Biología

Mesotelio: estructura, embriología, enfermedades


¿Qué es el mesotelio?

El mesotelio es un tejido membranoso de una célula de espesor que recubre las tres cavidades serosas del cuerpo: la pericárdica, la pleural y la peritoneal. Tiene funciones esencialmente protectoras, pero también interviene en el movimiento de los órganos contenidos en dichas cavidades.

Las cavidades serosas del cuerpo, también conocidas como cavidades celómicas, son las cavidades que contienen a los principales órganos, llamados generalmente “órganos blandos”. El celoma puede definirse como la cavidad general del cuerpo, que se abre al exterior únicamente a través de la boca y el ano.

La cavidad pericárdica es la que contiene o rodea al corazón; la cavidad pleural, por otra parte, es la que rodea a los pulmones y la cavidad peritoneal, finalmente, es la que encierra los órganos que se encuentran en nuestro abdomen, i.e. el estómago, los intestinos, el hígado, el páncreas, los riñones, etc.

Además de funcionar como capa protectora, limitante o de cobertura, el mesotelio tiene otras funciones homeostáticas entre las que destacan la formación de una superficie lubricada, libre de fricción, que facilita el movimiento de los órganos dentro de las tres cavidades mencionadas.

Así también, este tejido tiene mucho que ver con los mecanismos de intercambio transcelular, con el desarrollo del corazón, de los pulmones y de los intestinos, etc.

El mesotelio, además, se encuentra alrededor de las estructuras reproductivas femenina y masculina, donde ejerce las mismas funciones protectoras que en las tres cavidades serosas.

Estructura y funciones del mesotelio

El mesotelio, como se comentó anteriormente, es una estructura membranosa -un tejido- de una célula de espesor. Tiene importantes funciones en la protección de los órganos vitales del cuerpo humano, pues provee una superficie resbalosa y no adhesiva “dentro” de la cual los órganos tienen cierta libertad de movimiento.

Los pulmones, contenidos en la cavidad pleural, por ejemplo, pueden expandirse durante la inhalación y contraerse durante la exhalación fácilmente, sin que el mesotelio asociado a estos se los impida; de la misma manera que los intestinos, contenidos en la cavidad visceral, pueden “hincharse” y “desinflarse” rítmicamente (peristalsis) durante la digestión.

Las células que componen el tejido mesotelial reciben el nombre de células mesoteliales y, además de formar esta “membrana”, tienen otras funciones:

  • Participan en el transporte de fluidos y de células hacia y desde las cavidades serosas.
  • Están involucrados en la presentación de antígenos para los componentes del sistema inmune encargados de su reconocimiento.
  • Juegan un importante papel en los procesos de inflamación y reparación de tejidos.
  • También participan en la coagulación sanguínea y la fibrinólisis.
  • Pueden tener lugar en la adhesión de células tumorales durante la formación de ciertos tumores.

Las células mesoteliales derivan del mesodermo, que es la capa embrionaria media del blastodermo (siendo las otras dos el ectodermo y el endodermo) y el tejido que forman -el mesotelio– es un tejido de regeneración lenta.

Generalmente son células de forma hexagonal, aunque algunas tienen interdigitaciones o proyecciones en la periferia. Presentan gran número de gap junctions, que son sitios de contacto y comunicación en las membranas entre los cuerpos de células adyacentes.

Las células mesoteliales, además, exhiben una polaridad apical-basolateral, importante adhesión célula-célula y una membrana basal.

Algunos autores señalan que estas células presentan microvellosidades en su cara luminal, es decir, en la superficie que exponen hacia los órganos que recubre el tejido mesotelial, pero su distribución puede variar.

La estructura y las características principales de mesotelio, a pesar de delimitar cavidades diferentes, son relativamente equivalentes a lo largo de todo el cuerpo.

Embriología

La capa mesotelial que recubre las cavidades serosas de nuestro cuerpo comienza a formarse durante la tercera semana del desarrollo embrionario, precisamente cuando las células de la capa mesodérmica del embrión comienzan a segmentarse durante la gastrulación.

El mesodermo, como se comentó hace instantes, es la capa media del blastodermo, que se define como la membrana que se forma después de la fecundación del óvulo durante la reproducción sexual, la cual delimita al blastocisto, la esfera hueca que caracteriza las primeras etapas del desarrollo embrionario animal.

Al mismo tiempo que ocurre la división o segmentación de las células mesodérmicas se forman unas fisuras en la región lateral del mesodermo y, eventualmente, estas fisuras o hendiduras terminan formando una estructura en forma de “U” que se conoce como el celoma intraembrionario.

Los “brazos” de la cavidad en forma de “U” permanecen en la placa lateral del mesodermo y se “encuentran” en la línea media, que corresponde a la región del mesodermo que posteriormente dará lugar al tejido cardíaco.

Las células que delimitan el tejido celómico primitivo y sus derivados, que corresponden a las cavidades pericárdica, pleural y peritoneal, son las que forman el mesotelio.

Al comienzo del desarrollo embrionario dichas células tienen un aspecto cuboidal, formando un epitelio seudoestratificado, pero posteriormente atraviesan tres eventos secuenciales de desarrollo:

  • Formación de una lámina basal que separa el mesotelio del tejido subyacente.
  • Aparición de las uniones intercelulares o gap junctions.
  • Cambio de la forma celular de cuboidal a escamoso.

Mesotelio parietal y mesotelio visceral

Durante la definición de las cavidades o subdivisiones celómicas en el embrión, es decir, durante la separación y/o definición de las cavidades pleural, cardíaca y visceral, el epitelio celómico que recubre las paredes internas de dichas cavidades y que deriva del mesodermo se denomina mesotelio parietal.

Sin embargo, durante la organogénesis, algunos derivados del mesotelio parietal eventualmente cubren los órganos en desarrollo, formándose un tejido distintivo conocido como mesotelio visceral.

Existe un pequeño espacio entre el mesotelio parietal y el mesotelio visceral, el cual está comúnmente lleno de un fluido seroso rico en moléculas muy diversas: inmunoglobulinas, proteínas del sistema de complemento, lisozima y otras proteínas que participan en la protección contra infecciones bacterianas y que disminuyen la fricción, permitiendo cierto movimiento de los órganos encerrados por estos tejidos.

Enfermedades o patologías

Como cualquier tejido del cuerpo humano, el mesotelio puede presentar anormalidades relacionadas con defectos en durante su establecimiento en el desarrollo embrionario, inflamaciones, tumoraciones, infecciones y otros tipos de patologías importantes.

Las adhesiones serosas, por ejemplo, son muy importantes desde el punto clínico, pues suelen restringir el movimiento de los órganos dentro de las cavidades pleural y abdominal, lo que es de suma importancia para su funcionamiento.

La aparición de estas adhesiones puede deberse a lesiones o daños en el mesotelio causados durante procedimientos quirúrgicos, que impiden que las células mesoteliales cumplan con una de sus funciones normales relacionadas con la fibrinólisis.

Las metaplasias o cambios en la diferenciación de las células que lo componen, así como en su capacidad de adaptación en respuesta a distintas lesiones es otra de las afecciones más comunes relacionadas con el mesotelio.

Los mesoteliomas son tumores, benignos o malignos, que se producen por una proliferación desenfrenada de las células mesoteliales. Estos pueden darse en cualquiera de las tres cavidades serosas, por lo que la sintomatología dependerá de aquellos órganos que vean afectada su función.

Referencias

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