Ritmos de aprendizaje: clasificación, intrumentos, ejemplos
Los ritmos de aprendizaje son las diferentes velocidades a las que las personas pueden adquirir nuevos conocimientos o habilidades. Se trata de uno de los factores más importantes a la hora de predecir el desempeño en áreas como la educación, el éxito laboral o la satisfacción personal.
A pesar de estar muy relacionados con la inteligencia, los ritmos de aprendizaje no tienen por qué correlacionar en todo momento con este factor. Así, un individuo que fuera muy inteligente podría tener un ritmo de aprendizaje lento o moderado, a pesar de que esto no sea lo más habitual.
Generalmente, se suelen clasificar los ritmos de aprendizaje en lento, moderado y rápido. La mayoría de la población presenta el moderado, pero existen diferentes factores (tanto biológicos como sociales) que pueden hacer que un individuo tenga mayor o menor facilidad para aprender.
Generalmente se suele citar a Jean Piaget, el famoso psicólogo del desarrollo, cuando se habla de los ritmos de aprendizaje, principalmente debido a su trabajo en el estudio de los procesos de adquisición del conocimiento en niños. Sin embargo, los datos sobre este tema aún no están muy desarrollados, por lo que es necesario realizar más investigaciones al respecto.
Índice del artículo
- 1 Los ritmos de aprendizaje según Piaget
- 2 Clasificación
- 3 Instrumentos para medir los ritmos de aprendizaje
- 4 Ejemplos
- 5 Referencias
Jean Piaget fue uno de los psicólogos pioneros en el estudio del aprendizaje, y una de las primeras personas en tratar de explicar por qué existen diferencias en la velocidad a la que se puede adquirir el conocimiento.
Para él, los ritmos de aprendizaje estaban muy relacionados con los tres procesos básicos mediante los que los niños cambian sus conocimientos sobre el mundo.
Piaget creía que los niños van aumentando sus conocimientos mediante el uso de tres herramientas: la asimilación, la acomodación y la equilibración. El tercero se encarga de conseguir un balance entre los dos primeros, y es el que más influencia tiene sobre los ritmos de aprendizaje. A continuación veremos en qué consiste cada uno de ellos.
La idea principal detrás de la teoría de aprendizaje de Piaget es que las personas (tanto niños como adultos) tenemos una serie de esquemas que utilizamos para tratar de entender el mundo.
Cuando se nos presenta una nueva información, nuestra primera tendencia es tratar de asimilarla al esquema correspondiente que ya tenemos formado en nuestra mente.
El proceso de asimilación tiene sus fallos, ya que solo funciona cuando la información que se nos presenta no contradice en gran medida a las ideas que ya teníamos previamente.
Sin embargo, se trata de la herramienta principal que utilizan los niños dentro de cada una de las fases del aprendizaje, y una que seguimos usando de adultos durante nuestra vida cotidiana.
El proceso de acomodación es, en cierta medida, el opuesto del de asimilación. Se da cuando la nueva información que recibimos contradice en gran medida a los esquemas que ya teníamos en nuestra mente.
Cuando esto ocurre se produce un fenómeno conocido como “disonancia cognitiva”, que provoca una tendencia a intentar acomodar la nueva información a lo que ya creíamos saber.
Sin embargo, cuando esta disonancia es lo suficientemente fuerte, la persona no tiene más remedio que modificar sus creencias y formas de pensar para adaptarse a la nueva realidad que ha descubierto.
Para Piaget, cuando ocurre el proceso de acomodación, el individuo pasa a un nuevo estadío del pensamiento, siendo esta la principal manera en que los niños consiguen su desarrollo cognitivo.
La equilibración es la fuerza que se encarga de conjugar a las otras dos. Se trata de la tendencia de los individuos a mantener los esquemas ya existentes durante tanto tiempo como sea posible, utilizando por lo tanto principalmente la asimilación para tratar de comprender los nuevos datos que les van llegando.
La equilibración es el principal factor que influye en los ritmos de aprendizaje de cada persona. Mientras que algunos individuos son capaces de mantener sus esquemas durante mucho tiempo, lo que implica un ritmo de aprendizaje más lento, otros pueden replantearse aquello que creen que saben con más facilidad y utilizan la acomodación de manera más fluida.
Por lo tanto, cuanto menor sea la necesidad de mantener el equilibrio cognitivo de un individuo, más sencillo le será por lo general aprender. Sin embargo, investigaciones posteriores apuntan a que este no es el único factor que influye en los ritmos de aprendizaje.
Como ya hemos visto anteriormente, los ritmos de aprendizaje suelen clasificarse en tres tipos: lento, moderado y rápido. La mayoría de la población tiene un ritmo moderado, pero se cree que la distribución de los tres tipos forma una campana de Gauss; es decir, aunque gran parte de los individuos estén en el centro, también existen algunos en los extremos.
