Sebastián Lerdo de Tejada: biografía, gobierno, aportes
Sebastián Lerdo de Tejada (1823-2899) fue un jurista y político mexicano que ocupó la presidencia del país entre 1872 y 1876. De ideología liberal, fue el primer presidente de México nacido tras la independencia. Junto con su antecesor en el cargo, Benito Juárez, el gobierno de Lerdo formó parte del periodo histórico denominado república restaurada.
Antes de ocupar la presidencia, Lerdo de Tejada había sido ministro en los gobiernos de Ignacio Comonfort y Benito Juárez, de quien se convirtió en su colaborador más cercano. Durante la invasión francesa de México, Lerdo de Tejada se había unido a la resistencia liderada por Juárez, que contó con él para ocupar varios cargos políticos tras su victoria.
En 1871, se opuso en un principio a la reelección de Juárez y se presentó a las elecciones con su propio partido, el Lerdista. Juárez volvió a ser elegido y ofreció a Lerdo el puesto de presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Tras la muerte de Juárez, Lerdo se convirtió en presidente del país. Durante su mandato incorporó a la constitución las Leyes de Reforma, recuperó el Senado y pacificó el país. En 1876, intentó ser reelegido, pero Porfirio Díaz y sus seguidores lo impidieron mediante el Plan de Tuxtepec.
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Sebastián Lerdo de Tejada nació en Xalapa, Veracruz, el 24 de abril de 1823. Uno de sus hermanos, Miguel, también se dedicó a la política y es conocido por la redacción de la Ley Lerdo, una de las Leyes de Reforma.
Aunque Sebastián tenía que ayudar en la tienda de su padre mientras realizaba sus estudios de gramática, sus resultados fueron tan buenos que logró una beca para el Colegio Palafoxiano, situado en Puebla.
El futuro presidente estudió teología durante cinco años. Durante un tiempo tenía previsto ordenarse sacerdote, pero finalmente cambió de idea y comenzó a estudiar derecho.
Lerdo se graduó en el colegio de San Ildefonso, en Ciudad de México. Con solo 29 años, en 1852, se convirtió en director de esa institución, cargo que mantuvo hasta 1863.
Su trabajo hizo que empezara a ser conocido en los círculos influyentes de la capital. Esto le valió ser nombrado abogado de la Corte Suprema de Justicia Mexicana y, a finales de 1855, magistrado durante el gobierno del presidente interino Juan Álvarez.
El asesinato de cinco españoles por parte de una banda de ladrones en 1856 provocó que las relaciones entre ambos países empeoraran notablemente. Lerdo de Tejada fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores para tratar de resolver el conflicto. Sin embargo, su permanencia en el cargo fue muy breve.
El siguiente presidente, Ignacio Comonfort, lo volvió a llamar para que ocupara el ministerio de Relaciones Exteriores. Durante su estancia en el cargo se encargó de comunicar al gobierno estadounidense la negativa mexicana a vender el territorio cercano al istmo de Tehuantepec.
En una situación de tensión por el rechazo de parte de la población a varias de las Leyes de Reforma, que buscaban sobre todo limitar el poder de la Iglesia católica a finales de ese mismo año, el presidente aceptó el Plan de Tacubaya, elaborado por Félix Zuloaga y otros miembros del partido conservador.
Finalmente, en 1858 estalló la denominada Guerra de Reforma, que enfrentó a los conservadores y a los liberales. Durante los años siguientes, el país contó con dos gobiernos diferentes, cada uno encabezado por miembros de ambas facciones.
Lerdo de Tejada fue elegido como miembro de la junta de gobierno temporal que debía elegir a un nuevo presidente conservador que sustituyera a Zuloaga. El político, con ideas liberales, apenas acudió a las sesiones de esa junta, ya que se negó a secundar un plan llevado a cabo por los conservadores.
Durante los años de conflicto, Sebastián Lerdo de Tejada mantuvo una actividad muy escasa y de perfil bajo.
Al finalizar la guerra civil, Benito Juárez, líder del bando liberal, asumió la presidencia. Lerdo de Tejada fue elegido como diputado del Congreso.
Su etapa como diputado incrementó la popularidad de Lerdo gracias a su oratoria. Su presencia era cada vez más solicitada en numerosos actos y su número de seguidores aumentó considerablemente. Durante esta etapa, simultaneó su actividad política con su puesto como director del colegio San Ildefonso.
Según los historiadores, una decisión tomada por Lerdo de Tejada se convirtió en una causa indirecta de la segunda intervención francesa en México.
