Curiosidades

Cómo leer la mente de las personas: consejos, señales y ejercicios


Leer la mente no es magia: es aprender a leer señales, gestos y expresiones en las demás personas que pueden indicar qué piensan o sienten. Sin embargo, estas señales deben interpretarse con cautela. La experiencia y la observación son muy útiles, y mientras más observes, mejor identificarás los posibles pensamientos ajenos.

Por otra parte, leer la mente no es conocer el contenido exacto de lo que piensa alguien. A menos que tengas un sexto sentido desarrollado –la telepatía–, no vas a escuchar en tu cabeza la voz de nadie.

Se trata de observar el comportamiento de las personas y deducir cómo se sienten, sus emociones, en qué estado de ánimo están y qué pueden estar pensando. Además, el contexto también será importante. Dependiendo de la situación, serán más probables unos pensamientos que otros.

Hay algunos trucos que pueden servir para comenzar a observar a nuestro alrededor, aunque siempre es recomendable no sacar conclusiones definitivas.

Cómo aprender a leer la mente

Empieza por conocerte a ti mismo

¿Si no te conoces a ti mismo cómo vas a saber cómo son los demás? Conocer qué piensan o sienten los demás no es un proceso unidireccional, sino algo dinámico.

Para comenzar, es necesario que conozcas cómo te sientes en cada momento, tu estado interior. Esto se conoce como interocepción.

Cuanto más consciente de ti mismo eres, más reconoces tu estado anímico. Y ese estado anímico puede ser causado por ti o por tu interlocutor.

Las emociones negativas se transmiten mucho más que las positivas y esto es una forma de conocer cómo se siente con quien estás hablando.

¿Has hablado con alguien que te ha transmitido “buen rollo”? ¿O has hablado con alguien que te ha transmitido tensión o emociones negativas?

Eso se debe al contagio emocional. Cuanto más conozcas tu estado mental, mejor conocerás el de los demás.

Algo que te puede ayudar es el mindfulness o la meditación, técnicas que te permiten conocer tu “mundo interior”.

Por otra parte, no vas a saber qué piensa la otra persona sin interactuar, ya que eso sería parapsicología.

Por tanto, tendrás que interactuar participando. En este caso, hay formas que son más positivas que otras:

– Bien: Parece que te sientes algo triste por esto. ¿Me equivoco?

– Mal: Sé lo que piensas/sé cómo te sientes.

Leer los labios

El agente del FBI, Jack Shafer, desarrolló una técnica de observación para leer los labios basándose en su experiencia. 

Fruncir levemente los labios

Fruncir levemente los labios es un gesto que indica que tu interlocutor está en desacuerdo. Cuanto más intenso es, mayor es el desacuerdo.

Los labios fruncidos significan que la persona se ha formado un pensamiento opuesto a lo que se está diciendo o haciendo.

Si, por ejemplo, estás intentando convencer a alguien, un truco es “cambiar su mente” antes de que tenga la oportunidad de articular verbalmente su oposición.

Cuando una persona expresa en voz alta su opinión, cambiarla es más difícil debido al principio psicológico conocido como consistencia.

Mantener una posición causa mucha menos tensión psicológica que tomar decisiones continuamente, sean cuales sean los argumentos.

Morderse los labios

Otra forma de “leer la mente” es observar cuando tu interlocutor se muerde los labios. Consiste en una mordedura suave del labio inferior o superior.

Este gesto significa que la persona quiere decir algo, aunque no se atreve; normalmente, la gente no dice lo que piensa porque cree que ofenderá a los demás.

Conocer lo que tu pareja o amigos no se atreven a decir te permitirá comunicarte de forma más efectiva. Una forma es declarando de forma empática lo que piensas que le causa ansiedad.

Por ejemplo:

– Tú: Entonces crees que deberíamos pasar más tiempo juntos.

– Él/ella: No, es que me gustaría que me ayudes más en la casa.

Presionar los labios

Esto ocurre cuando el labio superior e inferior se juntan, sellando la boca y oscureciendo los labios. Esta compresión tiene un significado similar al de morderse los labios, aunque tiene un sentido más negativo.

Alguien quiere decir algo, pero presiona sus labios para evitar decirlo. Puedes animar a un sospechoso de un crimen a declarar con una simple afirmación empática:

“Así que tienes algo que decir, pero no quieres hablar sobre ello”.

