Los 18 mitos teogónicos más famosos de la historia
¿Qué son los mitos teogónicos?
Los mitos teogónicos son el conjunto de historias que abarcan el origen del mundo, el surgimiento de los dioses y cómo estos se involucraron en la vida de los mortales. Por ejemplo, el libro de Hesíodo, Teogonía, nos cuenta el nacimiento del universo y los diferentes linajes de los dioses griegos.
La teogonía es, entonces, un tipo de mito donde se narra el origen de los distintos dioses dentro de cada cultura.
Los mitos teogónicos sirvieron para entender el funcionamiento del mundo, así como el papel del ser humano en la tierra. Sirvieron, asimismo, para asentar reglas y leyes, preceptos y normas para la convivencia humana.
Lista de mitos teogónicos
La creación de Ometotl
Dentro de la mitología azteca, Ometotl fue el dios que fue capaz de hacerse a sí mismo. De hecho, según los relatos, fue capaz de pensarse y de inventarse para que a partir de él se originara todo lo demás que llegó a existir.
Ometotl es la conjugación del caos y el orden, vida y muerte, agua y fuego, blanco y negro, y una serie de elementos antagónicos que también le proporcionan la habilidad de creación y destrucción. Gracias a todo lo anterior, este dios es capaz de albergar dualidades de todo tipo, incluso lo masculino y femenino.
Osiris e Isis
Este mito es uno de los más elaborados e importantes del antiguo Egipto, puesto que de su historia intricada se originan una serie de preceptos y principios que se mantuvieron en toda la civilización.
Osiris, de ascendencia real, gobernaba el mundo junto a su esposa, Isis. Osiris fue asesinado por su hermano Seth. A pesar de la falta de un objetivo claro, se cree que el motivo principal del asesinato fue la venganza.
Seth ascendió al trono, mientras que Isis y la diosa Neftis se encargaron de buscar el cuerpo de Osiris para reconstruirlo y traerlo a la vida. Lograron su objetivo gracias a la intervención del dios Tot (poseedor de poderes mágicos) y Anubis (dios de los rituales funerarios).
Al regresar a la vida, Isis y Osiris conciben a su hijo, Horus, el dios que se encargaría de gobernar Egipto.
El nacimiento de Horus
La historia de Osiris e Isis se extiende hasta la concepción de Horus, quien para algunos autores es el heredero encargado de continuar la labor de su padre en la tierra.
Según el relato, una Isis embarazada trató de esconderse de Seth para que este no supiera de su existencia. Al final, lograron quedarse en un matorral, donde Horus nació y fue alimentado por su madre.
Durante su infancia, el niño estuvo rodeado de circunstancias difíciles y encantamientos, aunque fue protegido por otras deidades durante su crecimiento.
El final está marcado por el enfrentamiento de un Horus adulto y Seth, en lo que sería una batalla épica ante la presencia de deidades egipcias, con el fin de definir al próximo gobernante.
Brahma y la inmortalidad del hombre
Según la mitología hindú, al principio del mundo los humanos tenían el don de la inmortalidad. Sin embargo, al ver el comportamiento humano, Brahma decidió que el ser humano sería despojado de su divinidad para convertirse en mortal.
Entonces Brahma reunió a todos los dioses con el fin de decidir el mejor lugar para esconder la divinidad y la inmortalidad. Mientras discutían, el dios se dio cuenta de que sería difícil lograr el cometido con la capacidad e insistencia del ser humano. Pero, en medio de su desesperación, encontró la decisión: “Esconderla dentro de él, no sabrá que está allí”.
De esa manera, el ser humano tendría que descubrir que en su interior se encuentra una parte divina.
Hércules y su increíble fuerza
Se trata de uno de los personajes más conocidos y populares de la mitología griega. Hijo de Zeus y Alcmena (una mortal), Hércules es un semidios caracterizado por su fuerza, compasión y también por su glotonería. En la antigua Grecia se le consideró como deidad protectora.
Según el relato, Alcmena tuvo mellizos: Hércules e Ificles. Anfitrión quiso saber cuál de los dos era su verdadero hijo, así que envió dos serpientes hacia los bebés. Ificles se volvió temeroso, pero Hércules tomó la víbora hasta estrangularla. Allí supo que el niño era descendiente de un dios.
Tras asesinar un león mientras cuidaba el rebaño de su padre adoptivo, Hércules pudo desarrollar al máximo de sus habilidades gracias a la intervención de maestros como Elio, Cástor y Pólux, y Eumolpo.
Los 12 de trabajos de Hércules
En vista de lo anterior, cabe reseñar uno de los pasajes más conocidos en la mitología griega. Tiene que ver con los 12 trabajos o tareas prácticamente casi imposibles que el semidios pudo completar:
-El primero fue la muerte al león de Nemea.
