Caetofobia: qué es, causas, características, síntomas y tratamiento
¿Qué es la caetofobia?
La caetofobia es un tipo de fobia específica en la que se tiene un miedo excesivo e irracional a los pelos, propios y de los demás.
Los individuos sienten un miedo desmesurado al pelo, y a los individuos y animales peludos. Este miedo impide poder llevar una vida cotidiana normal, limitando al individuo y viéndose perjudicada su vida social.
Pueden sentirse muy incómodos incluso con su propio pelo y comenzar a quitárselo: de las cejas y del cuerpo, además de la cabeza.
Causas de la caetofobia
Las causas de la caetofobia puede ser un conjunto de factores, pero en general se acepta que puede deberse a un evento traumático pasado en el que los cabellos estuvieron relacionados, desarrollándose posteriormente la fobia.
En términos psicológicos, estaríamos hablando de condicionamiento clásico, condicionamiento vicario (o la adquisición de conductas por medio de la observación), adquisición de información en la infancia del individuo, y, en algunos casos, puede haber un factor genético.
Características de la caetofobia
Miedo desproporcionado
El miedo no es racional, es desproporcionado y se acompaña de pensamientos irracionales. Este miedo se produce tanto en presencia del estímulo fóbico como ante su anticipación.
Sensación de falta completa de control
La sensación de falta de control es intensa cada vez que el individuo tiene que enfrentarse al pelo.
En la vida diaria, hay multitud de situaciones en los que el pelo es un elemento que está presente irremediablemente, por lo que el malestar es constante. En concreto, son en las situaciones de limpieza o contacto con los demás donde el individuo con esta fobia puede mostrar más malestar.
Conducta de evitación
Debido al sentimiento de absoluto descontrol ante la situación, el individuo tiene una necesidad completa de evitar el objeto o situación fóbica.
Esta evitación o huida de cualquier situación en la que se pueda ver en peligro afecta a su vida diaria normal con todas las perturbaciones que ello conlleva.
Es desadaptativa
El miedo, en una medida justa y razonable, siempre ha sido necesario para la supervivencia del ser vivo. El miedo adaptativo es un conjunto de sensaciones que se ponen en marcha como respuesta normal ante peligros reales, lo cual nos hace alejarnos cuando la vida peligra.
Sin embargo, cuando el miedo intenso se desarrolla en situaciones en las que no hay una amenaza real, se convierte en desadaptativo.
Es un trastorno a largo plazo
Una de las formas por las que se puede diferenciar si se trata de un miedo racional o de una fobia es su duración y la frecuencia en el tiempo.
Si es un miedo puntual, que se da de forma aislada, no lo podemos considerar una fobia. Las fobias, además de su frecuencia, persisten en las diferentes etapas del individuo (niñez, adolescencia, y etapa adulta) si no son tratadas por un profesional.
Niveles elevados de ansiedad
Quienes sufren de caetofobia experimentan altos niveles de ansiedad, con todos los síntomas que conlleva: tasas cardiaca y respiratoria elevadas, boca seca, dolor de cabeza, de estómago, etc.
Síntomas
El síntoma principal que sufren las personas con esta fobia es que necesitan estar alejadas de aquellos individuos que tienen abundante pelo y, además, tienen comportamientos extraños si permanecen cerca del cabello de alguien.
Incluso se dan casos en los que el individuo llega a coger aversión a sí mismo, llegando al punto de arrancarse su propio pelo. Asimismo, suelen sentir malestar cada vez que se miran al espejo.
Algunos de los síntomas que presentan las personas con caetofobia pueden ser:
– Sentimientos de asco al lavarse el pelo, sentimientos que aumentan si este suceso va acompañado de caída del cabello.
– Malestar cada vez que la persona se tiene que cortar el pelo.
– Aversión a todos aquellos animales con pelo. Estos individuos muestran mucha dificultad para visitar cualquier casa en la que se conviva con algún animal, en especial perro o gato.
– Dificultad para realizar las tareas cotidianas de limpieza del baño.
– Sentimientos de angustia cada vez que tienen que entrar en contacto con alguien o algo con abundante pelo.
– En el plano fisiológico, cuando el individuo se enfrenta al estímulo fóbico (el pelo) se producen una serie de respuestas que se caracterizan por un aumento de la actividad del SNA (sistema nervioso autónomo): aumento en la tasa cardiaca y respiratoria, sudoración, boca seca, contracciones estomacales, náuseas, diarrea, elevación de la tensión arterial, etc.