Algunos trucos:

– Si ves labios fruncidos, “cambia la mente” de la persona antes de que articule sus objeciones.

– Si ves labios mordidos o presionados, usa una afirmación empática para descubrir por qué la persona está ansiosa sobre lo que estás diciendo.

Trabaja la empatía

Si estás usando tu cerebro para pensar sobre el futuro, el pasado o tus problemas, no estás conectando con las emociones de las otras personas.

Suprimes tu empatía, es decir, evitas que tu mente lea las emociones de las otras personas. Y tienes la capacidad, aunque no le prestas atención.

De acuerdo a Sara Konrath, de la Universidad de Michigan, los estudiantes universitarios de la actualidad muestran un 40% de empatía menos que los de 1980 y 1990.

Sin embargo, aunque puede que se esté olvidando la empatía, cualquier persona tiene la capacidad de desarrollarla y ponerla en práctica.

Tu cerebro es empático; tienes unas neuronas llamadas “neuronas espejo” que se activan cuando otra persona que observas realiza una acción.

Además de para socializar, estas neuronas tienen un importante papel para conectar con las emociones e intenciones de otras personas.

¿Te ha ocurrido que vas caminando por la calle, te encuentras a alguien y al tratar de apartaros decidís ir por la misma dirección, bloqueando el camino?

Esto se debe a que tus neuronas espejo imitan el comportamiento de la otra persona, hasta que tu cerebro puede procesar la información y realizar el movimiento opuesto.

De acuerdo a Christian Keysers, de la Universidad de Croningen, cuando ves que una araña está trepando por la pierna de algo, sientes una sensación de miedo o asco.

De forma similar, cuando observas que tu equipo de fútbol o baloncesto pierde o gana, tú sientes sus emociones, como si estuvieras allí.

Emociones sociales como culpa, vergüenza, disgusto, orgullo o lujuria se pueden experimentar al observar a otros.

Para incrementar tu empatía sigue estos pasos:

Vive el presente: cuanto más callado esté tu cerebro (de pensamientos sobre el pasado o futuro), más puedes escuchar tus emociones y las de otra persona. La meditación es una buena práctica. Practica observando a las personas y el ambiente sin pensar en otras cosas.

Observa y escucha: puedes ver películas que cuenten historias dramáticas o humorísticas. Estar absorto en la vida de otros fortalece las conexiones de tu cerebro emocional. Aún mejor es en el teatro. Sin embargo, la mejor forma es quedar con conocidos, amigos o familiares y escucharse cara a cara, sin interferencias, prestando atención plena.

Pregúntate qué estás sintiendo: practicar la conciencia que tienes de ti mismo mejorará la que tienes sobre los demás. Esto requiere que te preguntes qué estás sintiendo. Párate 3-4 veces al día y pregúntate: ¿cómo me siento? ¿Qué emoción tengo ahora mismo? Además, averigua en qué zonas del cuerpo sientes las emociones. Por ejemplo, si tienes ansiedad o miedo, ¿dónde las sientes? ¿En el pecho? ¿Brazos? ¿Cuello?

Pon a prueba tu instinto: si estás conversando con alguien, dile las emociones que estás experimentando o intenta averiguar las que él/ella siente. Por ejemplo, si ves que tu amigo está animado, dile: “se te ve muy animado, te ha ocurrido algo bueno, ¿eh?”. Siempre con tacto, y mucho más si crees que está triste o desanimado.

Contacto ocular

La vista es el sentido más importante en el ser humano.

Tanta es la importancia de los ojos al interaccionar con otras personas, que según un estudio de la Universidad de Miami, el 43.4% de la atención que prestamos a otra persona, se centra en sus ojos.

A partir de los ojos de una persona puedes inferir qué está pensando o tramando. 

Parpadear

Las emociones hacia otra persona pueden alterar la frecuencia del parpadeo.

Pestañear más de 6 a 10 veces por minuto, puede ser una señal de que esa persona se siente atraída hacia su interlocutor.

También puede indicar que la persona se siente nerviosa.

Desde 1980, en los debates presidenciales en Estados Unidos, la persona que más ha parpadeado ha perdido.

Elevar las cejas

Las personas elevan las cejas cuando quieren hacerse entender mejor. Señala también simpatía, empatía y deseo de llevarse bien con la otra persona.

