Aprendizaje autónomo: características, tipos y estrategias
El aprendizaje autónomo es una manera de adquirir conocimientos, ideas o actitudes que se produce de forma independiente por parte del aprendiz. Tradicionalmente se ha considerado sinónimo del autoaprendizaje o autodidactismo, aunque en las últimas décadas este término se ha ido diferenciando cada vez más de otros similares.
Se considera que se produce aprendizaje autónomo cuando un individuo decide adquirir nuevos conocimientos de forma proactiva e independiente. Así, toma la responsabilidad de todos los aspectos del aprendizaje, como en qué temas enfocarse, qué metodología seguir, cómo organizar su tiempo y de qué manera interiorizar aquello que está estudiando.
La idea de que los individuos deben ser autónomos en su aprendizaje fue propuesta por primera vez en 1981 por Henry Holec, a quien se considera el padre de la teoría de la autonomía de los aprendices. Desde entonces, existe un gran debate sobre qué supone exactamente esta característica, y cómo es posible inculcarla a los alumnos.
Algunos autores consideran que el aprendizaje autónomo solo puede ser llevado a cabo por individuos con una serie de rasgos de personalidad concretos. Otros, por el contrario, entienden que todos tenemos esta capacidad, y que tan solo es necesario fomentarla mediante la enseñanza y la educación en valores.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Autores destacados e ideas
- 3 Tipos
- 4 Factores que influyen
- 5 Estrategias para el aprendizaje autónomo
- 6 Referencias
Características
El aprendiz elige sus propias metas y método
En la mayoría de los tipos de aprendizaje, los estudiantes no pueden escoger qué conocimientos quieren adquirir ni para qué desean hacerlo. En algunos casos, esto se debe a que las metas les vienen impuestas desde fuera, como puede ocurrir por ejemplo en el sistema educativo formal; y en otros, a que el aprendizaje no es consciente.
Sin embargo, en un proceso de aprendizaje autónomo, el propio individuo tiene que ser capaz de escoger aquello que quiere aprender y plantearse unas metas concretas relacionadas con ello. De esta manera, cuando se fomenta el aprendizaje autónomo, cada persona adquirirá unos conocimientos distintos en función de sus intereses y habilidades.
Algo similar ocurre con el proceso de aprendizaje en sí. Una vez que se ha planteado las metas educativas que se quieren alcanzar, la persona tendrá que elegir de qué manera va a adquirir los nuevos conocimientos, ideas o actitudes que le interesa interiorizar.
Estos dos factores implican que una persona que se embarque en un proceso de aprendizaje autónomo tendrá que ser proactiva, estar motivada para aprender, y ser capaz de investigar por su cuenta para poder interiorizar los conocimientos que desea poseer.
Genera mayor motivación intrínseca
Uno de los factores que más influyen en todos los tipos de aprendizajes es la motivación. Cuando una persona tiene ganas de aprender, sus resultados serán mejores, y el proceso más sencillo.
En este sentido, las investigaciones al respecto muestran que el aprendizaje autónomo es uno de los que más aumenta la motivación de los estudiantes.
En un proceso de aprendizaje reglado, en el que tanto las metas como el método y el ritmo de estudio vienen impuestos desde fuera, generalmente los alumnos tienen muchas dificultades para tener ganas de adquirir conocimientos nuevos. Debido a ello, suelen depender de refuerzos externos, como por ejemplo tener buenas calificaciones.
Por el contrario, cuando un alumno decide aprender algo de manera autónoma, lo está haciendo porque su motivación intrínseca es muy alta. Debido a ello, tendrá más facilidades para adquirir nuevos conocimientos con rapidez, y se sentirá menos frustrado y más alegre durante todo el proceso.
3- Pone la responsabilidad en el alumno
En la mayoría de enfoques educativos tradicionales, los responsables de que se produzca un buen aprendizaje son los profesores o mentores. Estos pueden tomar el rol de transmisores de la información, expertos, o mentores, que proporcionan a los alumnos todos los conocimientos que tienen que interiorizar.
En el aprendizaje autónomo, por el contrario, los alumnos son quienes juegan el papel más importante. Todo el proceso de adquirir ideas, datos o habilidades nuevas depende de ellos. El profesor, al contrario que en el resto de tipos, se limita a prestar ayuda a los estudiantes cuando estos se la solicitan, pasando a un plano más secundario.
Funciona mejor para algunos individuos
Todos los tipos de aprendizaje que existen son más o menos útiles en función de ciertas características psicológicas de los estudiantes, como por ejemplo su inteligencia o su sentido de la responsabilidad. Sin embargo, en el aprendizaje autónomo estas diferencias están especialmente marcadas.
