Trastornos mentales/Psicopatología

Pogonofobia: qué es, síntomas, causas, tratamientos


¿Qué es la pogonofobia?

La pogonofobia es una fobia específica que se refiere al miedo irracional, persistente y desproporcionado a las barbas, a personas con barba o al vello facial. La palabra pogonofobia procede del griego pogon, que significa barba, y fobos, que significa miedo. 

Aunque en algunas culturas la barba se asocia a un buen estatus social, potencia sexual o sabiduría, en otras se puede relacionar con falta de higiene personal o con radicalismos. Se trata de una fobia que puede afectar a personas de cualquier género y edad, pero según indican los estudios, afecta principalmente a las mujeres.

Como ocurre con todas las fobias, los síntomas y la gravedad de los mismos van a depender de cada persona, pero los más usuales son los que aparecen ante la visión de una persona con barba, bigote o, en algunos casos, ante un ligero vello facial.

Síntomas de la pogonofobia

– Ansiedad extrema. Miedo y preocupación constantes por la posibilidad de enfrentarse a la situación temida y no saber afrontarla correctamente.

– Pánico, entendido como un miedo extremo ante la barba, o solo ante el hecho de imaginarlo.

– Sudoración excesiva.

– Náuseas y/o vómitos.

– Diarrea, problemas y dolores estomacales.

– Dificultad para respirar.

– Dolor y/o pinchazos torácicos.

– Escalofríos.

– Boca seca.

– Pensamiento, imágenes y/o expectativas catastróficas. Estos pensamientos suelen ir encaminados a anticipar el fracaso si se enfrentaran al estímulo que consideran amenazante.

– Evitación, huida y/o escape de los lugares o situaciones en los que es posible enfrentarse al estímulo temido. En este sentido, puede resultar perjudicial para realizar una vida normal y puede suponer la pérdida de amistades y relaciones sociales satisfactorias.

Causas

Las causas para desarrollar una fobia suelen ser múltiples y variadas y dependen de diferentes factores que se relacionan. Los más habituales que pueden desencadenar la aparición del miedo irracional son:

Posibles experiencias negativas o traumáticas

Son experiencias vividas normalmente en la infancia (según indican algunos estudios, suele ocurrir entre los cuatro y ocho años de edad) relacionadas con una persona con barba, bigote o abundante vello facial.

Motivos culturales

En algunas culturas la barba se asocia a poder, estatus o sabiduría. Pero en otras ocasiones se relaciona con un aspecto descuidado, falta de higiene, personas enfermas o sin hogar, etc.

Con frecuencia, la persona fóbica relaciona a alguien con barba con este segundo grupo y por eso tienden a evitarlos.

Parece que por regla general las personas afeitadas inspiran mayor confianza y seriedad, por eso la mayoría de los políticos no suelen llevar barba.

Aprendizaje

La fobia a la barba también puede aprenderse por observación. Es decir, si los padres o personas de referencia tienen esta fobia, es muy posible que se acabe transmitiendo a los hijos, que aprenden que a las personas con barba hay que temerlas o que no son de confianza.

En algunos casos se ha comentado que las fobias podrán tener un componente genético que se hereda, ya que en muchas ocasiones los padres e hijos comparten la misma fobia.

Numerosos estudios han demostrado que no existe un componente genético y que el motivo por el que padres e hijos tienen miedo a las mismas situaciones o estímulos es debido al aprendizaje.

Neurobiología

Algunas teorías demuestran que en algunas áreas del cerebro, como la corteza prefrontal y la amígdala, se almacenan los acontecimientos peligrosos y posteriormente, ante situaciones similares, se recuperan esas sensaciones almacenadas, provocando las mismas reacciones que se presentaron en la primera ocasión.

En el caso concreto de la amígdala, se ha demostrado que puede desencadenar la liberación de las hormonas de lucha o huida, que disponen el cuerpo y la mente a un estado de gran alerta y estrés para afrontar las situaciones que se consideran amenazantes o peligrosas.

Tratamiento

Técnicas de exposición el estímulo temido

El objetivo de esta técnica es ir exponiendo a la persona de forma gradual al estímulo que teme, en este caso la barba, hasta que no le cause ningún temor ni ansiedad.

