Cultura general

Adulto joven (19-40 Años): qué es, características, cambios fisiológicos


¿Qué es un adulto joven?

Un adulto joven es toda aquella persona que ha dejado atrás la adolescencia y que todavía no ha entrado en la madurez o adultez intermedia. Las edades en las que se considera que una persona está en esta etapa varían de un autor a otro; sin embargo, aproximadamente se suelen situar entre los 19 y los 40 años.

Esta etapa es una de las más largas en la vida de las personas, y también una de las que más cambios incluyen; por eso, su estudio es fundamental para comprender las dificultades características de los jóvenes adultos. Sin embargo, hasta tiempos muy recientes la psicología del desarrollo había dejado de lado a este sector de la población.

Por suerte, en las últimas décadas ha surgido un énfasis cada vez mayor en comprender las características de las personas entre los 19 y los 40 años. También existe un mayor interés en entender qué cambios se producen en esta etapa; así, la esperanza es que podamos ayudar mejor a las personas en este sector de la población.

En este artículo estudiaremos las características más importantes de los adultos jóvenes, así como varios aspectos relacionados con los retos a los que se enfrentan por su rango de edad concreto.

Características físicas y psicológicas

Al entrar en la adultez joven, las personas ya han dejado atrás el proceso de desarrollo primario. Por lo tanto, sus habilidades físicas y cognitivas están completamente desarrolladas.

Cuerpo

En el ámbito corporal, los jóvenes de esta etapa se encuentran en el punto álgido de sus capacidades físicas. La fuerza y resistencia muscular es la más alta de toda nuestra vida, y otros factores, como las habilidades sensoriales, el tiempo de reacción o la salud del corazón están también al máximo.

Por otra parte, es en esta época cuando las personas muestran tener una mayor energía; por eso, la mayoría de atletas profesionales se encuentran dentro de este rango de edad.

Además, este nivel superior de energía (provocado en parte por unos mayores niveles de testosterona) lleva a los jóvenes a explorar y a realizar más conductas de riesgo.

Hacia el final de esta etapa, el cuerpo comienza a envejecer lentamente. Al principio los cambios son poco perceptibles, pero cuanto más se aproxima la persona a la adultez intermedia, más evidentes son.

Por ejemplo, la visión puede perder cierta sensibilidad, el pelo comenzar a caerse y el sistema inmunitario tendría menos capacidad para enfrentarse a determinadas enfermedades.

Mente

Durante la adultez joven las capacidades mentales comienzan a estabilizarse; algunos expertos consideran que llegan a su punto álgido alrededor de los 35 años de edad. En esta época suele aparecer el pensamiento relativo, una característica que en general no está presente en la infancia.

Debido a ello, los adultos jóvenes se dan cuenta de que las cosas no son siempre blancas o negras. Por lo tanto, empiezan a mirar cada problema desde distintas perspectivas, y a entender que no siempre hay una sola respuesta clara. Así, la reflexión crítica es especialmente importante en esta época.

Por otra parte, en esta etapa es necesario el desarrollo del pragmatismo. Durante la infancia y adolescencia, la persona apenas tenía que enfrentarse a problemas serios en el mundo real.

Sin embargo, la necesidad de conseguir cada vez mayor independencia provoca que los adultos jóvenes necesiten buscar maneras de cumplir sus objetivos, incluso cuando no lo saben todo o no tienen un buen plan de acción.

Finalmente, durante la adultez joven las personas pueden alcanzar el nivel de experto en su área de especialización. Esto fomenta otras características como la creatividad, la resolución de problemas e incluso la autoestima.

Cambios fisiológicos en los adultos jóvenes

El cuerpo de los jóvenes adultos se encuentra en su punto álgido de desarrollo. En el ámbito evolutivo, los humanos no estamos preparados para sobrevivir mucho más allá de esta etapa; por lo tanto, todos nuestros sistemas se encuentran a pleno rendimiento entre los 19 y los 40 años de edad, para garantizar que aprovechamos al máximo nuestro tiempo en el planeta.

Así, por ejemplo, tanto hombres como mujeres tienen mayores niveles de testosterona en esta etapa. De esta manera, su fuerza física es mayor, tienen más energía y realizan todo tipo de actividades que más adelante en la vida son consideradas como demasiado arriesgadas.

Además, dado que la fertilidad también es mayor en esta época, los jóvenes adultos suelen sentir mayores niveles de deseo sexual antes de los 40 años.

Durante esta etapa, en lugar de buscar la estabilidad de una familia, es común que las personas deseen tener el mayor número de parejas posibles; sin embargo, esta tendencia comienza a disminuir en torno a los 30-35 años.

A partir de la mitad de este ciclo, las capacidades físicas comienzan a disminuir imperceptiblemente. Se empieza a perder densidad ósea y masa muscular, y cada vez es más sencillo acumular grasa en el cuerpo. Por otra parte, elementos como el sistema inmunitario o los sentidos comienzan a funcionar de forma menos efectiva.

Sexualidad

La sexualidad es una de las áreas más importantes de la vida de las personas, y esto se vuelve especialmente cierto durante la etapa de la adultez joven.

En esta época, debido a la mayor fertilidad y consiguiente aumento de las hormonas sexuales, la mayoría de individuos tiene un deseo sexual mucho más alto que sus homólogos de mayor edad.

Esto tiene varias implicaciones. Por una parte, se favorece la búsqueda de mayor número de parejas sexuales y frecuencia en las relaciones. Por otra, el deseo de tener hijos comienza a aparecer alrededor de los 30-35 años, por lo que es necesario conjugar ambos impulsos de la mejor manera posible.

La manera en la que se expresa la sexualidad en esta época varía enormemente de cultura a cultura. Así, en entornos más conservadores, las personas al principio de su etapa de adulto joven tienden a formar parejas estables y comenzar una familia, mientras que aquellos viviendo en entornos liberales suelen postergar estos eventos hasta más adelante.

Por último, en el caso de las personas no heterosexuales, la adultez joven suele ser la época en la que realmente comienzan a disfrutar de verdad de su sexualidad.

Esto puede deberse a muchos factores, siendo algunos de los más importantes la obtención de independencia por parte de la familia, y la aceptación de la condición de homosexual o bisexual.