Así, los estudios al respecto muestran que para llevar a cabo correctamente un proceso de aprendizaje autónomo es necesario tener niveles al menos relativamente elevados de una serie de características. Algunas de las más importantes son la inteligencia, la confianza, la responsabilidad personal, la curiosidad y la capacidad de automotivación.
Además, también se ha descubierto que las personas con buenos niveles de autorregulación (tanto emocional como cognitiva) consiguen por lo general mejores resultados cuando llevan a cabo un proceso de aprendizaje autónomo.
Autores destacados e ideas
El primer autor en hablar de aprendizaje autónomo fue Henry Holec, en 1981. Para este psicólogo educativo, lo más importante para que pudiera darse un proceso de este tipo es la toma de responsabilidad por parte del estudiante de aquello que quiere trabajar, ya sean habilidades, conocimientos o actitudes.
En las décadas siguientes, han ido surgiendo una serie de autores que han tratado de entender mejor por qué algunos alumnos son capaces de aprender por su cuenta, y cómo es posible fomentar esta capacidad en todos los estudiantes. Algunas de sus ideas más relevantes son las siguientes:
– Para Holmes y Ramos, los alumnos que consiguen llevar a cabo un buen aprendizaje autónomo son aquellos que pueden identificar aquellas estrategias que estaban utilizando de manera inconsciente.
– El autor David Little pensaba que la autonomía depende en gran medida de la relación psicológica del estudiante tanto con los contenidos que quiere interiorizar como con el propio proceso de aprendizaje.
– Para Dickinson, la clave del aprendizaje autónomo es la toma de responsabilidad total por parte del alumno en relación con todas las decisiones implicadas en su proceso de aprendizaje.
Por lo general, todos los autores que han estudiado el tema del aprendizaje autónomo coinciden en que los factores más importantes son aquellos que permiten poner el foco no solo en los contenidos a adquirir, sino en el propio proceso de interiorizarlos. Sin embargo, hoy en día todavía es necesario realizar más investigaciones respecto a este tema.
Tipos
El aprendizaje autónomo puede aplicarse en una gran variedad de situaciones distintas, para adquirir prácticamente cualquier tipo de conocimiento que exista. De hecho, algunos autores opinan que la autonomía en el aprendizaje es más bien una actitud, y que puede integrarse con cualquiera de las otras vías de adquisición del conocimiento.
A continuación veremos algunos ejemplos de formas distintas de aprender de manera autónoma.
Adquisición de un segundo idioma
Uno de los campos en los que más efectivo parece ser el aprendizaje autónomo es el dominio de una lengua extranjera. Cuando quieren aprender un idioma, la mayoría de individuos se apuntan a una academia o contratan los servicios de un profesor particular; pero los estudios al respecto muestran que estas estrategias no suelen ser muy efectivas.
Por el contrario, en los últimos tiempos los datos apuntan a que la mejor manera de aprender un idioma es mediante el estudio independiente. Las personas que escogen qué quieren aprender y el ritmo al que desean hacerlo suelen conseguir mejores resultados a medio y largo plazo que las que ponen su aprendizaje en manos de otros.
¿Cómo puede aplicarse el aprendizaje autónomo a la adquisición de una lengua extranjera? Las estrategias más eficaces variarán en función de factores como el nivel que tenga la persona y sus circunstancias. Sin embargo, algunos ejemplos pueden ser el uso de aplicaciones de idiomas, o la participación en conversaciones con individuos extranjeros.
Aprendizaje de información
En el sistema educativo actual, la mayor parte de las materias se centran en la transmisión de datos e información por parte de un profesor a sus alumnos. Este sistema se conoce como “aprendizaje pasivo”; y la mayoría de estudios al respecto muestran que es una de las formas menos eficaces que existen de conseguir buenos resultados.
Una alternativa de autoaprendizaje es la búsqueda de información de manera independiente por parte de los alumnos, que más tarde tendrán que elaborarla de alguna manera. Así, los propios estudiantes tendrán no solo que escoger qué estudiar sobre un tema concreto, sino que deberán seleccionar la información y trabajar sobre ella.
Este sistema alternativo a la educación tradicional lleva décadas poniéndose a prueba en algunas escuelas experimentales, con muy buenos resultados. Aparentemente, la mezcla del aprendizaje autónomo con técnicas construccionistas y de aprendizaje activo provoca que los alumnos interioricen la información de manera más sencilla.
Adquisición de habilidades
El aprendizaje autónomo funciona de forma diferente a la hora de adquirir nuevas habilidades que si lo que se quieren aprender son datos teóricos. El principal problema a la hora de llevar a cabo este proceso es que desarrollar una nueva destreza requiere por lo general de alguien que nos la muestre antes, y que vaya corrigiendo nuestros errores.
