Hemoconcentración: causas, consecuencias y diagnóstico
La hemoconcentración es el aumento de la concentración del hematocrito como respuesta a la disminución del volumen plasmático. Es decir, aunque hay un aumento del hematocrito la cantidad de hematíes no se modifica.
La hemoconcentración se presenta en caso de pérdida de líquidos o por un desequilibrio en la distribución de los mismos en el interior del organismo. El desequilibrio ocasiona una extravasación del plasma al espacio extravascular o intersticial. Ocurre en pacientes deshidratados, en los grandes quemados, en el dengue hemorrágico o en pacientes con el síndrome de fuga capilar sistémico.
Los pacientes hemoconcentrados suelen tener hemoglobinas por encima de 17 g/dl. En el período neonatal puede haber una hemoconcentración fisiológica, pero luego de este período, una cifra tan elevada de hemoglobina (>20 g/dl) es alarmante y peligrosa.
Así pues, valores de hematocrito por encima de 65% representa un factor de riesgo para padecer del síndrome de hiperviscosidad.
Los casos de hemoconcentración por disminución del líquido plasmático deben diferenciarse de los pacientes que presentan hematocritos elevados por otras causas. Es decir, por trastornos en la producción de la serie roja en médula ósea, como la policitemia o poliglobulia.
Índice del artículo
- 1 Causas
- 2 Consecuencias de la hemoconcentración
- 3 Diagnóstico diferencial entre hemoconcentración y policitemia
- 4 Referencias
Causas
Existen muchas causas que pueden originar una abundante pérdida de líquido, o la extravasación del líquido plasmático intravascular al espacio extravascular, generando la hemoconcentración del paciente.
Entre las principales causas se tienen: la deshidratación, el dengue hemorrágico, quemaduras de gran extensión y gravedad, insuficiencia cardíaca, síndrome de fuga capilar sistémico y cuadros de eclampsia.
Hemoconcentración en pacientes deshidratados
La deshidratación se puede presentar en casos de diarreas y vómitos severos, sin restitución de líquidos. También en el ejercicio intenso con sudoración excesiva.
La pérdida de líquido provoca la disminución del volumen plasmático y la consecuente hemoconcentración.
Hemoconcentración en el dengue
El dengue es una infección viral causada por un arbovirus de la familia Flaviviridae. El virus ingresa al paciente por la picada de un vector hematófago llamado Aedes aegypti.
La forma grave de la enfermedad se produce cuando existe una reinfección por otro serotipo distinto al primero. La primera infección deja anticuerpos heterólogos. Estos anticuerpos favorecen la replicación del virus y el aumento de la viremia en la segunda infección, originando un cuadro grave de la enfermedad denominado dengue hemorrágico.
La enfermedad se caracteriza por un aumento en la secreción de citoquinas que favorece la extravasación del plasma al espacio extravascular, produciendo la hemoconcentración.
Por otra parte, el virus provoca la destrucción de múltiples tipos de células, entre ellas linfocitos T y plaquetas, lo que se traduce en la disminución de la inmunidad del paciente y la aparición de sangrados importantes.
La hemoconcentración y la pérdida de sangre pueden llevar al paciente a un cuadro de choque hipovolémico que puede llevar a la muerte.
Hemoconcentración en quemados
En el paciente quemado ocurren una serie de eventos que aclaran el por qué se produce la hemoconcentración y como puede llegar a producirse un choque hipovolémico.
Cuando la piel se quema, hay alteración de la permeabilidad capilar por el aumento de la concentración de histamina. Esta se produce momento después del incidente. Esto provoca que la albúmina se traslade hacia el espacio intersticial. Posteriormente, la alta concentración de proteínas acumulada en el líquido intersticial favorece aún más la atracción de agua.
Así mismo, hay menor reabsorción venosa a causa de la disminución de la presión oncótica. Todo lo anteriormente mencionado contribuye a la formación de un gran edema intersticial.
Además de ello, en el paciente quemado hay pérdida de líquido por evaporación masiva. La piel quemada está imposibilitada para retener la humedad y, por el contrario, emana vapor de agua. Por esta vía se pueden perder hasta 7 litros por día en pacientes con una gran extensión de piel afectada (≥ 50%).
