Biografías de personajes históricos

Rubén Jaramillo: el campesino revolucionario incansable


Rubén Jaramillo fue un revolucionario, militar y político mexicano nacido en enero de 1900. De familia campesina, durante la Revolución Mexicana se unió a las filas de Emiliano Zapata. Como parte del Ejército Liberador del Sur defendió los postulados del Plan de Ayala, que exigía la devolución de tierras a los pequeños campesinos.

El final de la revolución y el asesinato de Zapata no supusieron que Jaramillo abandonara sus principios. A pesar de pasar por la cárcel, el líder campesino continuó luchando para que se realizara una auténtica reforma agraria. En la década de 1920, su esfuerzo le proporcionó una gran popularidad entre los campesinos de Morelos.

La llegada al poder de Lázaro Cárdenas, cuya candidatura fue apoyada por Jaramillo, supuso algunos avances en los propósitos de Jaramillo. Sin embargo, la actitud de los presidentes posteriores le llevaron a retomar las armas en varias ocasiones. Igualmente, también tuvo una importante participación política.

A comienzos de la década de 1960, Rubén Jaramillo fue objeto de varios fallidos intentos de asesinato. En mayo de 1962, sin embargo, una operación organizada por caciques de Morelos, mandos del ejército y el gobierno mexicano acabó con la vida del líder agrarista.

Índice del artículo

Primeros años

Rubén Jaramillo nació en Real de Zacualpan, estado de México, el 25 de enero de 1900. Debido al cierre de varias minas, su familia, que se dedicaba a la minería, tuvo que trasladarse a Tlaquiltenango, en 1903.

Revolución Mexicana

Jaramillo era aún muy joven cuando estalló la Revolución Mexicana, en 1910. Sin embargo, cuatro años más tarde, se unió al Ejército Libertador del Sur que lideraba Emiliano Zapata.

Aunque solo tenía 14 años, participó en la defensa del Plan de Ayala promulgado por Zapata y que exigía reformas agrarias que favorecieran a los campesinos frente a los caciques agrarios del sur. Sus actuaciones en esos años hicieron obtuviera el aprecio de los habitantes de Morelos y Puebla.

El desarrollo de la revolución no fue favorable para los hombres de Zapata. Jaramillo, en 1918, se encargó de comunicar a sus seguidores la derrota. Sin embargo, afirmó que solo era una pausa y que la lucha proseguiría cuando la situación fuera más propicia.

Muerte de Emiliano Zapata

Emiliano Zapata fue asesinado el 10 de abril de 1919. Jaramillo, que había estado trabajando en varias haciendas, fue detenido y encarcelado por órdenes del gobierno carrancista.

Jaramillo debió abandonar Morelos durante un tiempo. En ese periodo, encontró trabajos en varios ingenios (empresas dedicadas a la industria azucarera) de San Luis Potosí y en una empresa petrolera de Tamaulipas.

Con la llegada de Álvaro Obregón a la presidencia, Jaramillo pudo volver a Tlaquiltenango. Allí reanudó su lucha en favor de los campesinos, aunque de manera pacífica.

Posrevolución

Rubén Jaramillo dirigió en la década de 1910 un movimiento que luchaba por la reforma agraria y el reparto de tierras, dos promesas que habían formado parte de los postulados revolucionarios.

Durante esos años, el activista logró algunos avances. En 1921, con el Comité Provincial Agrario de Tlaquiltenango, que él mismo había fundado, consiguió que el gobierno de Obregón repartiera algunas tierras. En 1926 creó la Sociedad de Crédito Agrícola de Tlaquiltenango, pero esta duró poco tiempo ante la reacción en contra de los caciques.

Apoyo a Cárdenas

Jaramillo se involucró abiertamente en las elecciones presidenciales de 1934. No solo apoyó públicamente la candidatura de Lázaro Cárdenas, sino que elaboró un estudio el estado de la agricultura en su región que fue la base para pedir la construcción de una central azucarera.

La petición fue aceptada por el gobierno presidido por Cárdenas. El ingenio de Zacatepec fue inaugurado por el propio presidente en 1938, con Jaramillo al frente del consejo de administración.

Presidencia de Manuel Ávila Camacho

Aunque Jaramillo, por petición de Cárdenas, apoyó la candidatura de Manuel Ávila Camacho para las siguientes elecciones, su buena sintonía con el gobierno fue deteriorándose.

El líder agrarista consideró que Ávila Camacho se había separado de los ideales revolucionarios y que sus políticas estaban perjudicando a los campesinos. El 1942, convocó una huelga en el ingenio que fue duramente reprimida por el gobierno.

La campaña contra los líderes campesinos continuó durante los meses siguientes y Jaramillo decidió volver a tomar las armas. El 19 de febrero de 1943 reunió a varios antiguos zapatistas para organizar la rebelión. En marzo, este grupo intentó tomar Zacatepec y Tlaquiltenango, pero sin éxito.

En septiembre de ese mismo año proclamó el Plan de Cerro Prieto, que recogía buena parte de los postulados del Plan de Ayala.

