Buldero: qué era, significado, historia, importancia
¿Qué era el buldero?
El buldero era un funcionario que trabajaba para la Iglesia católica durante la Edad Media y su función consistía en entregar bulas. Las bulas eran documentos oficiales de la iglesia donde se establecían privilegios, gracias e indultos concedidos por el Papa o por alguna autoridad eclesiástica a determinadas personas, a cambio de dinero.
Muchas veces las bulas se vendían en las sacristías de las iglesias, pero otras tantas se necesitaba a una persona para que las llevase a la persona beneficiada. Para ello se necesitaba al buldero, que se encargaba de este oficio.
El valor de las bulas dependía enormemente de la capacidad adquisitiva de las personas, por lo que no tenían un precio fijo, al menos las que se concedían para pecados leves. Eran una manera de conseguir dinero. Se pedían bulas para una gran cantidad de cosas, no solo para el perdón.
Por ejemplo, si se deseaba comer carne en Cuaresma, se acudía al párroco y se le compraba una bula, en la que se concedía el permiso. Si el beneficiario y la autoridad eclesiástica no podían reunirse, se le encargaba el trabajo al buldero, que iría con la bula a casa de la persona y llevaría luego el dinero a la iglesia.
Como sabemos, la Edad Media o Medioevo es la época histórica que se desarrolló en Europa entre el siglo V y el siglo XV. Específicamente, se inició en el año 476, cuando cae el Imperio romano, y terminó en 1492 con la llegada de Colón al Nuevo Mundo, aunque hay quienes marcan 1453 como la culminación de este período histórico con el fin del Imperio bizantino.
Se ha acostumbrado a pensar en esta época como un periodo oscurantista, ya que el dominio religioso sobre el mundo occidental fue absoluto. Hubo persecuciones a quienes iban en contra de la doctrina, y muchas veces las bulas eran el perdón a tales crímenes.
Sin embargo, fue en esta época también cuando se inventó la imprenta, y a pesar de la continua amenaza que podía significar la Inquisición (establecida, además, a finales del siglo XII, en 1184), sí hubo algunos avances científicos, aunque no muchos.
Los historiadores, con acceso a muchos registros de la época pueden reconstruir, en cierta medida, cómo se vivió en los siglos medievales. Los bulderos, de los que se conoce su existencia gracias a la literatura, a las crónicas y a los registros eclesiásticos, tuvieron una influencia moderada dentro de la sociedad de entonces.
El Lazarillo de Tormes y el buldero
La famosísima y divertida novela española (llamada La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades), de autor desconocido y publicada en 1554, narra la vida de un niño huérfano que debe trabajar para una gran cantidad de personas y pasa innumerables infortunios.
Precursora de la picaresca, el Lazarillo es una crítica mordaz a la sociedad de la época, donde precisamente uno de los amos de Lázaro era un buldero.
La novela lo describe como un estafador dedicado a vender bulas engañando a la gente. Los críticos no desdeñan este detalle, ya que aunado al hecho de que no apareciese el nombre del autor, podría dar algunas pistas de la posible autoría de la novela.
Hay quienes creen que quien escribió el Lazarillo de Tormes fue un erasmista, es decir, un seguidor de la doctrina de Erasmo de Roterdam, que en España caló especialmente bien.
El erasmismo fue una corriente filosófica que criticaba fuertemente al clero católico, tildándolo de corrupto, y propugnaba una reforma completa de la iglesia junto a una práctica religiosa más íntima y personal.
La figura del buldero en el Lazarillo podría indicar el rechazo que estas prácticas de la Iglesia generaban en ciertos sectores de la sociedad, y que, por causa lógica, no podían decir de viva voz a riesgo de caer en desgracia.
¿Cuál era la importancia del buldero de la Edad Media?
Este funcionario fue principalmente importante para la Iglesia católica, pues gracias a sus funciones, la Santa Sede pudo amasar una inmensa fortuna a través de la concesión de estos beneficios.
Estas abundantes riquezas obtenidas por el poder del Papado en Roma fueron gestionadas por el buldero, especialmente mediante la repartición de las bulas de la Santa Cruzada.
Las bulas de la Santa Cruzada eran privilegios, gracias e indultos contenidos en un documento sellado con el anillo papal, los cuales el buldero debía entregar a aquellos que daban un aporte económico.
Al principio estas bulas eras indulgencias concedidas por el Papa a aquellos que iban a pelear contra los sarracenos en las llamadas guerras santas, pero en una ocasión dio poder a los obispos para dar una absolución plenaria en su nombre a los que pagasen cierta cantidad si tenían pecados leves.
Posteriormente, el Papa fijó el precio que se debía pagar por el hecho de que un alma en el purgatorio pudiera salir de allí para obtener el descanso eterno, siendo esta una bula más cara.