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Lobo mexicano: características, reproducción, alimentación, hábitat


El lobo mexicano (Canis lupus baileyi) es un mamífero placentario que pertenece a la familia Canidae. La desaparición de esta especie icónica de Norteamérica y de México se debe a que ha sido cazada indiscriminadamente. En la actualidad, gracias a ciertas políticas de conservación, se han reinsertado unos pocos especímenes en su hábitat natural.

Canis lupus baileyi es la subespecie de lobo gris de menor tamaño en América del Norte. Son animales que se encuentran activos tanto en las horas diurnas como en las nocturnas.

Además, esta especie puede comunicarse a través de expresiones corporales y faciales, siendo conocida por sus aullidos, que pueden escucharse a 2 km de distancia. Son utilizados para mantener el contacto entre los miembros de una manada y para demarcar el territorio.

En la vida silvestre pudieran vivir entre siete y ocho años, mientras que en cautiverio llegarían probablemente hasta los 15 años.

Índice del artículo

Evolución

Los lobos grises (Canis lupus) se extendieron desde Eurasia a Norteamérica hace aproximadamente entre 70,000 a 23,000 años. Esto originó dos grupos diferentes a nivel genético y morfológico. Uno de estos lo representa el extinto lobo beringiano y el otro las modernas poblaciones de lobos.

Existe la teoría que afirma que el Canis lupus baileyi fue probablemente una de las primeras especies que cruzaron el estrecho de Bering rumbo a Norteamérica. Esto ocurrió tras la extinción del lobo Berigian, en el Pleistoceno tardío.

Peligro de extinción

Históricamente, el lobo mexicano estaba localizado en varias regiones. Se encontraba en la zona desértica de Chihuahua y Sonora, desde el centro de México hasta  la región oeste de Texas, en Nuevo México y Arizona.

A principios del siglo XX, la disminución de los alces y los ciervos en el hábitat natural del lobo mexicano, trajo como consecuencia que este modificara su dieta. Debido a esto comenzaron a cazar el ganado doméstico que se encontraba en los asentamientos cercanos a su nicho ecológico.

El casi exterminio de este animal fue el resultado de varias campañas llevadas a cabo por entidades privadas y del gobierno. La intención era reducir las poblaciones de estos depredadores de ganado vacuno, debido a que estaban impidiendo la expansión de la industria ganadera de la zona.

Estas políticas fueron exitosas, ya que en 1950, el Canis lupus baileyi se había prácticamente erradicado de su distribución original.

Es en 1976 cuando el lobo mexicano fue incluido en la Ley de Especies Amenazadas. La razón era que en libertad solo quedaban unos pocos especímenes.

Acciones conservacionistas

Para evitar su completa extinción, México y Norteamérica decidieron capturar un total de 5 lobos y someterlos a un programa especial, donde serían criados en cautiverio.

Estos ejemplares, una hembra y cuatro machos, fueron capturados vivos en México entre 1977 y 1980. Como parte de este programa, se cubrieron las necesidades ambientales y biológicas para que pudieran vivir y reproducirse de manera natural.

En 1998 se inició en Estados Unidos la reinserción de las especies que estaban en cautiverio. En México, en 2011, la CONANP junto con el Grupo de Especialistas para la Recuperación del Lobo Mexicano, organizaron y ejecutaron la primera experiencia de reintroducción.

La liberación más reciente en tierras mexicanas fue en septiembre del 2018, donde la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas dejó en libertad, en su hábitat natural, a un grupo familiar de siete especímenes.

Las especies adultas llevan puesto un collar de telemetría satelital, para que se pueda hacer un seguimiento de la manada y conocer sus desplazamientos y actividades.

En la actualidad, existen alrededor de 300 especies, protegidas y en cautiverio, en México y en Norteamérica. Los lobos mexicanos que viven libremente ascienden a más de 44.

Investigaciones

Las estrategias de planificación en la recuperación del lobo mexicano han sido puestas en práctica por más de tres décadas.

No obstante, es necesario llegar a un consenso sobre la estructuración de dichos esfuerzos de recuperación, donde se tomen en cuenta las características genéticas del Canis lupus baileyi.

Los efectos de la endogamia, cuando la población es tan limitada, pudieran ser impredecibles. Las pequeñas poblaciones pueden correr el riesgo de extinguirse por la depresión por consanguinidad.

Sin embargo, existen mayores amenazas que ponen en riesgo el éxito de cualquier programa de recuperación de esta especie. Entre estas se encuentran la mortalidad y la pérdida del hábitat natural.

