Participación de México en la Segunda Guerra Mundial: entrada, causas
La participación de México en la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar en los últimos años del conflicto, desde 1942 a 1945, dentro del bando aliado. En un primer momento, su colaboración fue indirecta, mediante la venta de materias primas y el aporte de trabajadores. Más adelante, envió a un escuadrón aéreo para que combatiera en el frente del Pacífico.
La Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939 con la invasión alemana de Polonia. La respuesta británica no impidió que el ejército nazi ocupara casi toda Europa en unos meses. México, al igual que los países del resto del continente, incluidos los Estados Unidos, declararon su intención de no participar.
Sin embargo, la neutralidad mexicana fue tachada de simulada por las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón). Por una parte, México condenó las invasiones realizadas por esos países, así como sus políticas. Por otra, ordenó incautar varios barcos alemanes e italianos.
El ataque japonés a Pearl Harbour (EE.UU) provocó que los estadounidenses entraran en la guerra y que presionaran a México para hacer lo mismo. La destrucción de varios petroleros mexicanos por parte de los alemanes fue el elemento final que llevó al gobierno de Manuel Ávila Camacho a presentar la declaración de guerra.
Índice del artículo
Entrada de México
La relación de México con los países gobernados por los fascistas ya era mala antes de la guerra. Así, en 1935, el gobierno mexicano se unió al bloqueo económico contra Italia decretado por la Liga de Naciones tras la invasión de Etiopía. Al año siguiente, condenó la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi.
Poco antes del inicio del conflicto mundial, México había reconocido al gobierno de la República española en el exilio y había retirado su embajada de la España gobernada por Franco.
Sin embargo, las relaciones de México con los países democráticos tampoco eran demasiado buenas. La expropiación del petróleo decretada por Lázaro Cárdenas había provocado que Gran Bretaña rompiera relaciones y que Estados Unidos comenzara un bloqueo comercial.
Neutralidad
La Segunda Guerra Mundial comenzó en septiembre de 1939, cuando Alemania invadió Polonia. Ese mismo año, los países latinoamericanos decidieron en la Conferencia Panamericana de Panamá mantenerse neutrales.
En esos momentos, la presidencia mexicana estaba todavía en manos de Lázaro Cárdenas. La neutralidad decretada no le impidió condenar los diferentes ataques llevados a cabo por los alemanes contra el resto de los países europeos. Igualmente, también criticó la invasión de Finlandia por parte de la Unión Soviética.
El sustituto de Cárdenas en la presidencia fue Manuel Ávila Camacho. Aunque mantuvo la neutralidad mexicana, algunas cosas comenzaron a cambiar.
Incautación de barcos del Eje
Las medidas tomadas por Ávila Camacho evidenciaron que México estaba tomando partido por los aliados. Así, en abril de 1941, el gobierno mexicano incautó los barcos italianos y alemanes que se encontraban en los puertos del país. Dos meses más tarde, un decreto prohibía la venta de productos mexicanos a países no americanos.
Además, en esas fechas se estaba produciendo una evidente mejora en las relaciones entre México y Estados Unidos.
Una fecha clave fue el 7 de diciembre de 1941. Ese día, los aviones japoneses atacaron la base estadounidense de Pearl Harbour. México procedió a romper relaciones con Japón. Casi al mismo tiempo, reanudó sus relaciones diplomáticas con el Reino Unido.
Hundimiento del Potrero del Llano
Estados Unidos se había convertido en el destino principal del petróleo mexicano. Por ese motivo, la actividad comercial en el Golfo de México era muy alta.
Los países del Eje amenazaron a México para que dejara de vender su petróleo a EE.UU y, tras la negativa, sus submarinos empezaron a hostigar a los buques mexicanos.
Finalmente, el 13 de mayo de 1942, la amenaza se hizo realidad: un submarino nazi hundió el Potrero del Llano, un buque petrolero mexicano.