Tradicionalmente, estos dos papeles los ejercía un profesor, que no solo le mostraba al alumno lo que tenía que hacer sino que detectaba sus fallos y le decía cómo podía cambiarlos. Hoy en día, sin embargo, herramientas como Internet o los videocursos han permitido que muchas personas adquieran nuevas habilidades por su cuenta.
Así, destrezas como tocar un instrumento, aprender a programar o realizar trucos de ilusionismo pueden ser desarrolladas por cualquier persona con la suficiente disciplina y paciencia y una buena conexión a Internet. Sin embargo, lo cierto es que estos procesos suelen ser mucho más sencillos si se cuenta con la ayuda de un buen maestro.
Factores que influyen
A pesar de sus muchas ventajas, el aprendizaje autónomo puede no ser la opción más adecuada en determinados contextos o para ciertas personas. Para conseguir los mejores resultados posibles con esta estrategia, es necesario que se den ciertas condiciones, que tienen que ver tanto con el individuo en sí como con aquello que quiere aprender.
Características de la persona
Ya hemos visto que no todos los individuos conseguirán resultados igual de positivos cuando lleven a cabo un proceso de aprendizaje autónomo. Ciertos rasgos psicológicos y de personalidad correlacionan con un mayor éxito en este ámbito, mientras que la ausencia de los mismos puede dificultar enormemente el aprendizaje.
Uno de los rasgos más importantes en este sentido es la inteligencia. Esto se debe a que las personas muy inteligentes tienden a tener mayor facilidad para resolver problemas, pueden encontrar la información que necesitan sin demasiadas dificultades, y por lo general son más lógicos y analíticos, lo que les ayuda en este proceso.
Sin embargo, la inteligencia no es suficiente para conseguir llevar a cabo un correcto aprendizaje autónomo. También es necesario que la persona cuente con características como flexibilidad cognitiva, autodisciplina, responsabilidad, creatividad, y capacidad para autoevaluarse y detectar sus propios errores.
Por último, a pesar de no ser tan importantes como los otros factores, ciertas habilidades emocionales como la capacidad de automotivarse o la resistencia al fracaso pueden ser muy útiles a la hora de llevar a cabo un aprendizaje autónomo.
Tipo de aprendizaje
No todos los aprendizajes son igual de fáciles de llevar a cabo en solitario. En algunos temas, contar con un profesor tradicional o con un maestro puede ser muy útil y acelerar el proceso. En otros, los mentores tenderán a entorpecer el aprendizaje más que a fomentarlo.
Por lo general, el aprendizaje de información pura es más sencillo de realizar de manera independiente, mientras que las habilidades físicas y mentales se desarrollan mejor con ayuda de un maestro.
Estrategias para el aprendizaje autónomo
Diversos investigadores han tratado de descubrir cuál es la manera más eficaz de llevar a cabo un buen aprendizaje autónomo. Aunque no se ha encontrado un sistema que sea válido para todas las situaciones posibles, sí que se han detectado algunos principios básicos que pueden ayudar en este proceso.
Algunas de las estrategias más útiles para llevar a cabo un buen aprendizaje independiente son las siguientes:
– Crear una serie de metas claras y específicas que se pretenden alcanzar con el proceso de aprendizaje.
– Buscar modelos que ya hayan alcanzado esas metas, y detectar qué habilidades o conocimientos tienen que les hayan permitido conseguirlas.
– Investigar sobre la manera más eficiente de conseguir cada una de esas habilidades, actitudes o conocimientos.
– Crear un plan de acción independiente para cada uno de los aprendizajes que se quieren llevar a cabo, en base a lo que se ha detectado en las fases anteriores.
– Centrarse no solo en los resultados, sino en el propio proceso de aprendizaje, por ejemplo creando metas intermedias que aumenten la motivación intrínseca al alcanzarlas.
Referencias
- “What is meant by independent learning?” en: University of Hull. Recuperado en: 22 Abril 2019 de University of Hull: canvas.hull.ac.uk.
- “Aprendizaje autónomo” en: Qué es el/la. Recuperado en: 22 Abril 2019 de Qué es el/la: queesela.net.
- “Aprendizaje autónomo” en: Wikipedia. Recuperado en: 22 Abril 2019 de Wikipedia: es.wikipedia.org.
- “Top tips for independent learning” en: Bright Knowledge. Recuperado en: 22 Abril 2019 de Bright Knowledge: brightknowledge.org.
- “Learner autonomy” en: Wikipedia. Recuperado en: 22 Abril 2019 de Wikipedia: en.wikipedia.org.