A continuación describiremos las características más importantes de cada uno de los tres ritmos de aprendizaje.
Las personas que presentan este ritmo de aprendizaje tienen ciertas dificultades para adquirir conocimientos a una velocidad considerada normal.
A menudo estos individuos presentan problemas como dificultades para memorizar, problemas de atención y concentración, y dificultades con la lógica, el razonamiento y otras habilidades relacionadas.
Sin embargo, el ritmo de aprendizaje lento no tiene por qué estar relacionado necesariamente con algún tipo de problema cognitivo o del desarrollo.
De hecho, existen muchos casos de niños que tan solo presentan dificultades en el área verbal o de la memoria, pero que por lo demás se desarrollan al mismo ritmo que sus compañeros.
La principal dificultad que se encuentran las personas con un ritmo de desarrollo lento durante su etapa escolar es que para ellas es muy complicado seguir el ritmo del resto de sus compañeros. Esto puede provocar todo tipo de problemas, desde fracaso escolar hasta falta de motivación y baja autoestima.
Debido a esto, en muchos lugares de todo el mundo se considera que los individuos con un ritmo de aprendizaje lento requieren una atención especial para poder paliar las dificultades que sufren por esta característica.
La mayoría de los individuos se encuentran dentro de este grupo. Las personas con un ritmo de aprendizaje moderado son capaces de adquirir nuevos conocimientos y habilidades a una velocidad normal, aunque a menudo presentan áreas en las que tienen más destreza que en otras.
Normalmente, los individuos con un ritmo de aprendizaje moderado tienen que esforzarse de manera consciente para poder conseguir buenos resultados dentro del sistema educativo formal.
Esto se debe a que, aunque sus capacidades son las adecuadas para poder aprobar y conseguir sus objetivos de aprendizaje, no son suficientemente avanzadas como para poder lograrlo sin trabajo por su parte.
En general, los niños con un ritmo de aprendizaje moderado son los que menos dificultades presentan dentro del sistema educativo, en contra de lo que pudiera parecer. Esto se debe a que la enseñanza formal está diseñada para ellos, por lo que no suelen tener problemas a nivel de integración en el aula a nivel académico.
Los individuos con ritmo de aprendizaje rápido son capaces de adquirir nuevos conocimientos, actitudes y habilidades con menos esfuerzo y mayor rapidez que el resto. Tan solo un pequeño porcentaje de la población tiene una capacidad de aprendizaje que pueda ser considerada como dentro de este grupo.
Al igual que ocurría en el grupo del ritmo de aprendizaje lento, los individuos en esta categoría no tienen por qué presentar diferencias cognitivas respecto al promedio. De hecho, generalmente tienen algunas habilidades mucho más desarrolladas que otras, pudiendo destacar solamente en ciertas áreas específicas.
Sin embargo, en muchas ocasiones las personas con ritmo de aprendizaje rápido presentan otras características que relacionan este fenómeno con las altas capacidades cognitivas. Así, en general aquellos individuos que aprenden con mayor facilidad también suelen tener una serie de rasgos que los señalan como superdotados.
En contra de lo que pudiera parecer, las personas con un ritmo de aprendizaje rápido también suelen presentar graves dificultades dentro del sistema educativo.
Esto se debe a que su mayor facilidad para adquirir conocimientos provoca que se aburran al tener que seguir el ritmo de sus compañeros, lo que les causa falta de motivación, frustración y todo tipo de problemas.
Debido a que la teoría sobre los ritmos de aprendizaje no está demasiado desarrollada, no existen herramientas que permitan medir esta capacidad en concreto de manera independiente.
Sin embargo, se ha encontrado que los test de inteligencia tradicionales pueden dar indicaciones bastante precisas sobre si una persona se encuentra en el grupo lento, moderado o rápido.
Los test de inteligencia pueden medir o bien la inteligencia fluida o general, o la inteligencia cristalizada, que implica también los conocimientos que ya se han adquirido a lo largo de la vida. Muchos investigadores creen que las pruebas que se enfocan en el primer tipo son las que mejor miden los ritmos de aprendizaje.
A pesar de no ser exclusivos de estos grupos, los ritmos de aprendizaje lento y rápido se entienden mejor si se pone como ejemplo el caso de personas con capacidades cognitivas fuera de lo normal.
Por ejemplo, una persona con inteligencia límite (con un CI por debajo de 70) tendrá que hacer esfuerzos mucho mayores que un individuo normotípico para poder adquirir una nueva idea o cambiar una actitud. En cambio, alguien con altas capacidades (CI por encima de 135) apenas tendrá dificultades para adquirir nuevos conocimientos.
- “Jean Piaget’s Theory of Cognitive Development” en: Simply Psychology. Recuperado en: 04 Junio 2019 de Simply Psychology: simplypsychology.org.
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