Anatomía y fisiología

El ojo, partes y funciones


Los ojos son los dos órganos a través de los cuales podemos ver todo lo que nos rodea, es decir, son los que nos permiten tener el sentido de la visión que, junto con el tacto, el oído, el olfato y el gusto es uno de los 5 sentidos; la visión es un proceso muy complejo que depende de las distintas partes de nuestros ojos.

Aunque los ojos pueden parecer pequeños en relación con el resto de nuestro cuerpo, los ojos, ese par de pequeñas cámaras móviles que tenemos en la parte frontal superior de nuestro rostro, son dos órganos muy interesantes y complejos. Otros animales también los tienen, algunos muy parecidos a los nuestros y otros más o menos desarrollados.

Los ojos nos permiten obtener información visual de lo que nos rodea y también determinar algunas características interesantes de lo que vemos, como los colores, las formas, la distancia relativa a la que nos encontramos de un objeto, el tamaño y la profundidad del espacio donde estamos, entre otras cosas.

Los ojos, además, tienen su propio sistema de protección, pues son capaces de producir lágrimas que los lubrican y los limpian cuando es necesario.

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Los ojos en el sentido de la visión

El sentido de la visión tiene lugar cuando la luz “choca” en los objetos y los reflejos de esta luz son irradiados hacia los ojos.

Los ojos, al recibir la luz, la convierten en información química o eléctrica que es comprensible para nuestro cerebro, es decir, en impulsos nerviosos que nuestro cerebro interpreta como imágenes.

Nuestros ojos trabajan constantemente durante el día, mientras están abiertos cuando nosotros estamos despiertos, y descansan cuando nos acostamos a dormir y los cerramos.

Partes del ojo y sus funciones

Normalmente todos tenemos dos ojos, uno al lado del otro, separados por la nariz. Cada uno de nuestros ojos tiene el tamaño aproximado de una pelotita de ping-pong, por lo que no son demasiado grandes, pero tampoco diminutos.

Los ojos están perfectamente posicionados en dos cavidades huecas idénticas que hay en nuestro cráneo: las cavidades oculares.

Las órbitas oculares

Dichas cavidades están formadas por una región de nuestro cráneo que se conoce como órbita ocular. Esta cavidad tiene una forma similar a la de una pirámide cuyo extremo más puntiagudo se dirige hacia la parte interna de la cabeza y cuya base se “abre” hacia la parte exterior del cráneo.

La órbita de cada uno de nuestros ojos está formada por una serie de huesos especiales, estos son sus nombres: frontal, esfenoides, cigomático, maxilar, etmoides, lacrimal y palatino.

Los músculos extraoculares

Nuestros dos ojos están perfectamente posicionados en sus órbitas oculares gracias a que están conectados a una serie de músculos llamados músculos extraoculares. Estos músculos no solo los mantienen en su lugar, sino que permiten que los movamos en muchas direcciones diferentes cuando miramos algo.

Existen 6 músculos extraoculares y los estudiosos de la anatomía humana los dividen en dos grupos de acuerdo con el tipo de movimiento que facilitan: los músculos rectos y los músculos oblicuos.

Los músculos rectos son 4: el recto superior, el recto inferior, el recto medio y el medio lateral. Los músculos oblicuos son dos: uno superior y otro inferior.

Sobre los ojos están los párpados, que son porciones de tejido que forman la parte frontal de estos y cuya función principal es protegerlos de luz excesiva, de partículas en el aire o de cualquier objeto peligroso, de limpiarlos y mantenerlos permanentemente húmedos a través del “pestañeo”, que es un proceso voluntario e involuntario a la vez.

La conjuntiva

Tanto la parte interna de los párpados como la superficie de los ojos está cubierta por una membrana mucosa transparente llamada conjuntiva. Esta delicada membrana protege a los globos oculares y participa en la formación de las lágrimas, así como en la defensa inmunológica de los ojos.

Las lágrimas

Nuestros ojos tienen un conjunto de glándulas capaces de producir las sustancias que llamamos lágrimas, las cuales los lubrican constantemente y los protegen. Las lágrimas están compuestas por tres elementos diferentes: uno acuoso, otro oleoso (aceitoso) y otro mucoso.

La parte acuosa de las lágrimas es producida por las glándulas lacrimales, que están ubicadas internamente bajo nuestras cejas, en la región más alejada de la nariz.

La parte oleosa, por otra parte, es producida por las glándulas de Meibomio, ubicadas en ambos párpados, superior e inferior. Finalmente, la parte mucosa es producida por la membrana conjuntiva.

Además de todo lo que hemos nombrado, los ojos tienen otras partes, todas muy distintas entre sí, veamos cuáles son:

La esclerótica

La parte blanca de los ojos se conoce como esclerótica. Esta región está formada por un tejido muy resistente y su función es cubrir la mayor parte del globo ocular, que es como llamaremos al ojo de aquí en adelante, sin tomar en cuenta los párpados.

En la esclerótica podemos encontrar capilares sanguíneos, que son pequeñas tuberías cuya función principal es irrigar sangre a las células del ojo, alimentándolas y proveyéndoles todo lo que necesitan para funcionar correctamente.

Si nos miramos fijamente al espejo o miramos los ojos de otra persona, podemos constatar que hay una porción blanca que rodea la región que tiene color, esa es la esclerótica.