Entrecerrar los ojos

Entrecerrar los ojos significa sospecha o incredulidad y es un gesto que a menudo es inconsciente.

Dirección de la mirada

De la dirección en la que miran los ojos se ha escrito mucho desde que se comenzó a conocer la PNL (Programación Neuro Lingüística).

Según este modelo de comunicación, mirar a la izquierda indica que se está recordando algo.

Por otro lado, mirar a la derecha indica que se están generando pensamientos o imágenes, lo que algunos interpretan como que se miente, aunque es recomendable tomar esto con mucha precaución.

Nota: con las personas zurdas es al revés.

Pupilas

Eckhard Hess encontró en 1975 que las pupilas se dilatan cuando una persona está interesada en alguien.

Asimismo, las pupilas se contraen cuando percibimos situaciones que nos disgustan. La dilatación sucede cuando el tamaño de la pupila crece. La contracción ocurre cuando el tamaño de la pupila disminuye.

– Cuanto más difícil es una actividad mental, más se dilatan las pupilas. Sin embargo, si la actividad mental es demasiada, las pupilas se contraen.

– Se dilatan cuando experimentamos dolor.

Seducción

En los flirteos y en la seducción parece haber consenso en que:

– Si inicias el contacto y la otra persona no responde, puede que no esté interesada.

– Si la sigues mirando después de que él/ella mire a otro lado o rechace la mirada, harás que se sienta incómoda. 

– Si inicias el contacto ocular, probablemente la otra persona se sentirá bienvenida y responda de forma positiva.

– Los chicos pueden tener en cuenta lo siguiente: 1) si una chica te mira a los ojos, luego mira hacia abajo y finalmente vuelve a tus ojos, seguramente esté interesada, 2) si rompe el contacto ocular y mira a un lado, no hay nada seguro y 3) si mira hacia arriba después de hacer contacto ocular, probablemente no esté interesada.

– Para las chicas que quieren seducir con la mirada: un hombre necesita de media tres miradas de una chica para comenzar a darse cuenta de que se siente interesada.

Dominancia

Las personas ricas, de alto estatus o que quieren mostrar superioridad, tienden a mantener menos contacto ocular.

Mirar hacia otra parte en una conversación es otra forma de expresar superioridad.

Evitar el contacto ocular

Evitar mirar a los ojos de otra persona puede ser signo de sentirse avergonzado por algún motivo. Además, evitar el contacto a menudo con otra persona significa estar enfadado con ella.

También hay que tener en cuenta que el tiempo de contacto depende de la cultura. Por ejemplo, en Nueva York se percibe 1.68 segundos como un tiempo aceptable. 

Y hay otras culturas, como algunas originarias de América Latina, en las que mirar a los ojos es señal de mala educación e irrespeto.

Otras claves del lenguaje no verbal

El 93% de la efectividad en la comunicación humana está determinada por el lenguaje no verbal. La influencia e impacto de la comunicación se caracteriza por:

– 55% lenguaje no verbal.

– 38% elementos paralingüísticos.

– 7% contenido verbal.

Estos son algunos aspectos a tener en cuenta sobre este tema:

Tocarse la nariz y taparse la boca: según esta señal, la gente tendería a taparse la boca y tocarse la nariz mientras mienten. Se podría deber a un aumento de adrenalina en los capilares de la nariz. Por otra parte, poner las manos cerca de la boca tendría el objetivo de cubrir las mentiras.

Inquietud: es cuando una persona busca algo alrededor suyo o su cuerpo se mueve de forma inquieta. Se supone que al decir una mentira, se produciría ansiedad, que sería liberada con movimientos físicos, tocar de forma compulsiva una parte del cuerpo, etc. Se trata de observar si el comportamiento es diferente a como normalmente se comporta la persona.

Hablar despacio: al contar una mentira, la persona podría hacer pausas mientras habla para encontrar qué decir. 

Garganta: puede que una persona que mienta trague constantemente. 

La expresión se limita a la boca: cuando alguien finge emociones (felicidad, sorpresa, tristeza…) mueve solo la boca en lugar de la cara entera: mandíbula, ojos y frente.

Microexpresiones: son expresiones faciales casi imperceptibles, ya que aparecen en una fracción de segundo. Algunas personas pueden detectarlas, aunque la mayoría no. En una persona que miente, la microexpresión sería una emoción de estrés, caracterizada por las cejas hacia arriba y provocando líneas de expresión en la frente.