-La hidra de Lerna.
-El jabalí de Erimanto.
-La cierva de Cerinia.
-Las aves del lago Estinfalo.
-Los establos de Augias.
-El toro de Creta.
-Las yeguas de Diómedes.
-El cinturón de Hipólita.
-El ganado de Gerión.
-Las manzanas de oro de las Hespérides.
-La captura de Cerbero.
Fortuna, la diosa de la suerte
En la mitología romana, Fortuna es hija de Júpiter y Juno, y era la encargada de buscar la ambrosía para alimentar a los dioses. Según el mito, hacía esta tarea puesto que era la más rápida de todos los dioses, lo que le permitía recoger los frutos antes que fueran dañados por los rayos del sol.
Ella era la que distribuía, generalmente a su capricho, los bienes y los males, y presidía todos los acontecimientos.
Zeus
Hablar de mitos teogónicos es referirse casi de inmediato a uno de los dioses más conocidos en la historia occidental: Zeus. Si bien no es el creador de los dioses principales ni del humano, sí posee un rango sumamente importante y casi protagónico en las historias.
Zeus es el dios padre del cielo, la lluvia, los rayos, el relámpago y el trueno. Se le considera como divinidad protectora, generosa, entusiasta, inteligente y justa.
Al poco tiempo de su ascenso como dios principal, Zeus se casó con Hera y juntos establecieron su morada en el monte Olimpo, lugar que sería reconocido más tarde como lugar de residencia de los dioses y semidioses.
Según el relato, al momento de su matrimonio fueron invitados todos los dioses, mortales y animales.
El nacimiento de Atenea
Atenea, o Palas Atenea, es una de las diosas principales del Olimpo, patrona de la ciudad que lleva su nombre y quizás la más importante en el mundo antiguo. Su influencia se extendió por todo el Mediterráneo porque se le consideró una figura que hacía que los hombres se volvieran civilizados y correctos.
Según la mitología, Zeús dejó embarazada a Metis, una de las hijas de Océano. Sin embargo, al enterarse de una profecía que señalaba que tendría hijos más poderosos que él, Zeús optó por matar a Metis y devorar a sus hijos.
El embarazo de Metis estaba tan avanzado que siguió el proceso de gestación del bebé pero en el cuerpo del dios. Un día, sufriendo un fuerte dolor de cabeza, se le abrió la cabeza a Zeus, de la cual nació la diosa Atenea ya hecha adulta e investida con atavíos de guerra.
El nacimiento de la Vía Láctea
Al respecto, existen dos versiones principales:
– Se dice que Hércules fue llevado al regazo de Hera con la ayuda de Hermes, de manera que pudiera consumir la leche de la diosa y volverse inmortal. Esta, cuando despertó, se percató de la situación y se quitó al niño de manera brusca. Como la leche siguió manando, esta fue al universo para dar forma a la Vía Láctea.
– La otra versión indica que Atenea y Hera estaban paseando juntas cuando se toparon con el bebé Hércules. Atenea le insistió a la diosa para que lo amamantara por lo que, cuando lo hizo, el niño succionó con tanta fuerza que la hirió. Al alejarlo de ella, la leche fluyó hasta que esta se convirtió en galaxia.
La tejedora Aracne
Aracne era una mujer con un don impresionante para tejer, tanto que las mismas ninfas se reunían para admirar su trabajo. Incluso, algunos mortales decían que la diosa Atenea le había proporcionado ese talento.
Aracne se volvió cada vez más vanidosa, hasta el punto en el que llegó a decir que era incluso mucho mejor que la diosa. Por lo tanto, Atenea organizó un enfrentamiento en donde ambas tejerían para mortales y dioses.
El motivo de Aracne fue tan ofensivo que la diosa destruyó su trabajo, haciéndola sentir profundamente miserable al punto de querer quitarse la vida. Atenea, no obstante, la salvó pero la convirtió en una araña.
Los 8 genios (también llamados “los 8 inmortales”)
Según el taoísmo, tradición filosófica y espiritual de origen chino, los 8 genios son un conjunto de deidades que lograron la inmortalidad a través de la alquimia, y que además poseen poderes extraordinarios. Por lo general, siempre actúan juntos.
En vista de ello, se pueden nombrar a estos personajes y sus cualidades principales:
– Lü Dongbin: es considerado el líder y siempre lleva consigo una espada que sirve para alejar al mal. Es protector de los enfermos y sabios.
– Lan Caihe: no tiene un sexo determinado, por lo que es visto como un hermafrodita. Incluso puede ser presentado como un joven con gestos afeminados o como una chica con ropas extravagantes. Lleva cañas de bambú y flores, por lo que es defensor de los floristas y horticultores.
