Pangolín: características, taxonomía, alimentación, reproducción
El pangolín (Pholidota) es un animal mamífero placentario perteneciente al orden Pholidota, caracterizado por tener gran parte de su cuerpo cubierto de escamas superpuestas, endurecidas por la presencia de queratina. Estas forman placas, pudiendo darle un aspecto de reptil.
En Alemania fue encontrado el fósil de un pangolín, que vivió durante el período Eoceno, entre 56 y 34 millones de años atrás, denominado Eomanis. En el continente americano, específicamente en Norteamérica, fue hallada otra especie primitiva de este animal, que vivió en la época del Oligoceno.
Su peso puede variar según la especie y el lugar donde se desarrollan. Los que se alimentan y duermen en las ramas de los árboles pueden pesar 2 kilogramos, mientras que el pangolín gigante, el cual vive en la tierra, pudiera llegar a sobrepasar los 30 kilogramos.
Como las garras de sus patas delanteras son largas, algunos pangolines, para poder caminar, las doblan debajo de sus almohadillas. En las extremidades traseras las garras no son grandes, por lo que al desplazarse se apoya completamente en las almohadillas.
Algunos pangolines pudieran pararse sobre sus dos patas posteriores, inclusive podrían dar pocos pasos bípedamente. A pesar de sus placas queratinosas, suelen ser buenos nadadores.
Índice del artículo
- 1 Especie en peligro de extinción
- 2 Características generales
- 3 Taxonomía
- 4 Alimentación
- 5 Reproducción
- 6 Hábitat
- 7 Comportamiento
- 8 Referencias
Los miembros de este orden, tiempo atrás, estuvieron ampliamente distribuidos en el mundo. Actualmente existen pocas especies vivas, que habitan en los continentes de África y Asia. El responsable de la casi extinción de estos animales es el hombre, con su caza indiscriminada y voraz.
La destrucción de sus hábitats naturales, la contaminación ambiental y la caza desmedida, son algunos de los factores que influyen en esta situación de amenaza que sufre actualmente el pangolín.
Esta especie es cazada para consumir su carne, la cual es considerada un plato exótico al sur de China y en Vietnam. Además de esto, obtienen sus escamas para ser traficadas y comercializarlas de manera ilegal.
Existen creencias, sin basamento científico, que les atribuyen a las placas del pangolín propiedades para estimular la producción de leche materna y para curar enfermedades como el cáncer y el asma. Esto ha provocado una feroz matanza de este animal, trayendo como consecuencia el peligro de extinguirse completamente.
El cuerpo del pangolín está físicamente marcado por las grandes escamas que cubren la mayor parte de su cuerpo, desde la parte posterior de la cabeza hasta la cola. En la parte inferior del cuerpo no tiene escamas, esa zona está cubierta de piel y pelos.
Las escamas están recubiertas de queratina, una sustancia que las endurece. Además, son afiladas, lo que les proporciona una defensa natural contra los depredadores. Sus colores pueden variar entre el marrón oscuro y el amarillo, aunque la tonalidad, tamaño, forma y cantidad es diferente entre las especies.
Generalmente tienen 18 hileras, superpuestas sobre el cuerpo. Los especímenes africanos las tienen presentadas en doble fila desde aproximadamente dos tercios de distancia de la cabeza, hasta el final de la cola.
Cerca de la región anal se encuentran las glándulas odoríferas anales, que segregan una sustancia química de olor desagradable. Esta es rociada por el animal cuando está en situación de peligro, similar a lo que realiza la mofeta si se encuentra en la misma situación.
Sus patas son cortas, teniendo el dedo del medio de mayor tamaño que el resto. Las garras son afiladas, siendo las de las patas delanteras de mayor tamaño que las traseras.
Los pangolines tienen una lengua muy larga, con forma redondeada o aplanada. No está unida al hueso hioides, sino a la región torácica, entre el esternón y la tráquea. Las especies de gran tamaño pueden extenderla hasta 40 centímetros. Cuando la lengua no está extendida, se pliega dentro de un bolsillo que tiene en su garganta.
