Neuropsicología

Plexos coroideos: histología, anatomía y enfermedades


Los plexos coroideos son unas pequeñas estructuras vasculares del encéfalo. Estas regiones se encargan de formar el líquido cefalorraquídeo, el cual resulta un elemento indispensable para la protección del sistema nervioso central.

La mayor parte del líquido cefalorraquídeo se origina en los plexos coroides, renovándose entre seis y siete veces al día en los cerebros de los seres humanos. Estas estructuras destacan por resultar una continuación de la piamadre a nivel de los ventrículos. Por este motivo, estas estructuras están formadas principalmente por células epindimarias modificadas.

Los plexos coroideos constituyen una pequeña región del encéfalo que se encarga de formar el líquido cefalorraquídeo, una sustancia intracraneal que recorre distintas regiones del cerebro con el objetivo de brindarle protección.

Índice del artículo

Características de los plexos coroideos

De forma más concreta, estos elementos del encéfalo constituyen unas estructuras vasculares que se ubican en los laterales de los ventrículos cerebrales. Son regiones formadas por un gran número de capilares que constituyen una red y están rodeados por unas células con una estructura similar a un epitelio.

En este sentido, los plexos coroides carecen de lámina basal y presentan una base afilada con unas prolongaciones que se unen a lo oligondrocitos para poder utilizar el plasma sanguíneo, el cual resulta necesario para generar el líquido cefalorraquídeo.

Juntamente con las células ependimarias, estas estructuras constituyen una continuación de la piamadre (la meninge interna que protege el sistema nervioso central) a nivel de los ventrículos.

Así pues, la piamadre cumple la misma función que los plexo coroideos. Sin embargo, la primera lo realiza en el encéfalo y la médula espinal, mientras que el segundo se ubica en los ventrículos cerebrales.

Histología

El cerebro de los seres humanos presenta cuatro plexos coroideos diferentes. Cada uno de ellos se ubica en uno de los cuatro ventrículos cerebrales.

Los plexos coroides están formados por una capa de células epiteliales cuboidales que rodean el núcleo de los capilares y el tejido conjuntivo. La capa epitelial de los plexos resulta continua con la capa de células ependimarias, la cual recubre los ventrículos cerebrales.

No obstante, la capa de células ependimarias, a diferencia de los plexos coroideos, presenta una serie de uniones muy estrechas entre las células. Este hecho impide que la mayoría de sustancias puedan atravesar la capa y alcanzar el líquido cefalorraquídeo.

Por lo que respecta a su ubicación, los plexos coroideos se hallan en la región superior del cuerno inferior de los ventrículos laterales.

Presentan una estructura larga que recorre toda la superficie del ventrículo. Así mismo, los plexos coroideos pasan por el agujero interventricular y están presentes en la parte superior del tercer ventrículo.

Además, estas estructuras también pueden observarse en el cuarto ventrículo cerebral. En este caso, se ubican en la sección más cercana a la mitad inferior del cerebelo.

Así pues, el plexo coroideo constituye una estructura que está presente en todos los componentes del sistema ventricular excepto el acueducto cerebral, el cuerno frontal del ventrículo lateral y el cuerno occipital del ventrículo lateral.

Funcionamiento

Los plexos coroideos configuran la continuación de la piamadre a nivel de los ventrículos, están formados por células ependimarias modificadas que poseen una lámina basal.

Las células de estos plexos se encuentran conectadas entre sí a través de uniones oclusivas, y se asientan sobre el tejido conectivo (no nervioso) del cerebro.

Las células ependimarias de los plexos coroideos se apoyan sobre el tejido conectivo y forman una sustancia que se conoce como tela coroidea. Esta tela se repliega formando los plexos coroideos, los cuales se caracterizan por presentar una gran cantidad de capilares inmersos en su tejido.

El plasma de dichos capilares se filtra a través del epitelio de los plexos coroides y actúa como una membrana dializante. Finalmente, el plasma es enviado a los ventrículos como líquido cefalorraquídeo.

Función

La principal función que presentan los plexos coroideos consiste en producir y transmitir el líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo constituye una sustancia incolora que baña el encéfalo y la médula espinal. Viaja a través del espacio subarcnoideo, los ventrículos cerebrales y el canal ependimario, y presenta un volumen de unos 150 mililitros aproximadamente.

La principal función de esta sustancia consiste en proteger el cerebro. Concretamente realiza las siguientes actividades:

  1. Actúa como amortiguador y protege las regiones encefálicas de traumatismos.
  2. Proporciona soporte hidroneumático al encéfalo para regular la presión local.
  3. Ayuda en la regulación del contenido del cráneo.
  4. Cumple funciones de nutrición del cerebro.
  5. Elimina metabolitos del sistema nervioso central.
  6. Sirve como vía para que las secreciones pineales llegue a la glándula hipófisis.

Más allá de la producción de líquido cefalorraquídeo, los plexos coroideos actúan como un sistema de filtración, eliminando los residuos metabólicos, sustancias extrañas y exceso de neurotransmisores en el líquido cefalorraquídeo.

Así pues, estos plexos desarrollan un papel muy importante a la hora de adecuar y mantener el ambiente extracelular que requiere el cerebro para funcionar de forma adecuada.

Enfermedades relacionadas

En la actualidad, la principal patología relacionada con los plexos coroideos son los tumores. Concretamente, se han descrito tres tipos principales: el papiloma de plexo coroideo, el papiloma atípico y el carcinoma.

Dichas alteraciones resultan tumores cerebrales primarios bastante infrecuentes en la población general. Se derivan del epitelio del plexo coroideo y son especialmente prevalentes durante la infancia.

La localización de estas patologías suele ser, en la mayoría de casos, los ventrículos laterales. No obstante, también se pueden originar en el cuarto y en el tercer ventrículo.

Su forma de presentación clínica más frecuente es la hidrocefalia. Así mismo, puede originar diseminación leptomeníngea en los casos de papiloma y carcinoma.

De forma global, los tumores de los plexos coroideos representan entre el 0,3 y el 0,6% de todos los tumores cerebrales. De las tres tipologías, los papilomas son mucho más frecuentes, mientras que los carcinomas presentan una prevalencia muy reducida.

Referencias

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