– Por último, en el plano cognitivo o subjetivo el individuo despliega toda una serie de creencias sobre la situación temida y sobre su capacidad para afrontarla.
Tratamientos
Toda fobia debe tratarse, ya que es un trastorno de ansiedad que usualmente afecta notablemente a la vida cotidiana del individuo. En este tipo de problemática se ha contrastado una elevada eficacia de la terapia psicológica.
Por tanto, no es un trastorno que se pueda curar, sino que si se trata a tiempo existe un alto porcentaje de individuos que se curan. La psicoterapia debe estar realizada por un psicólogo clínico especialista en fobias específicas.
Las técnicas que más se utilizan en terapia para afrontar una fobia específica son:
La exposición al estímulo temido en vivo o imaginación
En el caso de la caetofobia, al tratarse de una fobia específica, lo más indicado para su tratamiento es la exposición gradual. En la exposición gradual en vivo, se jerarquizan las situaciones fóbicas para posteriormente el individuo enfrentarse al objeto temido (el pelo) poco a poco para realizar la desensibilización.
Así, lo aconsejable en este caso es realizar la exposición visual al pelo para posteriormente pasar al contacto físico con el estímulo fóbico. Varias investigaciones han comprobado cómo esta técnica es la más efectiva a corto y largo plazo para el tratamiento de las fobias específicas.
Además de que los individuos responden de forma rápida a la técnica, los beneficios durarían en el tiempo. Hay casos de fobias en los que por diversos motivos no se puede realizar una exposición en vivo, por lo que se lleva a cabo, en su lugar, la exposición en imaginación.
Al realizar esta técnica, se pondrá énfasis en el control de la evitación de dichas situaciones fóbicas hasta que vaya disminuyendo la ansiedad en el sujeto.
Las investigaciones científicas ponen de manifiesto que el éxito de esta técnica para tratar las fobias específicas se debe a que la exposición en ausencia de las consecuencias temidas tiene como resultado la extinción de las reacciones fóbicas (tanto fisiológicas como físicas).
Técnicas de control de la ansiedad
Estas técnicas tienen como principal función el control y disminución de la ansiedad. Todas ellas resultan de especial importancia a la hora de afrontar las primeras etapas en las que los niveles de ansiedad son muy elevados.
Entre estas se encuentran:
– Las técnicas de relajación: se enseña al sujeto a manejar su ansiedad mediante el aprendizaje de respuestas incompatibles. Algunas de estas respuestas incompatibles son la distensión muscular o el aprendizaje de respiración diafragmática lenta.
– La distracción y las autoinstrucciones.
Terapias informativas, biblioterapia o psicoeducación
En estas terapias el profesional tendrá como objetivo que el paciente indague en la búsqueda de los determinantes y factores mantenedores de su fobia, con la intención de que esta investigación ayude a incentivarle a elaborar un plan de acción terapéutico junto con el profesional.
Para ello, se le facilitará información acerca de las causas o factores que originan y/o mantienen las conductas fóbicas.
Terapias cognitivo-comportamentales y realidad virtual
Este tipo de técnicas son más recientes. Estas se utilizan en la mayor parte de las ocasiones en combinación con técnicas de exposición, tándem que aumenta la eficacia del tratamiento.
El objetivo de estas terapias es cambiar los patrones de pensamiento del paciente, manteniendo el énfasis en la diferencia entre pensamientos realistas e irreales o la diferencia entre posible y probable.
Los objetivos finales son que el individuo pueda beneficiarse de ellas para disminuir la ansiedad ante las terapias de exposición, además de corregir esos pensamientos irracionales y transformarlos en pensamientos positivos y adaptados a la realidad.
Podemos concluir a modo de resumen que la etiología de la caetofobia está aún por determinar con precisión. Sin embargo, en relación con los tratamientos, la terapia cognitivo-conductual es la que se ha mostrado más útil a la hora de afrontar el problema.
Referencias
- American Psychiatric Association (1994). Diagnostic and statistical manual of mental disorders. Washington: APA.
- Anthony, M.M., Craske, M.G. & Barlow, D.H. (1995). Mastery of your specific phobia. Albany, New York: Graywind Publications.
- Barlow, D.H. (1988). Anxiety and its disorders: the nature and treatment of anxiety and panic. New York, Guilford.