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Las 50 mejores frases de Soda Stereo


Soda Stereo, una de las bandas argentinas de rock en español más internacionales, estuvo formada por Gustavo Cerati (voz y guitarra), Héctor Bosio (bajo) y Charly Alberti (batería). Nacida en Buenos Aires en 1982, y finalizando su actividad en 1997, ha sido una de las más influyentes bandas de rock latinoamericanas de toda la historia.

Sus letras están llenas de poesía, y su música ha movido a al menos dos generaciones de jóvenes hispanoparlantes, que sienten y viven sus canciones a pleno pulmón. La lamentable muerte de Cerati en 2014 puso fin a la posible reunión de la banda.

Hemos hecho una lista de las mejores frases de Soda Stereo, que ha hecho canciones memorables como, por ejemplo, “Persiana americana”, “De música ligera”, “Té para tres” y “Séptimo día”.

Las mejores frases de Soda Stereo

-Ella durmió al calor de las masas, y yo desperté queriendo soñarla. Algún tiempo atrás pensé en escribirle, y nunca sorteé las trampas del amor. –De música ligera.

-Es un día común, un día común en la superficie, dame un día común, un día común, emociones simples. –Día común.

-Tus ropas caen lentamente, soy un espía, un espectador. Y el ventilador desgarrándote, sé que te excita pensar hasta dónde llegaré. –Persiana Americana.

-Así se siente cuando la verdad es la palabra sometida. Fui tan dócil como un guante, tan sincero como pude. Ella usó mi cabeza como un revólver. –Ella usó mi cabeza como un revólver.

-El eclipse no fue parcial, y cegó nuestras miradas. Te vi que llorabas, te vi que llorabas por él. Té para tres. –Té para tres.

-Cuando el cuerpo no espera lo que llaman amor. Mas se pide y se vive, canción animal. –Canción animal.

-Sueles encontrarme en cualquier lugar, y ya lo sabes, nada es casualidad. Tu misteriosa forma me lastimará, pero a cada segundo estaré más cerca. –El rito.

-Quiero sentir tu cuerpo acercándose, quiero encontrar un paraíso, no volver. Un rumor debajo de la piel, casi sin querer. Estamos en camino entre los espejismos. –En camino.

-Prefiero vagar sin sentido, a empapelar mi habitación. Creí cambiar aquel sonido, y aquí estoy, bailando esta maldita canción. Esta no es mi noche. –Picnic en el 4º B.

-Entre caníbales el dolor es veneno, nena, y no lo sentirás hasta el fin. Mientras te muevas lento y jadees el nombre que mata. –Entre caníbales.

-Dietético, dietético. Somos un conjunto dietético, buscando el paraíso estético. Nuevas mentes descremadas, siluetas de gimnasia. –Dietético.

-Dame, dame una pista, algún rastro para hallarte. Estoy bailando una danza rota, quisiera escaparme. –Danza rota.

-Sobredosis de TV, no creo poder resistir, y un aire demasiado tenso, si al menos estuvieras aquí. –Sobredosis de T.V.

-Tarda en llegar, y al final, al final hay recompensas, en la zona de promesas. –Zona de promesas.

-De las historias pasadas, ya no me aturde saber. Ella conoce mi perversión en una noche larga, y esta noche es larga. –Un millón de años luz.

-Amaneció, abre los ojos. Me iré con estas olas, no estás preocupada. Todos gritarán, hombre al agua. –Hombre al agua.

-Como un efecto residual, yo siempre tomaré el desvío. Tus ojos nunca mentirán, pero ese ruido blanco es una alarma en mis oídos. –Prófugos.

-Fui en busca de un abrigo, hacía frío. Encendí un cigarrillo, tenía miedo. Y ahí lo vi, un misil en mi placar, en mi placar, un modelo para armar, pero nunca para desarmar. –Un misil en mi placar.

-Los vestigios de una hoguera, oh, mi corazón se vuelve delator. Traicionándome, por descuido, fui víctima de todo alguna vez. –Corazón delator.

-Con tu miel venenosa, fuiste mía, y el hastío nos llevó al desengaño. Y eso pasó. –Fue.

-Te comportas de acuerdo con lo que te dicta cada momento. Y esta inconstancia, no es algo heroico, es más bien algo enfermo. –Trátame suavemente.