La pérdida de líquido, tanto por la evaporación como por el edema, provoca un desequilibrio electrolítico a nivel plasmático que se caracteriza por la disminución del sodio (hiponatremia) y aumento del potasio (hiperpotasemia).
La hiperpotasemia desencadena una serie de signos y síntomas en el paciente, tales como: fatiga, disminución de la tonicidad muscular, paro cardíaco, íleo paralítico, entre otros. Todos estos eventos de disminución de líquido pueden provocar un choque hipovolémico.
Por otra parte, hay destrucción masiva de los glóbulos rojos con aparición de anemia. Sin embargo, el hematocrito se encuentra elevado, es decir, hay hemoconcentración a causa del acúmulo plaquetario y la pérdida de líquido.
La hemoconcentración provoca un enlentecimiento del sistema circulatorio, favoreciendo la formación de trombos.
Hemoconcentración en pacientes con insuficiencia cardíaca
Grau y colaboradores estudiaron pacientes con insuficiencia cardíaca que ingresaron a un centro de salud. El tratamiento instaurado en estos pacientes se basa en la administración de diuréticos, lo que conlleva a una pérdida de líquido importante que puede hemoconcentrar al paciente.
Para calcular el grado de hemoconcentración midieron la diferencia de hemoglobina (DHb) de los pacientes al momento del ingreso y luego a los 3 meses de tratamiento. Los autores utilizaron las siguientes fórmulas:
(DHb) = Hb (a los 3 meses) − Hb (al ingreso)
%DHb= (DHb × 100) / Hb al ingreso
Los autores concluyeron que los pacientes que presentaron hemoconcentración tuvieron un mejor pronóstico, con menos probabilidad de reingreso y de muerte.
Hemoconcentración en pacientes con el síndrome de fuga capilar sistémico
Es una rara e infrecuente enfermedad. Solo 150 casos han sido reportados hasta ahora a nivel mundial. Este síndrome se caracteriza por la presencia de episodios de hipotensión, acompañado de hipoalbuminemia y hemoconcentración.
Consecuencias de la hemoconcentración
La hemoconcentración aumenta la viscosidad de la sangre y esto origina que la circulación sanguínea se enlentezca, lo que puede originar cuadros de hipoxia periférica y deshidratación a nivel neuronal, así como también choque hipovolémico. En el caso de las mujeres embarazadas con preeclampsia severa puede ocurrir este tipo de episodios.
Actualmente, se ha propuesto tomar en consideración el valor de hematocrito como valor predictivo de sufrir eclampsia en mujeres embarazadas con síntomas de preeclampsia. Valores de hematocrito superiores al 36% supondrían un mal pronóstico en estas pacientes.
Diagnóstico diferencial entre hemoconcentración y policitemia
Se debe hacer un diagnóstico diferencial entre los cuadros de hemoconcentración por pérdida de líquidos y los casos de aumento del hematocrito por hiperproducción de glóbulos rojos.
Existen enfermedades que cursan con un aumento de la producción de hematíes, entre ellas están: la policitemia primaria y secundaria.
La policitemia vera o primaria es un trastorno de la médula ósea, en donde existe hiperproducción de hematíes, con valores de eritropoyetina normal o ligeramente baja.
Mientras que la policitemia secundaria es causada por la hiperproducción de eritropoyetina, que estimula a la médula para la producción exagerada de glóbulos rojos.
Esto se presenta como respuesta a situaciones de hipoxemia constante, como por ejemplo: en la metahemoglobinemia, en las cardiopatías congénitas, en la insuficiencia cardíaca, en pacientes que viven en zonas de gran altitud, en la carboxihemoglobinemia, entre otras causas.
También en pacientes con tumores productores de eritropoyetina, tales como nefroblastoma, hepatoma, hemangioblastoma y feocromocitoma.
Referencias
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- Grau J, Formiga F, Aramburu B, Armengou A, Conde M, Quesada S, et al. Hemoconcentración como predictor de supervivencia al año de ingreso por insuficiencia cardiaca aguda en el registro RICA, 2019; 1 (1): 1-9. Disponible en: sciencedirect.com
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