Historia

Las Filipinas y el Comercio con China (Nueva España)


Las Filipinas y el comercio con China sirvieron al Imperio español para establecer un productivo intercambio comercial con Asia a través de Nueva España. Mercancías llegadas desde el sudeste de Asia, Japón, Indonesia, India y, especialmente, China, eran canalizadas hacia Europa desde Manila vía Nueva España.

De este modo, los barcos de Filipinas a tierras novohispanas transportaban seda, alfombras, jade, juguetes, muebles y porcelana de China. De las Islas de las Especias arribaba canela, clavo de olor, pimienta, nuez moscada y otros elementos.

Los productos de algodón, marfil, piedras preciosas, textiles finos, tallados en madera y curry llegaban de la India. Las embarcaciones contenían también marfil de Camboya y alcanfor, cerámica y gemas de Borneo, entre otros productos.

Desde Acapulco a Manila, los galeones llevaban principalmente plata y productos manufacturados de Europa. Los asiáticos utilizaban este metal precioso del Nuevo Mundo para realizar transacciones comerciales y acumular riqueza.

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El comercio China-Filipinas durante la colonia

Los lazos comerciales de Filipinas con la China se remontan a los tiempos de la dinastía Sung (960 – 1279). En esa época, los sampans (barcos chinos) frecuentaban los centros de comercio filipinos para intercambiar sus productos por polvo de oro. En menor escala, también se intercambiaba por productos autóctonos.

Así pues, la seda de todo tipo, marfil y piedras preciosas de todos los colores encabezaban la larga lista de productos comerciados entre China y Filipinas. Otras mercancías importantes traídas por los comerciantes de sampan incluían cantidades sustanciales de hierro, salitre, pólvora, cobre, clavos y otros metales.

Época posterior a descubrimiento de Filipinas

Después, luego de descubrimiento de Filipinas (1521), el pueblo español sacó provecho de este comercio. También recibieron beneficios en las áreas de la construcción, así como la fortificación y la defensa.

La importación de barras de hierro y pólvora desde China se hizo regular. Esto ayudó a la Colonia contra los levantamientos locales y las incursiones externas contra los asentamientos filipinos.

A partir de 1521 la relación con Filipinas y el comercio con China se vieron fortalecidos. La plata novohispana enviada desde Acapulco dio el estímulo para la transformación gradual de Manila. Esta última se consolidó como centro de consumo y distribución de la Colonia y como una estación de importancia en el comercio del Pacífico.

El galeón de Manila

El intercambio de mercancía desde Filipinas y el comercio con China se sustentaron en el uso de galeones. Los buques de este tipo asignados al viaje entre Manila y Acapulco se denominaban galeones de Manila. También se les conoció con los nombres de galeón de Manila-Acapulco, galeón de Acapulco o nao de China.

Estas naves llevaban a Filipinas lingotes de plata y monedas acuñadas, que eran intercambiadas por productos chinos que llegaban a Manila.

Los galeones navegaban una o dos veces al año. A veces viajaban en convoyes, pero la mayoría de las veces un solo barco hacía el viaje. Solo unas pocas veces las embarcaciones zarparon desde Manila directamente a España. Luego de ser interceptadas por piratas, la Corona española prohibió la ruta directa. 

Duración del viaje

La navegación de estos galeones solía demorar alrededor de seis meses, dado que navegaban una ruta larga y peligrosa.

Las salidas desde Manila debían hacerse en meses específicos del año aprovechando los vientos favorables. Si acaso se demoraba la partida, el navío podía encontrarse con tormentas tanto a la salida del archipiélago como durante la travesía.

En consecuencia, cada llegada a Nueva España del galeón Manila era celebrada con una fiesta. Se llevaba a cabo entonces la Feria de Acapulco, donde se vendían las mercancías al mayoreo y al menudeo.

Los grandes comerciantes autorizados por la Corona española las adquirían para luego revenderlas. Los precios de reventa en Europa eran altos por ser consideradas mercancías de lujo.

La ruta transpacífica

En 1521 los españoles recorrieron por primera vez la ruta Nueva España-Filipinas. En ese entonces, la expedición Magallanes-Elcano buscaba una ruta por el oeste hacia las Islas de las Especias, que era un conjunto de islas muy codiciado por su nuez moscada y su clavo de olor. En ese viaje se descubrió Filipinas.

Luego, 44 años después, la expedición de fray Andrés de Urdaneta y Felipe de Salcedo estableció la vía de regreso. El 8 de octubre de 1565 el primer buque zarpado de Manila arribó al puerto de Acapulco; con esto se dio inicio a la ruta transpacífica, que duró cerca de 250 años.

Conexión entre Asia y España

La ruta transpacífica ayudó a enlazar a Filipinas y el comercio con China con la Nueva España. Similarmente, esta conexión puso en contacto al continente asiático con España. Esta ruta se desarrollaba entre el puerto de Acapulco (Nueva España) y el de Manila (Filipinas).

Sin embargo, pasaron otros 9 años (1574) para que los comerciantes novohispanos tuvieran participación en ese comercio. Este retraso se debió a las dudas que se tenían de la posibilidad de comercialización de los productos asiáticos.  

En 1593 el Imperio español intervino en la dinámica con Filipinas y el comercio con China, y dictó una primera regulación al comercio transpacífico.

Mediante esta regulación se prohibió que algún otro puerto diferente de Manila y Acapulco se beneficiara de la ruta. Solo los comerciantes del consulado en ambos puertos (Sevilla y Nueva España) y la Corona española podían tomar parte. De esa manera, el negocio se convirtió en un monopolio estatal.  

Fin del monopolio comercial

Las relaciones de España con Filipinas y el comercio con China sufrieron un duro revés durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763) entre Gran Bretaña y Francia.

España se puso del lado de Francia. Entonces, las fuerzas británicas de la Compañía Británica de las Indias Orientales atacaron y capturaron Manila en 1762. El tratado de París de 1764 puso fin a la guerra y devolvió Manila a España.

Deterioro de relaciones

La comunidad china en Manila había ayudado a los británicos durante la ocupación, por lo que la relación entre los administradores españoles y los chinos se deterioró.

Además, la pérdida de prestigio de España en Filipinas por esta derrota militar provocó más rebeliones. Ante este escenario, los administradores españoles trataron de mejorar las perspectivas económicas de Filipinas: se alentaron los cultivos de exportación de azúcar, índigo, adormidera, cáñamo y tabaco.

No obstante, la limitación de todo el comercio filipino a Acapulco terminó en 1815. Esto permitió el comercio directo con Europa. Cuando Nueva España logró su independencia en 1821, ya Filipinas no dependía exclusivamente de Nueva España.

Referencias

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