Anatomía y fisiología

Electrolitos plasmáticos: concepto, funciones, valores, alteraciones


¿Qué son los electrolitos plasmáticos?

Los electrolitos plasmáticos son un grupo de iones (elementos cargados eléctricamente) que se encuentran en la sangre y cumplen diversas tareas en el organismo. El balance de estos electrolitos es esencial para el funcionamiento normal de los órganos del cuerpo humano.

Todos los seres humanos necesitamos los electrolitos para sobrevivir. Muchos procesos propios del cuerpo requieren de la acción de una pequeña carga eléctrica, la cual es provista por los electrolitos. Estos iones interactúan entre sí y con las células que conforman los distintos tejidos, nervios y músculos.

Un desequilibrio electrolítico ocurre cuando los niveles plasmáticos de cualquier electrolito están demasiado altos o demasiado bajos, lo cual genera una serie de alteraciones en el cuerpo que se reflejan como síntomas o signos de alguna enfermedad.

Funciones de los electrolitos plasmáticos

Los electrolitos séricos cumplen con una enorme cantidad de tareas fisiológicas en el organismo. A continuación se señalan los electrolitos más importantes con algunas de sus respectivas tareas:

Sodio (Na+)

El sodio es el catión (ion cargado positivamente) más abundante en el exterior de la célula. Una de sus funciones más importantes es la regulación de la cantidad de agua en el cuerpo.

Una máxima de la medicina reza que el agua sigue al sodio adondequiera que este vaya, ya sea al interior o al exterior de las células o de los vasos sanguíneos.

Muchos procesos orgánicos en el cerebro, sistema nervioso central y músculos requieren de señales eléctricas para su realización. La constante entrada y salida del sodio desde las células hacia el plasma y viceversa genera esa señal eléctrica tan importante.

La transmisión de impulsos cardiacos para el normal funcionamiento del corazón también está mediada por el sodio. Los latidos dependen en gran medida de que los niveles séricos de sodio se encuentren dentro de los valores normales.

Potasio (K+)

El potasio es el catión intracelular más abundante. Tiene una relación inversa con el sodio, a través de la bomba sodio-potasio en la membrana celular, por lo que cumple tareas vitales en el control del latido cardiaco y en el funcionamiento de los músculos.

Tiene un rol en el equilibrio osmótico y en el balance de líquidos entre el espacio intracelular y el extracelular. Al ser el ion positivo con mayor presencia dentro de la célula, su intercambio con el sodio es fundamental para mantener el equilibrio ácido-base y el pH del organismo.

Cloro (Cl-)

El cloro es el mayor anión (ion cargado negativamente) en el espacio extracelular. Como sus dos antecesores, tiene una función significativa en el mantenimiento equilibrado de los fluidos dentro del organismo. Está íntimamente vinculado con el sodio, por lo que sus niveles suben o bajan dependiendo del comportamiento del ya nombrado sodio.

Ayuda en el trabajo y mantenimiento de las articulaciones y tendones. También participa en el equilibrio ácido-base y en la regulación de líquidos corporales.

Forma parte del ácido clorhídrico que interviene en la digestión de los alimentos y se ha estudiado su influencia en el adecuado funcionamiento del hígado.

Bicarbonato (HCO3-)

El anión bicarbonato es el primer ion compuesto con participación importante en el organismo. Por su fórmula se entiende que posee hidrógeno, carbono y oxígeno en su composición, pero tiende a unirse con otros elementos para cumplir con sus varias tareas.

La principal función del bicarbonato es actuar como sustancia buffer o tampón. Estas mezclas ayudan a mantener el equilibrio ácido-base en el cuerpo, regulando los valores del pH. En su forma de bicarbonato de sodio actúa neutralizando el ácido gástrico y sirve de transporte para la eliminación del dióxido de carbono.

Se han descrito efectos del bicarbonato sobre la musculatura vascular para aumentar o disminuir el calibre de los vasos y el flujo sanguíneo. Asimismo, los riñones y pulmones son muy sensibles a los niveles séricos de bicarbonato y algunas de sus funciones dependen de sus niveles en sangre.

Calcio (Ca+) y fósforo (P-)

El calcio es el mineral más abundante en el organismo, siendo el fósforo el segundo. Su presencia en huesos y dientes les otorga esa particular condición, pero sus funciones en el equilibrio ácido-base no son tan importantes. Sin embargo, cumplen con muchas tareas vitales en el organismo.

Entre las tareas metabólicas del calcio y el fósforo tenemos el transporte transmembrana de otros iones y la liberación de neurotransmisores.

El calcio es necesario para la contracción muscular y el latido cardiaco, así como para la coagulación de la sangre. El fósforo forma parte del ATP, el principal aportador de energía en el cuerpo.

Magnesio (Mg+)

El magnesio es el segundo catión intracelular más importante después del potasio. Su función más reconocida es actuando como coenzima en muchas reacciones químicas orgánicas.

Además, trabaja estabilizando las cadenas de ADN y ARN, formando glucógeno, absorbiendo calcio y vitamina C, y ayudando en el funcionamiento de los músculos.

Valores normales

Los niveles plasmáticos de los distintos electrolitos pueden variar según el laboratorio que los realice o los reactivos que se usen para medirlo. A continuación se indican los valores más reconocidos, expresados en las unidades de uso más frecuente:

Sodio

135 – 145 mEq/L

Potasio

3,5 – 5,3 mEq/L

Cloro

98 – 107 mEq/L

Calcio

4,5 – 5,5 mEq/L

Magnesio

1,4 – 2,5 mEq/L

Fósforo

2,5 – 4,5 mg/dL

Bicarbonato

22 – 30 mmol/L

Estos valores se consideran normales en adultos sanos. Los rangos pueden modificarse en niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.

Alteraciones

Los niveles plasmáticos anormales de los electrolitos séricos tienen muchísimas consecuencias en el organismo. Los síntomas generales más frecuentes debido a estas alteraciones son:

  • Arritmias cardiacas.
  • Fatiga.
  • Convulsiones.
  • Náuseas y vómitos.
  • Diarrea o constipación.
  • Debilidad y calambres musculares.
  • Irritabilidad.
  • Confusión.
  • Dolores de cabeza.

Los desequilibrios electrolíticos se nombran agregando los prefijos “hipo” e “hiper”, dependiendo de si los valores están más bajos o más altos de lo normal. Así, cuando los niveles de calcio están alterados se indican como hipocalcemia o hipercalcemia o si se trata del magnesio sería hipomagnesemia o hipermagnesemia.

En el caso del sodio, los términos correctos son hiponatermia e hipernatremia, ya que en latín se le conoce como natrium. En el caso del potasio, deben ser hipokalemia e hiperkalemia por su origen latín kalium.