Debido a esto, los esfuerzos deben estar orientados a proporcionar una diversidad genética, pero sin dejar a un lado aquellos factores que de manera directa influyen en la recuperación exitosa de la especie.

Características del lobo mexicano

Tamaño y forma

El cuerpo de este animal es esbelto, con una constitución física fuerte y sólida. Los lobos mexicanos adultos pueden llegar a medir entre 1 y 1.8 metros. Su altura, desde su pata hasta el hombro, es de 60 a 80 centímetros. El peso corporal oscila alrededor de los 25 o 40 kilogramos.

Las hembras suelen ser de menor tamaño, existiendo un marcado dimorfismo sexual. Estas pueden llegar a pesar un promedio de 27 kilogramos.

Cabeza

Su cráneo es pequeño, con forma alargada. El hocico es estrecho, terminando en una almohadilla nasal. Tiene unas grandes orejas, erectas y redondeadas en la punta.

El cuello es amplio, pero su tamaño es corto. Su dentadura está formada por 42 dientes, dentro de los cuales se encuentran dientes incisivos, caninos, premolares y molares.

Este grupo de animales tienen un agudo sentido de audición y del olfato. Además, cuentan con una visión de tipo binocular.

Cola

Su cola está cubierta por un pelaje color marrón grisáceo. Es larga, en proporción a su tamaño corporal.

Extremidades

Las patas son alargadas y con almohadillas muy anchas. Estas pudieran medir 8.5 cm de largo por 10 cm de ancho.

Pelaje

El pelo del Canislupus baileyi es corto, siendo más abundante en la región dorsal y alrededor de los hombros. En la zona anterior de la espalda el pelaje forma una especie de melena, debido a que los pelos son mucho más largos que en el resto del cuerpo.

El pelaje tiene un tono marrón amarillento, con pinceladas negras y  grises. La parte inferior, incluyendo la parte interna de las patas, es blanca.

Glándulas de olor

Tiene glándulas que segregan olores fuertes, los cuales utiliza para marcar el territorio. Estas se encuentran en los genitales, alrededor de los ojos, en la base de la cola y entre los dedos de las patas.

Taxonomía

  • Reino Animal.
  • Subreino Bilateria.
  • Filum Cordado.
  • Subfilum Vertebrado.
  • Superclase Tetrapoda.
  • Clase Mamífero.
  • Subclase Theria.
  • Orden Carnivora.
  • Suborden Caniformia.
  • Familia Canidae.
  • Género Canis.

Especie Canis lupus

Subespecie Canis lupus baileyi

Hábitat y distribución

El lobo mexicano se ubicaba en la región suroeste de Norteamérica, en los estados de Texas, Arizona y en Nuevo México. Además, en México se encontraba en la Sierra Madre Occidental, que abarca los estados de Sonora, Durango, Chihuahua, Sinaloa, Jalisco y Zacatecas.

También habitaba la Sierra Madre Oriental, en las montañas de Oaxaca y en el Eje Neovolcánico. En la década de los 60, la población era aislada y muy escasa. Solo se localizaban en las montañas áridas de Chihuahua, en la Sierra Madre Occidental y al oeste de Coahuila.

Características del hábitat

Su hábitat era de tipo seco templado y estepario, bosques de encinos y de coníferas. En las regiones planas donde se encontraba, abundaba el pastizal, con predominio de la planta herbácea conocida como navajita (Bouteloua spp.) y de la encina (Quercus spp.), un árbol perteneciente a la familia de las Fagáceas.

Históricamente, los lobos mexicanos estaban asociados con los bosques montanos, los cuales tienen un terreno que pudiera tener zonas de pastizales adyacentes.

Las elevaciones montañosas se encuentran entre los 1,219 y los 1,524 m.s.n.m. La vegetación en esas zonas son el pinyon (Pinusedulis), las coníferas, los pinos (Pinus spp.) y el enebro (Juniperus spp.).

Estos hábitats, propio de los climas tropicales, incluyen abundancia de las presas que forman parte de la alimentación del Canis lupus baileyi y la disponibilidad de cuerpos de agua.

Reproducción

Los lobos mexicanos son monógamos. En su grupo familiar existe un macho y una hembra alfa, que estarán unidos hasta que uno de los dos muera. El agudo sentido del olfato de estos animales juega un papel preponderante en su período reproductivo.