– Zhang Guo Lao: se le ve como un anciano, por lo que es percibido como alguien con sabiduría. Representa la longevidad.
– He Xiangu: es la mujer del grupo y se la asocia con la flor de loto, la cual es una representación de la salud física y mental.
– Han Xiangzi: se le adjudican habilidades extraordinarias en la alquimia.
– Li Tieguai: es el más viejo del grupo y tiene un aspecto sucio y descuidado. Sin embargo, es el defensor de los desprotegidos y de aquellos que necesitan ayuda.
– Zhongli Quan: tiene el poder de revivir a los muertos y de transformar las piedras en metales preciosos. Se le ve como un hombre alto, de barriga pronunciada y con el pecho descubierto.
– Cao Guojiu: se le ve ataviado con trajes de la corte y con tablillas de jade. Se relaciona con el teatro.
Izanami e Izanagi: la creación según la mitología japonesa
Según este mito, los primeros dioses decidieron convocar a dos criaturas importantes, Izanagui e Izanami, con el fin de encargarles la creación de la primera tierra. Para ayudarles en su misión, se les fue entregada una lanza decorada con joyas y demás piedras preciosas llamada “Amenonuhoko”, o lanza de los cielos.
Con la lanza, las dos criaturas movieron las aguas para formar una isla en la que residirían como pareja. De su unión, surgieron dos hijos que no fueron reconocidos como dioses. A pesar de su alegría, los dioses no estuvieron conformes con la tarea.
Tras explicarles que debían hacer correctamente la unión, Izanami e Izanagui volvieron a unirse para permitir el nacimiento de las ocho islas que conforman Japón, más una gran cantidad de dioses.
En este punto, cabe mencionar que tanto ambos personajes como su descendencia, son considerados como representantes de los valores y aspectos importantes en la naturaleza y cultura japonesa.
La diosa Hera
Compañera de Zeus, la diosa era una de las más hermosas del Olimpo, representante de la familia y el matrimonio. Sin embargo, es retratada como una diosa iracunda, celosa y con tendencias a conspirar para destronar a su esposo.
También se dice que solía bañarse en una fuente que la volvía virgen y que llegó a concebir de múltiples maneras, ya sea comiendo ciertos vegetales o hasta con el simple tacto de una flor. Además, también se preocupaba por su belleza.
Su veneración se extendió en el Imperio romano y también en gran parte de Asia, incluso Egipto. En la mitología romana es equivalente a la diosa Juno.
El elixir de la inmortalidad
Según el mito hindú, los Deva, considerados como dioses superiores, se reunieron con el fin de obtener el Amrita, el néctar de la inmortalidad para así vencer a los demonios Asura, quienes les impedían el control total del universo.
Fue entonces cuando estos dioses se aliaron con otros de rango inferior para proceder con la búsqueda y obtención del preciado alimento, sin embargo, los Deva tuvieron que pedir ayuda a los Asura a cambio de la preciosa comida.
De la espuma y leche de la Amrita, emergieron el sol y la luna, la diosa Lakshmi y el elefante blanco, y finalmente Dhanvantari, el médico de los dioses.
Pachamama, diosa andina
En la mitología inca, es la diosa de la fertilidad, la fecundidad, la siembra y la cosecha. Se dice que es la propia Tierra, y por lo tanto, capaz de dar abundancia y de quitar todo.
Provoca terremotos y calamidades, pero también protege. Según la mitología quechua, es el origen del sol, la luna, la tierra y el agua. Es madre del dios Inti (el sol) y de Mama Killa (la luna). También se dice que es esposa, al mismo tiempo, de Inti.
Como otras deidades fundamentales relacionadas con la tierra, se creó sola.
Thor, dios vikingo
En la mitología vikinga (nórdica y germánica), Thor es el dios del trueno y de la fuerza. Era hijo de Odín y de Jörð, que era la personificación de la Tierra.
Tiene un martillo, herramienta característica, con el que arroja rayos y nunca falla; además, siempre vuelve a sus manos. Vive en el Asgard, que es el hogar de la fuerza. Es un gran guerrero, aunque también protector de campesinos y personas pacíficas.
Sarasvati, diosa hindú
Sarasvati es la diosa de la sabiduría, las artes (música, poesía) y el conocimiento, también del perdón. Es una de las tres diosas principales del hinduísmo (las otras son Lakshmi y Durgá). Es esposa e hija de Brahma. Su belleza es tanta que por eso a Brahma se le representa con 4 cabezas, para poder verla en cualquier dirección.
Es la única diosa amada por los tres dioses principales hinduístas: Brahma, Vishnú y Shivá.