La situación económica del país tras la guerra civil era muy precaria. México debía bastante dinero a Francia, Reino Unido y España y el gobierno de Juárez aprobó una reforma que debía suspender el pago de los impuestos a esos países durante dos años. Lerdo de Tejada se opuso a esta medida.
Los franceses invadieron México y se mantuvieron en el país durante 6 años. Lerdo de Tejada acompañó al gobierno itinerante de Benito Juárez durante todo ese tiempo y se convirtió en el principal consejero del presidente.
El papel de Lerdo de Tejada en la expulsión de los franceses de México fue fundamental. Una de sus tareas fue contactar con el gobierno estadounidense y solicitar ayuda en el conflicto. EE.UU, además, acababa de salir de su guerra civil y el bando derrotado, los confederados, había apoyado a Francia.
La ayuda estadounidense permitió a las tropas de Juárez empezar a infligir algunas derrotas a los franceses. Además, los problemas de Francia en Europa obligaron a Napoleón III a retirar parte de su ejército de México.
Finalmente, en 1867, Maximiliano I, el emperador colocado por los franceses para gobernar México, fue ejecutado. Según algunas fuentes, Juárez pretendía perdonar la vida a Maximiliano, pero Lerdo de Tejada lo convenció de que era mejor ejecutarlo. Sin embargo, esta información nunca ha podido ser confirmada.
La victoria ante los franceses dio inicio al periodo denominado República Restaurada o, simplemente, Restauración. Esta se prolongó entre 1867 y el comienzo del Porfiriato, en 1876.
Lerdo de Tejada ocupó el cargo de ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno presidido por Juárez. Las siguientes elecciones debían celebrarse en 1871. Lerdo, en desacuerdo con la pretensión de Juárez de volver a ser reelegido, fundó su propio partido y se presentó como candidato. El tercer candidato fue Porfirio Díaz.
El vencedor de las elecciones fue, de nuevo, Benito Juárez. Ante esto, Porfirio lanzó el Plan de la Noria que intentaba derrocar al presidente, pero fue derrotado y tuvo que salir al exilio.
Lerdo de Tejada, por su parte, aceptó el resultado y volvió a ser nombrado presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Cuando Juárez falleció en 1872, Lerdo se convirtió en presidente interino de México en virtud de la línea de sucesión que establecía la constitución.
Después de unos meses como presidente interino, Lerdo de Tejada ganó sin problemas las siguientes elecciones.
Ya como presidente constitucional, Lerdo mantuvo prácticamente al gabinete que había elegido Juárez. Su primer propósito fue intentar pacificar el país, objetivo para el que no dudó en utilizar la fuerza en caso necesario.
Su mayor reto en este ámbito fue el movimiento armado encabezado por Manuel Lozada, quien había apoyado al régimen establecido por Maximiliano I. Lerdo de Tejada organizó una campaña militar que consiguió derrotar al caudillo.
Como había hecho Juárez, Lerdo de Tejada decidió presentarse a la reelección en 1876. Su victoria fue muy clara, aunque existieron denuncias de fraude. Su rival, Porfirio Díaz, volvió a organizar un nuevo levantamiento armado para derrocarlo. El entonces presidente de la Corte Suprema, José María Iglesias, también se rebeló contra la reelección de Lerdo.
En esta ocasión, Porfirio Díaz, acabó logrando derrotar a los partidarios de Lerdo de Tejada, quien debió abandonar el país y exiliarse en Nueva York (EE.UU).
Lerdo de Tejada pasó el resto de su vida en la ciudad estadounidense, donde ejerció como abogado después de aprender inglés por su cuenta.
Sebastián Lerdo de Tejada murió en Nueva York el 21 de abril de 1889. Su antiguo enemigo, Porfirio Díaz, solicitó que su cuerpo fuera trasladado a México para ser enterrado con honores en la Rotonda de Hombres Ilustres.
Sebastián Lerdo de Tejada se convirtió en el presidente de México en 1872. Primero lo hizo de manera interina al sustituir al fallecido Benito Juárez y después como ganador de las elecciones. En ese momento, se convirtió en el primer gobernante que había nacido después de la independencia del país.
El gobierno establecido por Lerdo no se diferencia demasiado del que había elegido Juárez, al igual que sus políticas. Como presidente, desarrolló una política con elementos nacionalistas, especialmente en su negativa a entregar concesiones a las empresas estadounidenses.
A partir de la Segunda Intervención Francesa, Lerdo de Tejada se había convertido en el principal consejero de Juárez.
Cuando Lerdo se convirtió en presidente apenas realizó cambios en el gabinete ministerial que su antecesor había nombrado, ya que él mismo había participado en la elección de los ministros.