La reacción del gobierno de México fue inmediata. Así, emitió un mensaje dirigido a los atacantes:
“Si para el próximo jueves 21 del corriente, México no ha recibido del país responsable de la agresión una satisfacción completa, así como las garantías de que le serán debidamente cubiertas las indemnizaciones por los daños y perjuicios sufridos, el gobierno de la República adoptará inmediatamente las medidas que exija el honor nacional”.
Declaración de guerra
La única respuesta del gobierno nazi a esta advertencia fue un nuevo ataque. Este se produjo el 20 de mayo, cuando un torpedo alemán hundió el Faja de Oro, otro buque del mismo tipo que el anterior.
Aunque Ávila Camacho ya había señalado que México no iba a enviar tropas a otro continente, el día 22 de mayo procedió a declarar la guerra a los países del Eje. El gobierno mexicano envió una carta a Alemania desde su embajada en Suecia para anunciar la decisión.
Aunque los alemanes se negaron a recibirla, México declaró el estado de guerra el 28 de mayo de 1942.
Causas
Aunque los ataques contra sus petroleros fueron definitivos para que México entrara en la guerra, los expertos consideran que la presión estadounidense fue crucial para que se tomara esa decisión.
Presión estadounidense
Estados Unidos había impuesto un bloqueo comercial a México a consecuencia de la nacionalización del petróleo. Sin embargo, ya antes del ataque a Pearl Harbour había comenzado a cambiar su posición.
Con su entrada en el conflicto, a los estadounidenses les convenía que México se uniera a las potencias aliadas.
Por una parte, la mano de obra masculina en los EE.UU se había visto reducida, ya que sus jóvenes tuvieron que alistarse. La producción se había reducido y no alcanzaba la cantidad necesaria para tiempos de guerra.
Con la entrada de México en el conflicto, ambos países firmaron un acuerdo para que trabajadores mexicanos entraran en los EE.UU para ocupar los puestos de trabajo necesarios.
A pesar de los ataques a los petroleros, el gobierno de Ávila Camacho encontró cierta oposición pública a la hora de entrar en la guerra. Buena parte de la población desconfiaba de los estadounidenses y, además, consideraba que el conflicto estaba muy lejos de sus fronteras.
Estados Unidos prestó apoyo económico al gobierno de México para emprender una campaña propagandística para justificar la entrada en la guerra.
Desarrollo
Nada más declarar la guerra, el gobierno mexicano nombró a Lázaro Cárdenas como Secretario de Defensa. Una de sus primeras medidas fue crear el Servicio Militar Nacional. El ejército mexicano recibió de los Estados Unidos armas más modernas.
Por otra parte, México incautó las propiedades de los ciudadanos japoneses, italianos y alemanes residentes en su territorio.
Mientras esto ocurría, Alemania continuó atacando barcos mexicanos. Entre junio y septiembre, los submarinos nazis hundieron otros cuatro buques.
Algunos historiadores señalan que Estados Unidos intentó que México permitiera la instalación de una base naval en Baja California, aunque sin lograrlo.
Programa Bracero
Como se ha señalado, en un primer momento el presidente mexicano no tenía intención de participar con tropas en la guerra.
En lugar de eso, negoció dos vías para apoyar a los aliados. La primera fue el llamado Programa Bracero. Se trató de un acuerdo con los Estados Unidos mediante el que este último país trasladó a su territorio a más de mil campesinos mexicanos para que trabajaran en sus campos de cultivo y granjas.
Por otra parte, México se convirtió en el principal exportador de materias primas de toda Latinoamérica. Los aliados obtuvieron así plata, cobre y petróleo, productos necesarios para plantar cara a los nazis.
Escuadrón 201
El conflicto en Europa estaba casi decidido en 1943. Los aliados habían pasado a la ofensiva y la posibilidad de un ataque alemán al continente americano era cada vez menor.
Por ese motivo, Ávila Camacho cambió de opinión y decidió enviar una fuerza militar simbólica para que luchara en el Pacífico.
El nombre que recibió esa unidad aérea fue Escuadrón 201, conocida hoy día como las Águilas aztecas.