Solo la intervención de Lázaro Cárdenas detuvo la rebelión de Jaramillo. El expresidente medió entre los rebeldes y el gobierno y Ávila Camacho accedió conceder una amnistía si abandonaban las armas.

En un intento de terminar con la lucha de Jaramillo, Ávila Camacho le ofreció tierras en Baja California. Jaramillo rechazó la oferta, aunque si accedió a dejar las armas.

Movimiento jaramillista

El abandono de las armas no significó el final de la lucha de Jaramillo. En 1945 fundó el Partido Agrario Obrero Morelense, que no solo recogía los postulados agraristas, sino que introdujo reivindicaciones feministas.

Jaramillo, con apoyo de otros partidos, se presentó a las elecciones a gobernador de Morelos. Las votaciones se celebraron en 1946, con triunfo del candidato oficialista. Sin embargo, las denuncias de irregularidades fueron numerosas y Jaramillo desconoció el resultado. Como respuesta, el gobierno arrestó y torturó a varios jaramillistas.

La represión provocó que Jaramillo debiera regresar a la clandestinidad, pero sin abandonar sus actividades políticas. Entre otras muchas cuestiones, impulsó una huelga en el ingenio de Zacatepec en 1948.

Nueva candidatura a gobernador

Jaramillo reactivó el partido que había creado en 1951 con el fin de volver a presentarse de nuevo a las elecciones a gobernador.

Las elecciones se celebraron en marzo de 1952 y dieron como ganador al candidato del PRI (Partido Revolucionario Institucional), en medio de denuncias por fraude.

Como había ocurrido tras las elecciones de 1946, los jaramillistas sufrieron una violenta represión. El propio Rubén Jaramillo debió ocultarse junto con su esposa.

A consecuencia de esta campaña de represión, Jaramillo organizó una nueva rebelión armada. Esta, prevista para octubre de 1952, no llegó a producirse.

Vuelta a las armas

En 1957. Jaramillo recuperó su Plan de Cerro Prieto y volvió a tomar las armas en contra del gobierno. Entre sus peticiones se encontraba la exigencia de un mayor reparto de tierras y expropiar la industria más básica y sus fábricas.

Su actividad armada, apoyada por el Partido Comunista de México, no logró grandes victorias y, junto con sus partidarios, se vio obligado a refugiarse en las montañas de Morelos. Dos años más tarde, en 1959, el presidente Adolfo López Mateos concedió una amnistía a los sublevados.

Rubén Jaramillo continuó con sus exigencias sobre el reparto de tierras. Sin embargo, se encontró repetidamente con la negativa del gobierno. El 5 de febrero de 1962 se puso al frente de los campesinos de la población Otilio Montaño para ocupar unos terrenos agrícolas.

Los ocupantes consiguieron permanecer en esos terrenos durante un mes, hasta que el ejército los desalojó. Jaramillo trató de negociar directamente con López Mateos la entrega de esas tierras a los campesinos, pero sin éxito.

En ese contexto, comenzaron a difundirse rumores de un nuevo levantamiento armado liderado por Jaramillo.

Muerte

El acoso contra Jaramillo fue creciendo durante las semanas siguientes, aunque los primeros intentos de detenerlo o asesinarlo no lograron su objetivo.

El 1 de mayo de 1962, el dirigente agrario hizo público un escrito titulado El último manifiesto de Rubén Jaramillo, en el que denunciaba ese acoso y planificaba su lucha para los años siguientes.

Sin embargo, para entonces ya se estaba organizando una operación para acabar con su vida. Esta comenzó cuando Heriberto Espinoza, alias “el Pintor”, se infiltró entre los jaramillistas hasta conseguir la información acerca del paradero de Jaramillo.

La Operación Xochicalco, nombre que recibió el asesinato de Jaramillo, tuvo lugar el 23 de mayo de 1962. El operativo fue organizado por el gobierno mexicano y financiado, supuestamente, por caciques locales. Los ejecutores fueron pistoleros de la zona, así como soldados del ejército de México.

Los ejecutores sacaron a Rubén Jaramillo, a su esposa y a tres de sus hijos de sus casas de Tlaquiltenango. Dos horas más tarde, todos fueron asesinados cerca de las ruinas de Xochicalco. Junto a ellos, también fueron ejecutados algunos de sus seguidores, tanto campesinos como estudiantes.

Referencias

  1. Salmerón, Luis A. ¿Quién fue Rubén Jaramillo?. Obtenido de relatosehistorias.mx
  2. Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Asesinato de Rubén Jaramillo. Obtenido de cndh.org.mx
  3. Ávila Carrillo, Enrique. El jaramillismo. Obtenido de revista.vocesdelaeducacion.com.mx
  4. Wikivisually. Rubén Jaramillo. Obtenido de wikivisually.com
  5. Centro de Estudios de Historia de México. El asesinato de Rubén Jaramillo. Obtenido de wikimexico.com
  6. Soto, Jessica. La caída del líder agrario Rubén Jaramillo. Obtenido de eluniversal.com.mx