El pangolín puede introducir su larga lengua en un agujero lleno de hormigas y luego retirarla completamente llena de insectos. Estos quedan adheridos a ella, gracias a la saliva pegajosa que segregan las enormes glándulas salivales que posee.
El cráneo es de forma cónica, careciendo de las crestas que usualmente existen en los mamíferos. Los huesos que lo forman son gruesos y densos, ofreciéndole una protección adicional a los órganos del sistema nervioso que alberga.
Su cabeza es pequeña, al igual que sus ojos, los cuales tienen unos párpados gruesos que los protegen. El sentido de la vista es deficiente, teniendo más desarrollado el del olfato. Según la especie, las orejas pudieran ser rudimentarias o estar ausentes. La mandíbula es estrecha, careciendo de dientes.
Las zonas de la cara, la garganta, el abdomen y la parte interna de las extremidades están desnudas o pudiesen tener algo de pelo. Las especies asiáticas, en la base de cada escala, suelen tener tres o cuatro pelos, mientras que ninguno de los pangolines que habitan en África los tienen.
La cola está cubierta de escamas córneas, es larga, móvil y varía de acuerdo al hábitat donde vive. En las especies arbórea, la cola es prensil, permitiéndole asirse de las ramas para capturar algún insecto. Los que se encuentran en la tierra la tienen más corta y no es considerada totalmente prensil.
Esta parte de su cuerpo es empleada como un arma de defensa, ante el ataque de un depredador. Además, algunos pangolines la utilizan como apoyo, reforzando la posición erguida que suelen adoptar algunas veces para caminar con sus dos patas traseras.
Reino: Animalia.
Filo: Chordata.
Subfilo: Vertebrata.
Clase: Mammalia.
Subclase: Theria.
Infraclase: Placentalia.
Magnorden: Ferae.
Superorden: Laurasiatheria.
Orden: Pholidota.
Sub- género Manis (Manis)
El pangolín chino, representante de este grupo, suele vivir al norte de la India y al norte de Indochina. Es un animal poco agresivo y tímido. Sus escamas son de una tonalidad bronce. Su cabeza es pequeña, terminando en un hocico puntiagudo.
Sub-género Manis (Paramanis)
Un miembro de este grupo es el pangolín malayo, al cual le gusta el agua. Se han observado especímenes descansando en la orilla de un riachuelo o colgado de la rama de un árbol, dejándose caer libremente al agua. Es insectívoro, solitario y nocturno, habitando en los bosques del sudeste asiático.
Sub-género Manis (Phataginus)
Los animales de este grupo, entre los cuales está el pangolín de vientre blanco, son frecuentes en la selva africana. Pueden enrollar su cuerpo, extender sus escamas y efectuar una acción de movimiento de estas, hacia adelante y hacia atrás. Tienen la habilidad de subir a los árboles, sin necesidad de utilizar las ramas para ello.
Sub-género Manis (Smutsia)
El pangolín gigante, miembro de este subgénero, se encuentra localizado en la franja ecuatorial del continente africano. Es la especie más grande del pangolín, a pesar de esto puede trepar los árboles con facilidad.
Sub-género Manis (Uromanis)
Una de las especies es el pangolín de cola larga, cuya cola puede llegar a medir 60 centímetros. Con frecuencia este animal se levanta sobre las dos patas traseras y se sacude, con la intención de quitar de sus escamas las termitas que se han introducido debajo de ellas.
La dieta del pangolín está basada casi exclusivamente en insectos, principalmente hormigas y termitas. También suele consumir algunos insectos y larvas de cuerpo blando. Su ingesta diaria suele estar entre 130 y 210 gramos.
Su desarrollado sentido del olfato los ayuda a encontrar sus presas. Debido a que carecen de dientes, el pangolín utiliza las fuertes garras de sus patas delanteras para romper los hormigueros o los montículos de termitas, explorándolos con su larga y pegajosa lengua.
Las especies arbóreas, como el pangolín de los árboles, utilizan su fuerte cola para colgarse de las ramas de los árboles, pudiendo así arrancar la corteza del tronco y tener acceso a los nidos de insectos.