-Está en borde, sobre algún final, grita el nombre, de quien la haré infiel. –En el borde.

-Cuando se acabe la fiesta, la tribu estará sedienta, será el momento del baile, de los languis. –Languis.

-Que ahora es hora y no fue ayer. Mis amigos, he cambiado, pero aún mi corazón permanece intacto, tan intacto como ayer. Solo para decir, hasta mañana. –Paseando por Roma.

-Nada cambiará, con un aviso de curva, en sus caras veo el temor, ya no hay fábulas en la ciudad de la furia. –En la ciudad de la furia.

-Nena, nunca voy a ser un superhombre, y sueles dejarme solo. Estoy abriendo el juego, un juego eléctrico, y sueles dejarme solo. –Sueles dejarme solo.

-Sinceramente, sería tan bueno tocarte. Pero es inútil, tu cuerpo es de látex y no siento nada. –Nada personal.

-Lo sucedido nos lastima, nuestro pasado nos suele matar. Credulidad, solo puede sobrevivir nuestro amor en terapia intensiva. –Terapia de amor.

-Y, sin embargo, esperas, un laberinto sin sorpresas. Y, sin embargo, aún puedes abrir tu caja negra. –Final caja negra.

-Es el sueño de mi vida, que una mujer me espere en la colina. Labios prohibidos, vestido escotado. -¿Por qué no puedo ser del Jet Set?

-Muéstrame tu sol, el ritmo de tus ojos. El amor no es tan certero, como este tiempo hipnótico. –El ritmo de tus ojos.

-Gira el sol, gira el mundo, gira Dios. Energía misteriosa, resplandor. Al flotar mi cuerpo en remolinos, resplandor. Otra flor. –En remolinos.

-Quiero un zoom anatómico. Quiero el fin del secreto entre tus labios de plata y mi acero inolvidable. Quiero un loop protagónico. –Zoom.

-No necesito verte, para saberlo. Soy el cautivo de tus sueños, y en mi despertar, dejo los ojos entreabiertos. Las mentiras quiebran. –No necesito verte.

-Acaso pensabas sentarte a ver la lluvia de meteoritos, desde tu cama es inútil tomarte en serio. Imagino que siempre hay un reino para destronar, y luego, olvidar. –Sin sobresaltos.

-Estamos solos en la selva, nadie puede venir a rescatarnos, estoy muriéndome de sed. Y es tu propia piel, la que me hace sentir este infierno, te llevaré hasta el extremo. –Juegos de seducción.

-No habrá remedio infalible, te confiaré. Las almas son tan corruptibles que no querrás saber. De mí, solo lo que ves conseguirás de mí. -1990.

-Como un extraño tic nervioso, arrojo palabras. Gestos contra la pared, pulso salvaje. Destellos contra la pared, no existes. –No existes.

-Cerca de su atracción, tropiezo con mis manos, sufro otra mutación, un color azulado. –Estoy azulado.

-Estoy moviéndome, con mis propios latidos, llenando vacíos. Todo es tan igual, tan previsible, tan frío. –Ecos.

-Yo caminaré entre las piedras, hasta sentir el temblor en mis piernas, a veces tengo temor, lo sé, a veces vergüenza. –Cuando pase el temblor.

-Odio este domingo híbrido de siempre. Me da igual, me da igual. Es un beso en la pantalla del autocine. Sin gozar, sin gozar. –En el séptimo día.

-Yo conozco ese lugar donde todos se la creen, yo conozco la salida de emergencia que nos salvará. Cruje tu nombre en las paredes, si sé que esperas no podré dormir. –Lo que sangra.

-Prendan hogueras, mundo de quimeras. Prendan hogueras, calma su lema, mundo de quimeras. –Mundo de quimeras.

-Si estás oculta, cómo saber quién eres. Me amas a obscuras, duermes envuelta en redes. –Signos.

-Y aquel amor de música ligera, nada más vibra, nada más queda. -De música ligera.

-Nadie me vio partir, lo sé. Nadie me espera. -Cuando pase el temblor.

-Mis ojos perciben otra vez imágenes retro, así es la trama de este film, tu propio reflejo. -Imágenes retro.

-El riesgo es el camino más intenso. -Sueles dejarme solo.

-Me verás caer como un ave de presa. Me verás caer sobre terrazas desiertas. -La ciudad de la furia.