Además de mantener a los mismos ministros, Lerdo también siguió la mayoría de las políticas que Juárez había puesto en marcha. Entre ellas, la aplicación de las Leyes de Reforma, que había sido interrumpida por la invasión francesa. El nuevo presidente incorporó esas leyes al texto constitucional.
Como había intentado hacer Juárez, Lerdo de Tejada se propuso pacificar el país. Una de sus primeras medidas como presidente fue decretar la amnistía a aquellos que se habían sublevado contra el gobierno. Igualmente, liberó a los presos políticos y perdonó a todos los que se entregaran en los 15 días que siguieron a la promulgación de esta ley.
El efecto de esta medida fue, en general, positivo. Muchos de los que se habían levantado contra Juárez, y que también se oponían a Lerdo, se acogieron a la amnistía. El opositor más importante, Porfirio Díaz, realizó una visita al presidente para reconciliarse con él y se retiró a su hacienda.
Lerdo no dudó en utilizar la fuerza ante los que se negaron a acogerse a sus medidas de reconciliación. Su principal reto en este sentido fue la rebelión del cacique Manuel Lozada, al que el ejército federal logró derrotar.
Desde los tiempos coloniales, la Iglesia católica había tenido una gran influencia política, social y economía en México. Las Leyes de Reforma buscaban acabar con ese poder y, además, Lerdo impulsó otras medidas como prohibir las manifestaciones religiosas fuera de los templos o la expulsión de los jesuitas.
Estas políticas contrarias a la Iglesia provocaron que apareciera un movimiento armado apoyado por el clero: los llamados cristeros. Estos, que protagonizaron algunas revueltas en Michoacán y Jalisco, exigían la dimisión de Lerdo, rechazaban la Constitución de 1857, pretendían que un nuevo presidente declarara al catolicismo como religión oficial y pedían un concordato con el Vaticano.
Lerdo de Tejada dio continuidad a los proyectos que el gobierno de Juárez había iniciado, sobre todo en la ampliación de la red de ferrocarriles.
Bajo su presidencia se inauguró la línea ferroviaria que unía el puerto de Veracruz y Ciudad de México, cuya obra había empezado durante el gobierno de Juárez.
La política de Lerdo de Tejada sobre los ferrocarriles se vio afectada por su desconfianza hacia los Estados Unidos. Su preocupación por una posible invasión provocó que, en un principio, se negara a construir líneas que llegaran a la frontera.
Más adelante, trató que una empresa nacional se hiciera cargo de la construcción de una línea que fuera desde el sur del país hasta la frontera con EE.UU, pero sin conseguirlo. Finalmente, tuvo que aprobar la propuesta de un empresario estadounidense, Edward Lee Plumb, para construir la línea. Estos cambios de criterio le valieron numerosas críticas.
Además de los ferrocarriles, Lerdo impulsó la ampliación de la red telegráfica, que llegó a superar los 90 000 kilómetros. De igual forma, su gobierno aumentó y mejoró los caminos y carreteras hasta que Ciudad de México quedó comunicada con casi todas las capitales de los estados.
Sin embargo, su política de infraestructuras se vio lastrada por los problemas económicos que afectaron al país.
En el ámbito legislativo, una de las medidas más importantes realizada por Lerdo de Tejada fue la incorporación de las Leyes de Reforma a la constitución. De esta forma, las leyes pasaron de ser decretos aislados a tener rango constitucional.
La principal crítica que encontró el gobierno de Lerdo de Tejada fue su incapacidad para mejorar la situación económica. A pesar de las medidas aprobadas, gran parte de la población permaneció en la pobreza.
Lerdo intentó que creciera la industria mediante la atracción de capital extranjero. El presidente trató de evitar las inversiones estadounidenses, por lo que dio preferencia a las procedentes de Francia y el Reino Unido.
Su gobierno también aprobó la organización de un sistema fiscal nacional. Con este pretendía que existiera una pago justo y uniforme de los impuestos. Entre sus logros se encuentra la normalización de la contabilidad fiscal y la reducción de la corrupción entre los funcionarios.
La Constitución de 1857 había suprimido el Senado con la intención de acelerar los cambios en el país.
Benito Juárez ya había planteado la idea de recuperar la cámara para que sirviera como contrapeso al Congreso, pero su muerte no le permitió llevar a cabo la medida. Fue, finalmente, Lerdo de Tejada quien aprobó la restauración de la cámara de senadores.
- Biografías y Vida. Sebastián Lerdo de Tejada. Obtenido de biografiasyvidas.com
- Ochoa, Janeth. Sebastián Lerdo de Tejada, el primer presidente realmente mexicano. Obtenido de mexicodesconocido.com.mx
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