Metalurgia de la cultura Chimú: características principales
La metalurgia de la cultura Chimú es considerada como la más elaborada de la América prehispana. Los chimúes fueron verdaderos maestros de la metalurgia y la orfebrería. La cultura chimú se desarrolló en la costa norte del territorio peruano, en el actual departamento de La Libertad. Se distribuye por los valles de Moche, Chicama y Viru.
Hacia el norte se extendió hasta Tumbes y en el sur, hasta Huarmey. Chanchan fue su capital, y se la llamaba la ciudad del barro. Antiguamente en el mismo territorio se ubicaba la cultura Moche, que también eran diestros en la metalurgia. Si bien existen similitudes en sus obras, los chimúes los superaban en sus técnicas.
El pueblo chimú aparece en el año 900. La creencia es que el reino de Chimor llegó a tener diez gobernantes. Éstos eran tratados como dioses y vivían en un lujoso palacio de Chan Chan.
Su idioma era el muchic y el quechua. Además de orfebres fueron agricultores, pescadores, comerciantes, artesanos textiles y también trabajaban la cerámica.
Características de la metalurgia de la cultura chimú
Los orfebres de la cultura chimú disponían de metales como el oro, la plata y el cobre. Estos eran obtenidos en lavaderos locales y también producto del comercio con otros pueblos.
Desarrollaron una gran variedad de técnicas, como el repujado y el martillado, que fueron las más usadas. Las obras que realizaban eran en su mayoría para las tumbas, dentro de su tradición funeraria.
¿Dónde y cómo trabajaban los orfebres chimú?
Dividían sus talleres en secciones para cada paso que requería el artículo a crear. Aparte del repujado y el martillado, desarrollaron técnicas como el vaciado a la cera perdida, el enchapado, el dorado, el estampado, el perlado, la filigrana, el repujado sobre moldes de madera y el soldado, entre otras.
Para realizar aleaciones utilizaron combinaciones de ácidos, que encontraban en forma natural. El mineral se lavaba en recipientes de barro, luego se molía para separar lo bueno de las impurezas.
Se fundían en un horno con carbón mineral y vegetal que se usaba como combustible. Para elevar la temperatura de sus hornos utilizaban largos tubos para soplar y así avivar las llamas.
Las esmeraldas, las turquesas y demás piedras preciosas y semipreciosas que utilizaban para adornar sus trabajos, se cree que eran de origen Chibcha. Eran traídas por mercaderes tumbe sinos, que recorrían los territorios que hoy ocupan Ecuador y Colombia.
Además del arte funerario, realizaban una gran cantidad de objetos para ceremoniales o para uso cotidiano.
Se conserva un tocado hecho para ceremonial que estaba compuesto de cuatro láminas de oro con la forma de penachos, orejeras, collar, hombreras y pectoral.
¿Qué relación tuvieron con los incas?
Hacia el año 1470 los chimúes fueron conquistados por los incas. Gran cantidad de los objetos elaborados, fueron a adornar el Templo del Sol en tierra de los incas, en el Cuzco.
Los incas quedaron tan deslumbrados por la metalurgia y la orfebrería chimú, que además de sus objetos se llevaron a los orfebres.
La más representativa de las obras era un cuchillo ceremonial al que llamaban Tumi. Estaba realizado en oro y tenía un metro de largo por treinta centímetros de ancho. Lo usaban para ceremonias de sacrificio.