Teoría de la Personalidad de Carl Rogers
La teoría humanista de la personalidad de Carl Rogers enfatiza la importancia de la tendencia hacia la autorrealización en la formación del autoconcepto. Según Rogers el potencial del individuo humano es único, y se desarrolla de forma única dependiendo de la personalidad de cada uno.
De acuerdo a Carl Rogers (1959), las personas quieren sentir, experimentar y comportarse de formas que son consistentes con la autoimagen. Cuanto más cercana está la autoimagen y el yo ideal, más consistentes y congruentes son las personas y más valor creen que tienen.
Junto a Abraham Maslow, Rogers se centró en el potencial de crecimiento de individuos sanos y contribuyó enormemente a través de la Teoría de humanista la personalidad a la comprensión del self (el “sí mismo” o el “Yo”, en español).
La psicología humanista enfatizaba el rol activo del individuo en dar forma a su mundo interno y externo. Rogers avanzó en este campo subrayando que los humanos son seres activos y creativos, que viven en el presente y responden de forma subjetiva a las percepciones, relaciones y encuentros que se estén dando actualmente.
La auto-actualización
“El organismo tiene una tendencia y un esfuerzo básicos para actualizarse, mantenerse y enriquecer las experiencias del propio organismo” (Rogers, 1951, p. 487).
Rogers rechazó la naturaleza determinista del psicoanálisis y el conductismo y afirmó que nos comportamos como lo hacemos debido al modo en que percibimos nuestra situación: “Ya que nadie más sabe cómo percibimos, nosotros somos los más expertos en nosotros mismos”.
Carl Rogers creía que los seres humanos tienen un motivo básico, que es la tendencia a la auto-actualización. Como una flor que crece y alcanza todo su potencial si las condiciones son correctas, pero que está limitada por las restricciones del ambiente, las personas también florecen y alcanzan su máximo potencial si las condiciones que les rodean son lo suficientemente buenas.
Sin embargo, de forma contraria a las flores, el potencial del individuo humano es único, y estamos destinados a desarrollarnos de distintos modos dependiendo de nuestra personalidad.
Rogers creía que las personas son buenas y creativas de forma inherente, y que se vuelven destructivas solo cuando un auto-concepto pobre (la imagen que tenemos de nosotros mismos) o las limitaciones exteriores invalidan el proceso de alcanzar el potencial.
Según Carl Rogers, para que una persona alcanzara la auto-actualización, debe mantenerse en un estado de congruencia. Esto significa que la auto-actualización ocurre cuando el “Yo ideal” de la persona (quién le gustaría llegar a ser) es congruente con sus comportamientos reales.
Rogers describe al individuo que se está actualizando como una persona plenamente funcional. El principal determinante de si llegaremos a convertirnos personas actualizados o no son las experiencias en la infancia.
La persona plenamente funcional
Rogers afirmaba que todas las personas podían conseguir sus objetivos y deseos en la vida. Cuando lo hacían, la auto-actualización había tenido lugar. Las personas que son capaces de auto-actualizarse, que no constituye la totalidad de humanos, son llamadas “personas plenamente funcionales”.
Esto significa que la persona tiene contacto con el aquí y ahora, sus experiencias subjetivas y sus sentimientos, y que está en continuo crecimiento y cambio.
Rogers veía a la persona plenamente funcional como un ideal que muchas personas no llegan a alcanzar. No es correcto pensar en esto como si fuera la finalización del itinerario de la vida; es un proceso de cambio.
Rogers identificó cinco características de la persona plenamente funcional:
1- Apertura a la experiencia
Estas personas aceptan tanto las emociones positivas como las negativas. Las emociones negativas no son negadas, sino examinadas (en lugar de recurrir a mecanismos de defensa del yo). Si una persona no puede abrirse a sus propios sentimientos, no se puede abrir a la actualización del yo.
2- Vivencia existencial
Esto consiste en estar en contacto con las diferentes experiencias tal y como ocurren en la vida, evitando prejuzgar y las preconcepciones. Incluye ser capaz de vivir y apreciar de forma plena el presente, no estar siempre mirando al pasado o al futuro, ya que el primero se ha ido y el último ni siquiera existe.
Esto no significa que no debamos aprender de lo que nos ocurrió en el pasado o que no debamos planificar cosas para el futuro. Simplemente, debemos reconocer que el presente es lo que tenemos.
