Deporte y Ejercicio

¿Qué es la Coordinación en Educación Física?


La coordinación en educación física tiene que ver con la capacidad del deportista o ejecutante para realizar movimientos que le permitan la correcta ejecución técnica de un determinado ejercicio o rutina.

Ampliando el concepto, la coordinación es la capacidad física que tiene el cuerpo humano para movilizarse o desplazarse sincrónicamente, a través de movimientos ordenados de los músculos y el esqueleto.

La coordinación implica la intencionalidad del ejecutante para realizar el movimiento, además de la sincronía y la sinergia. Esto quiere decir que el movimiento lo realiza la persona a voluntad, planificándolo previamente y con la participación activa de varios músculos que intervienen para llevarlo a cabo.

Importancia de la coordinación en educación física

En educación física, la coordinación se va ejercitando de manera parcial o por etapas que luego podrán ir conectándose hasta lograr una correcta ejecución motriz.

La coordinación es pues, una cadena sucesiva de movimientos ordenados y estructurados que permiten la ejecución técnica de algún deporte o actividad.

Para lograr esto, además de una buena condición física, es muy importante un buen desarrollo cognitivo del sujeto, pues no se debe olvidar que todo movimiento consciente e intencional del cuerpo obedece a una señal que previamente ha enviado el cerebro.

Sabiendo esto, puede decirse entonces que la coordinación es un mecanismo cerebro-motor. Pero también interviene el cerebelo, que es el órgano que regula la información sensitiva y la coordina y organiza con los estímulos que emite el cerebro. Este trabajo conjunto deriva en la motricidad fina necesaria para una buena coordinación.

Un movimiento es coordinado cuando se ajusta a los criterios de armonía, economía, precisión y eficacia.

Tipos de coordinación

Existen varios tipos de coordinación dependiendo de los órganos o partes del cuerpo que intervienen:

Coordinación óculo segmentaria

Tiene que ver con los movimientos de ciertas áreas específicas del cuerpo, como brazos o piernas, relacionados con objetos como balones, discos, jabalinas u otros implementos.

Todos estos movimientos se dan luego que el sentido de la vista ha captado un estímulo previo que provoca en el cerebro la señal pertinente para que el músculo se mueva de una forma particular.

Hablamos entonces de coordinación óculo motriz, que se subdivide en:

– Coordinación dinámica general

En este caso los movimientos sincronizados involucran a los músculos de todo (o casi todo) el cuerpo, siendo importante lograr la correcta secuencia entre la contracción y la relajación muscular para lograr el objetivo.

Para ellos es imprescindible el buen funcionamiento del sistema nervioso central. Ejemplos de este tipo de coordinación se dan en la natación, el nado sincronizado, las carreras de pista, la gimnasia, etcétera.

– Coordinación específica

Cuando interviene un grupo específico de músculos. Este tipo de coordinación se subdivide en:

  1. Coordinación óculo pedal: también llamada coordinación óculo pédica, es aquella en la que intervienen las piernas y su relación con lo que ve el ojo. El mejor ejemplo de este tipo de coordinación es el fútbol.
  2. Coordinación óculo manual: en la que interviene la motricidad fina de manos y dedos y su relación con lo que ve el ojo. En este segmento se ubican deportes como el baloncesto, el tenis, el vóleibol, entre otros. Se puede subvidir a su vez en: coordinación óculo pie/mano y coordinación óculo cabeza.

– Coordinación intermuscular

Se refiere a la correcta intervención de todos los músculos involucrados en el movimiento.

– Coordinación intramuscular

Tiene que ver con la capacidad de cada músculo para contraerse y relajarse de forma eficaz para la correcta realización del movimiento.