La estructura que caracteriza a la lengua y al estómago es crucial en la obtención y digestión de los alimentos. Gracias a lo pegajosa que es su saliva, su lengua puede capturar los insectos que encuentra cuando introduce su larga lengua dentro de las cuevas.
Como el pangolín no tiene dientes, tampoco puede masticar a sus presas, por lo que cuando atrapa las hormigas ingiere pequeñas piedras que se acumulan en una parte de su estómago, llamada molleja. Esta, que además tiene espinas queratínicas, ayudan a triturar y a moler los insectos, facilitando su digestión.
Los pangolines son solitarios, reuniéndose casi exclusivamente para aparearse. En ellos existe dimorfismo sexual, los machos son de mayor tamaño que las hembras, llegando a pesar hasta un 40% más. La temporada de aparearse no está bien definida, aunque suele ser durante el verano o el otoño.
Los órganos sexuales del pangolín macho son los testículos, donde se producen los espermatozoides, la vesícula seminal y el pene, que está ubicado internamente y solo está erecto en el acto copulativo. La hembra tiene útero, vagina y ovarios, donde se originan las células sexuales femeninas (óvulos).
La madurez sexual se alcanza alrededor de los dos años de edad. Durante la copulación, el macho introduce el pene en la vagina de la hembra, produciéndose la fertilización internamente. La gestación puede durar entre 160 y 200 días.
Las especies que viven en África suelen tener una cría por gestación, mientras que las asiáticas pudiesen tener entre una y tres crías en cada parto. Al nacer, el pangolín mide alrededor de 150 milímetros, llegando a pesar entre 80 y 450 gramos. Sus escamas son suaves, endureciéndose 2 o 3 días después de su nacimiento.
Los pangolines hacen vida en diversos hábitats de las regiones tropicales y subtropicales de África y Asia. Algunos de estos pueden ser los bosques lluviosos y caducifolios, pastizales, estepas, matorrales y laderas.
Hay especies que se desarrollan en lugares con características específicas, como por ejemplo el pangolín de cola larga (Manis tetradactyla), el pangolín arbóreo (Manis tricuspis) y el pangolín gigante (Manis gigantea), que habitan en zonas donde prioritariamente exista una fuente natural de agua.
Los especímenes arbóreos habitan en árboles huecos, mientras que las terrestres cavan túneles subterráneos profundos. El pangolín de tierra (Manis temmincki) se encuentra mejor adaptado a los terrenos áridos de Sudán y Somalia.
Las madrigueras miden alrededor de 15 a 20 centímetros de diámetro, con varios metros de profundidad, terminando en una cámara de forma circular de hasta dos metros de circunferencia. La entrada generalmente está camuflajeada con hojas y tierra.
Los pangolines son animales solitarios que prefieren los suelos arenosos, porque les facilitan cavar sus madrigueras, utilizando para ello sus fuertes patas y afiladas garras. En ocasiones aprovechan las que han dejado otros animales, ajustándolas a sus condiciones, en caso de ser necesario.
Las crías, aunque pueden caminar, son usualmente transportadas por la madre, en la base de su cola. Ante una situación de peligro, se deslizan debajo de la madre, quedando protegidos cuando ella se enrolla como una bola.
En los pangolines, en lugar que los machos vayan tras las hembras para aparearse, los machos marcan su ubicación, orinando y defecando el territorio donde se encuentran. Las hembras son las encargadas de encontrarlos, gracias a su desarrollado sentido del olfato.
Si llegase a suscitarse una competencia por la hembra, los machos pudiesen pelear entre ellos, usando sus colas para golpearse uno con el otro.
Las escamas que posee le proporcionan una coraza, que utilizan como defensa contra las amenazas de los depredadores. Cuando se sienten en peligro, los pangolines se enroscan como una bola, protegiendo su zona inferior que no tiene placas, además que pueden rodar y escapar rápidamente.
También pueden azotar al atacante con su poderosa cola, que está cubierta con escamas afiladas. Además, pudiesen segregar una sustancia química de fuerte olor, y rociarla para dispersar al depredador.
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