3- Confianza en nuestro organismo
Hay que prestar atención y confiar en los sentimientos, instintos y reacciones viscerales. Debemos confiar en nosotros mismos y hacer aquello que creemos que es correcto y que surge de forma natural. Rogers se refiere con esto a la confianza que debemos tener en el propio yo, indispensable para estar en contacto con la auto-actualización.
4- Creatividad
El pensamiento creativo y la asunción de riesgos son características de la vida de las personas. Esto incluye la habilidad para ajustarse y cambiar buscando nuevas experiencias.
Una persona completamente funcional, en contacto con la propia actualización, siente el impulso natural de contribuir a la actualización de los que le rodean.
Esto se puede realizar mediante la creatividad en las artes y las ciencias, a través del amor paternal o, simplemente, llegando a hacer lo mejor posible el propio oficio.
5- Libertad experiencial
Las personas plenamente funcionales están satisfechas con sus vidas, ya que las experimentan con un verdadero sentido de libertad.
Rogers afirma que la persona que funciona plenamente reconoce el libre albedrío en sus acciones y asume las responsabilidades de las oportunidades que se le brindan.
Para Rogers, las personas plenamente funcionales están bien ajustadas, bien equilibradas y son interesantes de conocer. A menudo, estas personas consiguen grandes cosas en la sociedad.
El desarrollo de la personalidad
De forma parecida a la referencia que hacía Freud al alma, Rogers identificó el auto-concepto como el marco sobre el que la personalidad se desarrolla.
Todas las personas tienen el propósito de buscar congruencia (equilibrio) en tres áreas de sus vidas. Este equilibrio se consigue con la auto-actualización. Estas tres áreas son la autoestima, la autoimagen o imagen de ti mismo y el Yo ideal.
“Creo que la buena vida no es un estado fijo. No es, desde mi punto de vista, un estado de virtud o satisfacción, nirvana o felicidad. No es una condición en la que el individuo esté ajustado o actualizado. La buena vida es un proceso, no un estado. Es una dirección, no un destino. La dirección es aquella que ha sido seleccionada por todo el organismo, aquella en la que hay libertad psicológica para moverse en cualquier dirección” Rogers, 1961
La auto-actualización es imposible si estas tres imágenes, especialmente la autoimagen y el Yo ideal, no se solapan.
A esto se le llama una visión incongruente de uno mismo y, en este caso, el rol del terapeuta sería transformar esta visión en una más congruente, ajustando la percepción que la persona tiene de la imagen de sí mismo y su autoestima, así como construyendo un Yo ideal más realista para que pueda conseguirse más fácilmente.
El proceso de auto-actualización llevará a un solapamiento cada vez mayor entre estas áreas y contribuirá a la satisfacción de la persona con su vida.
Según los esquemas de Carl Rogers, cada una de las tres áreas tiene tareas específicas. Hasta que una persona consiga la auto-actualización, las tres áreas se mantendrán fuera del equilibrio en cuanto a cómo se relacionan con el mundo.
Rogers hizo énfasis en el hecho de que, en lo que se refiere a la auto-actualización, la personalidad de cada persona es única; hay muy pocas personalidades hechas con el mismo patrón. Rogers también trajo a la discusión terapéutica la idea de una visión holística de las personas.
Críticas a la teoría de Rogers
Las teorías de Carl Rogers han sufrido muchas críticas, tanto positivas como negativas. Para empezar, relacionado con su terapia centrada en la persona, se critica su concepción de la naturaleza humana como tendente hacia la bondad y la salud.
Asimismo, de la misma forma que las teorías de Maslow, las de Rogers fueron criticadas por su falta de evidencia empírica. La visión holística del humanismo permite mucha variación pero no identifica variables lo suficientemente constantes como para ser investigadas con precisión.
Los psicólogos también han discutido que un énfasis tan extremo en la experiencia subjetiva del individuo puede dejar de lado el impacto de la sociedad en el desarrollo del individuo.
Algunos críticos afirman que la persona plenamente funcional de la que habla Rogers es un producto de la cultura occidental. En otras culturas, como las orientales, la consecución de metas por parte de grupos se valora mucho más que la consecución por parte de una sola persona.
A pesar de las críticas que recibió, la teoría de personalidad de Carl Rogers y su metodología terapéutica, continúa ganando adeptos y se han convertido en una de las corrientes más influyentes en la historia de la psicología.