Aspectos necesarios para una correcta coordinación muscular

  • Correcto desarrollo cognitivo: del grado de desarrollo del sistema nervioso central dependerá la calidad de la coordinación motriz.
  • Músculos fuertes y bien acondicionados: la cantidad de actividad física y entrenamiento incidirá en una mejor coordinación.
  • Potencial genético: la coordinación, si bien es un aspecto que debe entrenarse y que puede mejorar con la práctica, también tiene un fuerte componente genético que permite que algunas personas tengan mejor coordinación de movimientos que otras, o mayor facilidad para adquirirla.
  • Esqueleto y músculos saludables, fuertes y en condiciones para realizar los movimientos.
  • Aprendizaje a través de la práctica y repetición.
  • Automatización de los movimientos.
  • Buena visión.

Factores que intervienen en la coordinación

Ya se explicó que la coordinación es una capacidad neuromuscular que está determinada por factores genéticos y que se perfecciona a través del aprendizaje.

En educación física, una correcta coordinación dependerá del grado de entrenamiento, la herencia, la edad, el equilibrio, el nivel de condición física y de aprendizaje, la elasticidad de los músculos y la condición psíquica del individuo, entre otros.

La dificultad en la coordinación dependerá de la velocidad de ejecución, los cambios de dirección, la duración del ejercicio, los ejes de movimiento, la altura del centro de gravedad y, por supuesto, las condiciones externas y ambientales no calculables.

Ventajas de una buena coordinación

  • Se realizan movimientos armoniosos, vistosos y precisos.
  • Los resultados finales tienen un alto grado de eficacia.
  • Se cumple la tarea con el menor gasto posible de energía y de tiempo.
  • Se evitan contracciones musculares innecesarias.
  • Se mejora la eficacia global del ejercicio, ya sea éste de fuerza, de flexibilidad, de resistencia o ce velocidad.

Actividades recomendadas para ejercitar la coordinación

En educación física, y principalmente en las etapas tempranas del desarrollo, es muy recomendable realizar tareas y actividades que estimulen y promuevan el desarrollo de una buena coordinación motriz. Algunas de estas actividades pueden ser:

  • Saltos de todo tipo: con un pie, con ambos pies, rítmicamente, alternando pies y manos, etc.
  • Movimientos cotidianos: empujar, levantar, transportar, tirar; tareas rutinarias que deben tratar de hacerse con armonía y precisión.
  • Ejercicios de oposición, en parejas o grupos. Un caso típico es el juego de “tirar la cuerda” donde se necesita la coordinación de fuerzas para lograr el objetivo.
  • Actividades rítmicas como bailes, danzas y movimientos del cuerpo con música.
  • Actividades con implementos: balones, pelotas, aros, gomas elásticas, mazas, trampolines, camas elásticas, cuerdas, etc.
  • Desplazamientos: reptar, trepar, escalar, gatear, etc.
  • Lanzamiento de objetos, con una o ambas manos, con uno o ambos pies y apuntando hacia objetivos cada vez más precisos.
  • Recepción de objetos, con una o ambas manos, con uno o ambos pies y desde distancias cada vez más largas.
  • Saltos con obstáculos.
  • Malabares: jugar con dos o más pelotas a la vez, ya sea lanzándolas al aire e intentando atraparlas sin que ninguna caiga, rebotando dos balones al mismo tiempo o ejercicios similares.

Referencias

  1. Daniel Muñoz Rivera. La coordinación y el equilibrio en el área de Educación Física. Actividades para su desarrollo. Recuperado de efdeportes.com.
  2. Antonio García López y otros (2000). Los juegos en la Educación Física de los 6 a los 12 años. Publicaciones Inde. P. 98.
  3. Coordinación y equilibrio: concepto y actividades para su desarrollo. Recuperado de oposinet.cvexpres.com.
  4. Coordinación. Glosario de Educación Física. Recuperado de glosarios.servidor-alicante.com.
  5. Coordinación: concepto y clasificación. Recuperado de tododxts.com.
  6. Coordinación muscular. Recuperado de es.wikipedia.org.
  7. La coordinación óculo manual. Recuperado de gobiernodecanarias.org.