Paranthropus, Sahelanthropus y Australopithecus. Sin embargo, su ancestro más cercano es el Ardipithecus kadabba.
El lugar exacto del Ardipithecus ramidus en la cadena de los homínidos ha sido un asunto de debate desde su descubrimiento. La ambigüedad de sus características hacen difícil clasificarlo, pero se especula que este género es un ancestro directo del Australopithecus.
Esta hipótesis sitúa al Ardipithecus como el último pariente en común entre los humanos y los chimpancés.
Se puede deducir que algunas de las características más representativas del chimpancé, como sus caninos pronunciados, espaldas cortas, pies flexibles y su manera de caminar con los puños, se desarrollaron después de haber sido separado del linaje de los humanos.
Cultura del Ardipithecus ramidus
La proporción de tamaño entre los caninos y los demás dientes del Ardipithecus ramidus da indicios de su comportamiento social. Homínidos como los chimpancés y gorilas utilizan el gran tamaño de sus colmillos superiores para intimidar y atacar a otros machos que estén en competencia por una hembra.
Algunos investigadores sugieren que los colmillos de Ardipithecus ramidus, más pequeños que los de un chimpancé, son un indicativo de que la agresividad no era un componente fundamental de su género.
También es posible que su estructura craneal permitiera unas habilidades vocales de proyección y modulación similares a las de un infante moderno. Sin embargo, es una hipótesis muy reciente surgida en 2017 y publicada en la revista científica Homo, por lo que aún amerita de mayor profundización.
Por otra parte, es posible que el Ardipithecus ramidus hubiera hecho uso de palos, ramas y piedras como herramientas para procesar su comida.
Interés mediático
Durante diecisiete años, el interés por el Ardipithecus ramidus se limitó a círculos cerrados de la comunidad científica; sin embargo, en 2009 se hizo público el descubrimiento de los restos de Ardi.
El anuncio atrajo la atención de la prensa y, eventualmente, llegó a ser reseñado en la revista americana Science como avance del año.
La publicación contó con numerosos y extensos artículos que analizaban la historia y anatomía, así como también especulaban sobre la conexión con la familia de los homínidos, sus costumbres, dieta y comportamiento, entre otros aspectos.
Sin duda alguna, el descubrimiento del Ardipithecus ramidus significó un hito importante en el ámbito científico moderno.
En 2021 se hizo un nuevo análisis a Ardi con un revolucionario método para evaluar con certeza el dimorfismo sexual a partir de los dientes caninos. Este análisis arrojó que el dimorfismo sexual en las especies antiguas era casi indistinguible (diferenciación entre varones y hembras).
El interés en el dimorfismo de los caninos y del tamaño corporal es central en la paleoantropología, pues hay diversas teorías sobre las sociedades humanas pretéritas, así como costumbres de poligamia o monogamia, surgidas por las implicaciones tanto de tamaño como de sexo de estas piezas (qué comían y cómo, por ejemplo).
Referencias
- Clark, Gary; Henneberg, Maciej, “Ardipithecus ramidus and the evolution of language and singing: An early origin for hominin vocal capability (2017)” en HOMO. Recuperado en 27 de agosto de 2018: sciencedirect.com
- García, Nuria, “Nuestro Antepasado Ardipithecus Ramidus” (noviembre 2009) en Quo. Recuperado en 27 de agosto de 2018: quo.es
- Harmon, Katherine, “How Humanlike Was “Ardi?” (noviembre 2019) en Scientific American. Recuperado en 27 de agosto de 2018: scientificamerican.com
- White, Tim “Ardipithecus” (septiembre 2016) en Britannica. Recuperado en 27 de agosto de 2018: britannica.com