La córnea

Delante de la porción coloreada de nuestros ojos, de la que hablaremos de inmediato, existe una especie de “cúpula” transparente que se llama “córnea”. La córnea se encarga de ayudar al ojo a enfocar la luz que recibe cuando estamos mirando algo.

La córnea está formada por un tejido transparente, por lo que tiene aspecto de cristal, como si fuese la ventana que le muestra al ojo todo lo que está a nuestro alrededor.

La cámara anterior

Entre la córnea y el iris existe un pequeño espacio que se conoce como la “cámara anterior” y que contiene un líquido transparente responsable de nutrir nuestros ojos y mantenerlos saludables.

El humor acuoso

El líquido contenido en la cámara anterior es lo que se conoce como humor acuoso, que es producido constantemente por los ojos. En caso de ser necesario este líquido puede ser drenado, sobre todo cuando la presión dentro de la cámara aumenta peligrosamente.

El iris

La parte coloreada de nuestros ojos, esa por la cual decimos que alguien tiene los ojos marrones, verdes, azules, negros o grises, se llama “iris”. El iris está ubicado justo por detrás de la córnea, es decir, está protegido por esta.

Esta región de nuestros ojos está asociada con unos músculos muy delicados que la ayudan a cambiar de forma dependiendo de la necesidad, pues esto sirve para controlar la cantidad de luz que pasa hacia la pupila.

La pupila

La pupila es la parte del ojo que vemos como un punto negro en el centro del iris (una apertura del iris) y es la que se agranda o se encoge por la contracción o relajación de los músculos del iris, que se encargan de controlar la cantidad de luz que pasa.

Cuando estamos en sitios muy iluminados, la pupila se ve como un pequeño punto negro y pareciera que el iris fuese mucho más grande, ya que esta responde a los cambios en la intensidad de la luz.

En cambio, si tenemos que forzar nuestra vista para poder mirar en la oscuridad, la pupila se agranda debido a la ausencia de luz, todo con el fin de permitir que ingrese al ojo la mayor cantidad de luz posible.

Lente o cristalino

Las partes del ojo que hemos nombrado hasta ahora son fácilmente distinguibles a simple vista, solo con mirarnos en un espejo o con mirar de cerca los ojos de otra persona.

Ahora bien, las porciones internas del ojo solo pueden ser observadas por los especialistas que tienen aparatos especiales para tal fin.

Tal es el caso del cristalino, también llamado “lente”, que es una región transparente ubicada en la parte posterior del iris y que funciona enfocando los rayos de luz hacia la región más profunda del globo ocular, que se conoce como la retina.

El lente o cristalino está suspendido por fibras musculares que permiten que este cambie de forma constantemente, lo que es necesario cuando vemos cosas muy cerca o muy lejos.

La retina

La retina se encuentra en la parte de atrás del ojo y recibe la luz que ha sido enfocada y dirigida por el cristalino.

Esta región de nuestros ojos tiene millones de células que son sensibles a la luz y que son capaces de convertir la información lumínica en forma de impulsos nerviosos, de modo que cuando estos son transmitidos hacia el cerebro, este puede entender que estamos viendo algo.

Las células de la retina que son sensibles a la luz se llaman conos y bastones. Los bastones nos ayudan a ver en blanco, negro y en sombras de gris; además nos ayudan a determinar la forma de las cosas. Los conos, por otra parte, nos ayudan a identificar colores y rangos de colores.

La mácula

La retina tiene una pequeña y especializada región llamada mácula, la cual es responsable de la visión central. Nos ayuda a obtener detalles finos de lo que vemos, así como las cosas en movimiento.

La membrana coroides

Entre la esclerótica y la retina existe una capa adicional de tejido llamada membrana coroides. Se trata de una capa muy delgada y vascularizada que contribuye en la nutrición y oxigenación de las capas celulares más externas de la retina. Esta membrana refleja la luz y es la que causa el efecto de “ojos rojos” en las fotografías.

El cuerpo vítreo

La parte más grande del ojo se encuentra detrás del lente y es a la que se le conoce como el “cuerpo vítreo”. Decimos que es la parte más grande porque representa dos tercios del volumen de nuestros ojos y, por lo tanto, es quien define su forma.

Dentro de este cuerpo está contenido un fluido más bien gelatinoso que se llama humor vítreo. Cuando vemos algo, después de que la luz pasa por el lente, pasa directamente hacia el humor vítreo en la parte de atrás de nuestros ojos.

El nervio óptico

Las células de la retina envían mensajes nerviosos especiales a nuestro cerebro, los cuales le dan información a este sobre lo que vemos. Estos mensajes viajan hacia el cerebro gracias al nervio óptico, que es como una línea telefónica directa entre los ojos y el cerebro.

Referencias

  1. Gartner, L. P., & Hiatt, J. L. (2012). Color atlas and text of histology. Lippincott Williams & Wilkins.
  2. Fox, S. I. (2002). Human physiology. McGraw-Hill.
  3. Oyster, C. W. (1999). The human eye. Sunderland, MA: Sinauer.
  4. KidsHealth from Nemours. (n.d.). Retrieved September 10, 2020, from kidshealth.org
  5. Ducksters. (2020). Retrieved September 10, 2020, from ducksters.com