Suele hacerse de forma gradual, empezando por los estímulos que provocan menos malestar, por ejemplo, ver una foto de una persona con poco vello facial, hasta llegar al más temido, como tocar la barba poblada de una persona.

De esta forma se consigue que, igual que la persona en su momento asoció la barba con algo peligroso o temido, pueda comprobar por sí misma que no se encuentra en peligro al enfrentarse a estas situaciones, y así poco a poco el miedo se va desasociando o aprendiendo que la barba no es sinónimo de peligro.

De forma general, se considera que cualquier tratamiento de la fobia debe incluir esta técnica para afrontarla.

Desensibilización sistemática

Esta técnica tiene algunos aspectos en común con la anterior. Igualmente, se trata de conseguir que la persona deje de asociar la barba con miedo o temor. Para ello se realiza un listado de todas las situaciones relacionadas con la barba que le producen miedo.

La lista se hace en colaboración con el terapeuta y se ordenan las situaciones de menor a mayor grado de malestar. El paciente empieza enfrentándose a la primera, bien en vivo o en imaginación, y no se pasa a la siguiente situación de la lista hasta que el grado de ansiedad y malestar haya disminuido por completo.

Habitualmente, esta técnica se utiliza en conjunto con las técnicas de relajación que se aplican después de enfrentarse al estímulo, para ayudar a disminuir el nivel de activación que ha provocado la ansiedad.

Hipnoterapia

Mediante esta técnica se pretende localizar en el subconsciente de la persona el primer momento que el estímulo fóbico, en este caso la barba, provocó el miedo. Se trata de poder localizar con todos los detalles ese momento, qué ocurrió, cómo se desarrollaron los acontecimientos, por qué, etc.

Una vez identificado, el objetivo es asociar esas manifestaciones de miedo a otras que sean positivas, consiguiendo de forma gradual que el miedo a la barba se reduzca o incluso llegue a desaparecer.

El objetivo último es romper esas asociaciones negativas que se han establecido con la barba o el vello facial.

Técnicas de Programación Neurolingüística (PNL)

El objetivo último de esta técnica es poder eliminar el sentimiento de angustia y ansiedad asociado a la barba. Se trata de imaginar la escena que provoca malestar, de tal forma que se genere esa ansiedad en la persona.

Por ejemplo, el paciente visualiza estar sentado al lado de una persona con una barba muy poblada, mirarle e incluso llegar a tocarle.

Una vez que se ha visualizado la escena completa comienza a rebobinarla una y otra vez como si se tratara de una película, desde un rol de espectador de lo que se está visualizando, y cada vez las imágenes van pasando más rápidamente.

Este ejercicio se repite hasta imaginar que la situación ya no provoca ansiedad ni malestar alguno.

Técnicas cognitivas y comportamentales

Dentro de estas técnicas, las más utilizadas son la terapia racional emotiva de Albert Ellis, el entrenamiento en inoculación de estrés de Meichenbaum o la terapia racional sistémica de Golfried.

El objetivo de estas técnicas es, por un lado, conocer el motivo que originó la fobia y por qué se está manteniendo ese miedo en el tiempo. Y, por otro lado, detectar los pensamientos que contribuyen al malestar y la ansiedad para poder modificarlos por otros más realistas, adaptativos y que no generen malestar.

De forma habitual, estas técnicas se combinan con la exposición para conseguir el éxito de la terapia.

Fármacos

La mayoría de los estudios e investigadores coinciden en que no existe un tratamiento farmacológico de elección para el tratamiento de las fobias específicas.

En la mayoría de los casos, los medicamentos se utilizan como complemento a otros tipos de terapia, normalmente junto a las técnicas de exposición.

Los tipos de fármacos que se utilizan son las benzodiacepinas y los betabloqueantes, que suprimen los síntomas de activación (como las palpitaciones o la hiperventilación).

Por otro lado, algunos estudios han indicado que el uso de medicamentos puede ser contraproducente en el éxito de la terapia. Esto se debe a que se cree que imposibilita la habituación al estímulo fóbico, que es la base de la mayoría de los tratamientos.