Los miembros de este escuadrón debieron pasar siete meses en los Estados Unidos para recibir entrenamiento militar. Finalmente, en 1945, estuvieron preparados para enfrentarse con los japoneses. El Escuadrón 201 participó en la liberación de Filipinas, concretamente en la Batalla de Luzón.
Voluntarios
Además de esa unidad regular, se tiene constancia de que miles de mexicanos participaron en la Segunda Guerra Mundial como voluntarios o como soldados de los países en los que residían.
Solo en el ejército de los Estados Unidos se contabilizaron más de 250 000 jóvenes de origen mexicano.
Fin de la guerra
Estados Unidos puso fin a la Segunda Guerra Mundial con el lanzamiento de dos bombas atómicas. La primera, el 6 de agosto de 1945, sobre Hiroshima. La segunda, el 9 de agosto, sobre Nagasaki. Japón se rindió el día 14 de ese mismo mes.
La reacción en México ante la noticia fue de euforia. Cuando el Escuadrón 201 regresó al país fue recibido en el Zócalo de la capital por una gran multitud.
Consecuencias
Las bajas contabilizadas de mexicanos durante la Segunda Guerra Mundial no fueron muy numerosas. En los campos de concentración nazis fallecieron 4 mujeres de religión judía, mientras que hubo seis hombres desaparecidos.
Por su parte, cinco de los componentes del Escuadrón 201 murieron en los combates. A estos hay que unirles un fallecido por enfermedad y otras cuatro víctimas mortales durante el entrenamiento.
Políticas
La consecuencia política más importante de la participación mexicana en la Segunda Guerra Mundial fue la mejora de relaciones con Estados Unidos. Las antiguas rencillas, como las provocadas por la nacionalización del petróleo, quedaron resueltas.
Por otra parte, México fue englobado dentro de los países vencedores. Esto le permitió ser una de las naciones fundadoras de las Naciones Unidas. Hay que reseñar que la neutralidad durante la Primera Guerra Mundial había provocado que el país no fuera invitado a la Liga de Naciones.
Gracias a su participación en la guerra, la presencia internacional de México aumentó considerablemente. En los siguientes años participó en la Conferencia de Dumbarton Oaks, en el Tratado de San Francisco y en la Conferencia de Bretton Woods.
Además, ese peso político le permitió influir en Naciones Unidas para que el gobierno franquista de España no fuera reconocido internacionalmente.
Económicas
A diferencia de lo ocurrido a la mayoría de los países que participaron en la guerra, México salió de ella con una gran mejora económica. Durante los años que duró el conflicto, el país se convirtió en el suministrador de materias primas principal de los Estados Unidos.
Además, México se benefició de contar con recursos naturales fundamentales para la industria bélica. Entre estos se encontraban el cobre, el grafito o el zinc. Igualmente, también exportó productos agrícolas y, como no, petróleo.
Los datos económicos de la época muestran como las exportaciones se duplicaron, lo que provocó un importante crecimiento de la industria. Además, mientras que en 1939, un tercio de las exportaciones se dirigían a Europa, cuando la guerra terminó solo vendía un 2% de sus productos a ese continente y más del 90% a los Estados Unidos.
En total, los seis años de guerra supusieron un crecimiento del PIB del 10% y un gran crecimiento de la inversión exterior.
Referencias
- Gaxiola Barraza, Zamira Leticia. Participación de México durante la Segunda Guerra Mundial. Obtenido de historiacontempora4.wixsite.com
- Gobierno del Estado de Veracruz. México en la Segunda Guerra Mundial. Recuperado de sev.gob.mx
- Excelsior. Hace 75 años, México tuvo que ir a pelear a la Segunda Guerra Mundial. Obtenido de excelsior.com.mx
- Minster, Christopher. Mexican Involvement in World War II. Obtenido de thoughtco.com
- Pruitt, Sarah. The Surprising Role Mexico Played in World War II. Obtenido de history.com
- Veronica Robertson, Joan. Mexico’s Involvement in World War II. Obtenido de owlcation.com