Las glándulas de olor segregan feromonas que se mezclan con la orina de la hembra. Además, su vulva se hincha cuando está en su periodo estral. Todas estas señales, químicas y visuales, le avisan al macho que la hembra se encuentra en celo, preparada orgánicamente para reproducirse.

El lobo gris mexicano forma manadas, donde viven un macho, una hembra y sus crías, sumando en total entre 4 y 9 animales. Únicamente, dentro de cada manada, el macho alfa es el que puede reproducirse. El apareamiento ocurre anualmente, generalmente entre los meses de febrero a marzo.

El estro de una hembra puede durar entre 5 y 14 días. Durante el período de apareamiento, la tensión dentro de la manada pudiera aparecer, debido a que cada macho maduro sexualmente desea unirse a una hembra.

Una vez que la hembra está en periodo de gestación, debe esperar un lapso de 60 a 63 días para el alumbramiento. La camada pudiera ser de 3 a 9 crías.

Los cachorros

Los jóvenes nacen sordos y ciegos, motivo por el cual durante las primeras semanas de vida no salen fuera de la madriguera, donde reciben el cuidado de ambos padres. La madre los limpia y amamanta, mientras que el macho se encarga de protegerlos.

Los cachorros no tienen dientes y el pelaje suele ser un poco más oscuro que el de los adultos. Sin embargo, este va aclarándose hasta llegar a ser de un tono marrón grisáceo, con combinaciones negras y blancas.

Las jerarquías sociales se comienzan a establecer a muy temprana edad. A los 21 días de haber nacido, ya pudiesen comenzar algunos enfrentamientos entre los cachorros. Esto iría definiendo, poco a poco, los miembros omega y beta dentro del grupo familiar.

Una vez que han dejado de ser amamantados, los cachorros se nutren de una masa alimenticia regurgitada por la madre. Aproximadamente a los tres meses de edad, los jóvenes lobos son mucho más grandes y fuertes, por lo que comienzan a salir de su madriguera.

Alimentación

Los lobos son animales carnívoros, encontrándose en la cima de la cadena alimenticia. Esto hace que el número posible de depredadores sea bastante reducido.

Se estima que el lobo mexicano, antes de desaparecer de su hábitat natural, se alimentaba de ciervos cola blanca (Odocoileus virginianus), antílopes americanos (Antilocapra americana), venados bura (Odocoileus hemionus) y borregos cimarrones (Ovis canadensis).

También comían pecaríes de collar (Pecari tajacu), liebres, pavos salvajes (Meleagris gallopavo), roedores y conejos. Cuando comenzó a mermar la disponibilidad de estas especies, se dirigió a las granjas y mataba el ganado.

La caza

Estos animales ajustan su comportamiento de caza acorde al tamaño de la presa y a si estas se encuentran solas o en manadas.

Cuando están maduros, estos animales tienen una dentadura adaptada para cortar y triturar a su presa. Sus mandíbulas son muy potentes, permitiéndoles bloquear a su presa. De esta manera, el lobo mexicano la mantiene mordida, mientras la presa intenta separarse del agresor.

Cuando están comiendo, usan sus puntiagudos molares para extraer la carne, tratando de ingerir la mayor cantidad posible de esta.

Cuando cazan en grupo, estratégicamente se organizan para emboscar a la víctima. Aquellos especímenes que no están en ninguna manada, se limitan a cazar animales pequeños, mucho más fáciles de capturar.

Mientras que un grupo de lobos mexicanos está cazando, otros se quedan cuidando a los cachorros. Cuando los cazadores regresan a la manada, aquellos que ya han comido comienzan a regurgitar carne, ofreciéndosela a las pequeñas crías para que puedan alimentarse.

Comportamiento

El lobo mexicano se agrupa en manadas, formando una unidad social. Este grupo se encuentra integrado por un macho, la hembra, los adultos subordinados, los jóvenes y las crías. Dentro de la manada, los lobos mexicanos duermen, comen y juegan juntos.

En estas existen relaciones jerárquicas. Solo el macho dominante, conocido como alpha, y la hembra alpha pueden aparearse. A los miembros que se encuentran últimos en este orden se les llama omega.

Una de las finalidades de dicha estructura social es la caza cooperativa, que les brinda grandes beneficios alimenticios y les permite ahorrar energía, ya que la caza individual implicaría un gran desgaste físico.

Cada manada tiene su territorio, que demarcan con sus heces y orina. Cuando se desplazan, suelen hacerlo formando una fila.